La Selección Colombia sub-17 que acabó de quedar subcampeona en el Mundial de Fútbol Femenino; María Isabel Urrutia, primera ministra del Deporte y la primera medalla de oro del país en unos Juegos Olímpicos, Caterine Ibargüen, leyenda del salto triple, entre muchas otras deportistas colombianas, son el reflejo de cientos de mujeres que vencieron los obstáculos para seguir sus sueños.
En medio de un escenario de carencias y falta de apoyo, no solo sobrepasaron las barreras de los deportes o disciplinas a los cuales se consagraron, también derribaron los estigmas sobre lo que las mujeres pueden o no hacer.
Como Cecilia la ‘Chechi’ Baena, 24 veces campeona mundial de patinaje, quien comenzó a entrenar con patines prestados en su natal Cartagena, donde no había escenarios idóneos y en esos momentos tocar la puerta de las entidades públicas era todo un reto. Creció viendo a sus padres dejar de trabajar para hacer rifas, bingos y así conseguir patrocinios.
A los 15 años abandonó el confort de su casa y se trasladó a Bogotá. Era arriesgarlo todo por un sueño que podría no hacerse realidad, pero gracias al respaldo de sus seres queridos y su fortaleza mental logró convertirse en campeona mundial. Por eso, la Chechi está convencida de que “el principal patrocinador de un deportista es la familia”.
Así lo reconoció durante el Foro Mujeres colombianas, mujeres que inspiran, en el que participó junto con otras colombianas que también han sobrepasado las barreras del deporte en un país que no invierte lo suficiente en sus atletas ni en infraestructura deportiva.
Esta realidad también la sufre Sofía Gómez Uribe, apneísta y tres veces ganadora del récord mundial de profundidad, quien recordó en el foro que actualmente no cuenta con un espacio adecuado para entrenar y pidió mayor compromiso y acompañamiento a los deportistas, en especial durante su formación.
Yuri Alvear, doble medallista olímpica de judo, vivió esa falta de apoyo. Los recursos eran escasos y por negligencia de sus entrenadores, como ella misma reconoció en el foro, su preparación quedaba constantemente a mitad de camino. Para alcanzar los títulos con los que hizo historia tuvo que esforzarse mucho. Los días debían alcanzar para estudiar, entrenar y trabajar.
Solo así podría ahorrar lo suficiente para asistir a las competencias donde empezó a desarrollar su estilo. Hoy, a sus 36 años, es entrenadora de la Selección Colombia de Judo porque cree firmemente que “el deporte cambia a la sociedad y nos forma como personas”. A pesar del buen momento por el que pasa el deporte femenino aún hay un largo camino por recorre para lograr una verdadera equidad.
“Siento que como mujeres no se nos respeta igual que a los hombres, no me he sentido en igualdad de condiciones”, señaló Gómez. Justamente para fomentar la participación y práctica del deporte femenino a nivel competitivo el Ministerio del Deporte aprobó el decreto 941 de 2022.
De igual manera, la ministra Urrutia, bajo la iniciativa ‘Pacto por el Deporte’, trabaja con deportistas de todas las modalidades para que recopilen problemáticas y necesidades a las que se comprometió en darles pronta solución. Lo cierto es que la fortaleza y determinación de las deportistas colombianas son ejemplo para las nuevas generaciones de atletas y una prueba de que la determinación y entrega son el impulso para sobrepasar cualquier barrera
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