Después de un largo recorrido por el cine internacional, la película documental ‘Alis’ se estrenó ayer en las salas de cine de la capital del país. Esta conmovedora historia, reconocida por ser la película colombiana más premiada del 2022, refleja la vida de un grupo de adolescentes que viven en un centro de acogida en Bogotá, y le da protagonismo a lo que la imaginación puede crear en medio de una dura realidad.

La película empieza cuando los directores Clare Weiskopf y Nicolás van Hemelryck le piden a las jóvenes de La Arcadia, un centro de acogida en Bogotá, que cierren sus ojos e imaginen la historia de una compañera de clase llamada Alis.

Esta experiencia se convirtió en un lienzo en blanco, pues afloraron recuerdos dolorosos que evidenciaron la realidad a la que se ven obligados a vivir los jóvenes en condición de vulnerabilidad.

De acuerdo con los directores, esta es una película sobre niñas a las que no se les pregunta qué quieren ser cuando sean grandes, “porque se supone que lo que son hoy ya es una condena. Aunque no tenemos la respuesta, queremos proponer un enfoque para desafiar los prejuicios. Esta película habla de la importancia de la perseverancia y la confianza en uno mismo para crear una nueva realidad”.

SEMANA conversó con Clare Weiskopf sobre el mensaje que puede llevar Alis a las generaciones de hoy.

¿De donde surgió la idea de la película?

CLARE WEISKOPF: En 2016 fuimos invitados a realizar un taller en un internado distrital junto con jóvenes entre los 13 y 18 años que habían vivido en calle o estaban en riesgo. Lo primero que se nos pasó por la cabeza fue lástima, pero encontramos unas adolescentes que además de tener realidades traumáticas, estaban llenas de poder, creatividad y humor. Fue una experiencia poderosa haber descubierto ese lugar. Quisimos hacer una película que mostrara sus historias desde la admiración, y no desde el pesar y la lástima.

Los directores de Alis: Clare Weiskopf y Nicolás van Hemelryck. | Foto: Jan Kraus

¿Y cómo aparece el personaje de Alis?

C.W.: Ya habíamos hecho un ejercicio en el que las jóvenes tenían que crear una historia con inicio, nudo y desenlace. Aunque las historias involucraban lugares o universos muy distantes, rápidamente volvían a lo que ellas conocían. Ahí nos dimos cuenta de que la imaginación es una herramienta muy potente para contar historias. Cuando les propusimos el juego de crear a Alis, ellas entraron y empezaron a hablar de esta compañera ficticia de una forma muy espontánea.

¿Cuál fue el resultado de este ejercicio?

C.W.: Lo que hemos ido descubriendo es que la imaginación dice mucho más de nosotros mismos que nuestras propias biografías. Es un primer paso para cambiar las cosas, pues si uno no imagina un cambio, no se va a dar. En ese sentido, la película funciona bien porque permite imaginar una realidad diferente en la que ellas proyectan su futuro.

¿Qué rol juega la imaginación en una realidad enmarcada por la violencia, falta de oportunidades o problemáticas familiares?

C.W.: Alis muestra el poder de la imaginación para poder cambiar las cosas. No somos ingenuos, sabemos que también hace falta mucha voluntad política, pero creemos que en la imaginación, en el deseo y en la proyección está la oportunidad para empezar a romper esos círculos de violencia que van pasando de generación en generación.

En ese sentido, ¿qué significa Alis?

C.W.: Lo que queremos es que esa palabra se cargue de significado porque Alis existe en todo el mundo, y son las jóvenes que muchas veces no queremos ver porque nos sentimos culpables o incómodos, y la realidad es que son personas con mucha luz y tienen cualidades y un potencial increíble. Lo único que les falta es tener oportunidades.

Y, ¿qué representa La Arcadia para los jóvenes?

C.W.: Es un territorio seguro. Hubiera sido diferente hacer la película fuera de este espacio, pues se convirtió en un lugar que les entrega protección y satisface sus necesidades básicas, les permite reflexionar. Ellas pertenecen a este espacio y por eso se convirtieron en una gran familia.

¿Cuál es el mensaje que quiere se lleven los espectadores colombianos que vean la película?

C.W.: Esta es una película que hace que uno salga con el corazón lleno. Nos hace pensar en nuestras propias historias; es un viaje emocional en el que uno se relaciona y se ve reflejado en los personajes. Las problemáticas que se visibilizan, aunque varían según las personas, nos tocan a todos. Es una experiencia esperanzadora.

¿En qué consiste la campaña que acompaña la proyección de la película?

C.W.: Cuando las adolescentes dejan la institución porque llegan a la mayoría de edad o se retiran, usualmente retornan a las dinámicas de las que venían; a las mismas familias, y a una realidad de droga y conflicto. Es un momento delicado que no tiene preparación o seguimiento, por eso decidimos aliarnos con la Fundación Tiempo de Juego, que lleva 20 años trabajando con jóvenes como ellas. Nuestro gran sueño es fortalecer el apoyo psicológico y ocasional, y crear un lugar seguro con talleres.

¿Qué reflexiones puede generar Alis en un país como el nuestro?

C.W.: Una de las reflexiones es el gran desafío que tenemos como país. Pretendemos abrir una discusión sobre la niñez y la juventud en Colombia, pues siempre está en segundo plano. Creemos fielmente que los problemas grandes vienen de estas familias rotas, y si no ponemos el ojo ahí, es más difícil solucionarlos.

Le puede interesar: Sebastián Eslava se estrena como director de cine con Pepe Cáceres, un papel que el actor colombiano lleva en la sangre

Lea también: 50 millones de pesos y participar en agenda académica: el premio que da Fundación Barco a mejor investigación sobre la familia