En la recta final de su mandato, los alcaldes de algunas de las ciudades capitales del país se animaron a compartir experiencias personales asociadas al lugar que hoy gobiernan. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, confesó que la capital del país es el amor de su vida. “Es la ciudad en la que nací, que me ha dado todo, y que me ha brindado todas las oportunidades en la vida”.

Para el alcalde de la capital del Valle del Cauca, Jorge Iván Ospina, “Cali es pura dulzura”. Emocionado se animó a definir a la ciudad con las palabras del poeta caleño Eduardo Carranza: “Cali es un sueño atravesado por un río”. Además, reconoció que este es un lugar pluriétnico y célebre por su cultura de música y baile.

Por su parte, el mandatario Felipe Harman, definió a Villavicencio como “una pequeña ciudad que puede volar muy alto, soñar mucho más caro y lograr muchas otras condiciones”, pues tiene una ubicación privilegiada que le permite conectarse con el centro del país y una población que sobresale por su fortaleza y temple.

Martín Sánchez, alcalde de Quibdó, confesó que la ciudad es su amor y pasión. “La gente cree que cuando yo termine mi administración me voy a vivir a otra ciudad, no, yo me voy a morir en Quibdó, por eso la quiero muchísimo y quiero que cambie, porque a mí Quibdó me duele”.

Desde una perspectiva más general, mandatarios como José Manuel Ríos, alcalde de Armenia, definen a su ciudad de una manera simbólica. “Armenia es un sentimiento: es la vida, la familia, el tinto, el paisaje. Para mí es una gran inspiración”, sostuvo.

Otros mandatarios, en cambio, reflexionaron sobre lo que su ciudad ha representado para las personas foráneas que han llegado en busca de mejores oportunidades. Es el caso de Andrés Gómez Martínez, quien cuenta que “Sincelejo es una ciudad de un corazón y de una hospitalidad enormes. La ciudad viene de ser receptora de más de 80 mil desplazados desde hace 20 o 25 años, que hemos acogido y que ya son sincelejanos”.

Asimismo, alcaldes que no son oriundos de los territorios que gobiernan, pero que encontraron en estas ciudades un lugar para vivir y progresar; enfatizan la importancia de la gente.

“Florencia es mi vida. A pesar de que no nací en Florencia, la he aprendido a querer, a querer a su gente. Y por eso me gusta permanecer en contacto directo con la comunidad”, concluyó Luis Antonio Ruiz, alcalde del municipio.

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