En la desembocadura del río Tapaje, hacia el océano Pacífico, al norte de Nariño, se ubica El Charco, un municipio lleno de riqueza hídrica y una exuberante biodiversidad de cultivos. Sin embargo, el desarrollo productivo de la región gira en torno a actividades extractivas como la madera, la minería y la producción agrícola de baja transformación como la caña panelera, el maíz tradicional, arroz, maíz tecnificado, plátano, cacao, yuca, coco, sorgo, cacao, maní y palma africana; productos que no son explotados en mayores proporciones.

Por eso la necesidad de apoyar y fortalecer la formación de la población campesina del municipio, para que logren la optimización y transformación de sus cosechas, mejoren sus procesos agroindustriales y artesanales e implementen nuevas estratégias de comercialización.

Esa ha sido una de las apuestas de la administración municipal, que a través del programa ‘Reactivación e Innovación agropecuaria’ impulsó un proyecto ejecutado por la Asociación para el Desarrollo Integral Pazifico Tumaco, para brindar formación en diversos aspectos agroindustriales a 50 campesinos, dentro de los que se encuentran personas en procesos de reinserción social y en condición de vulnerabilidad (desplazadas, mujeres cabeza de familia, jóvenes e integrantes de la comunidad).

Estos beneficiarios se organizaron en 5 grupos y recibieron talleres prácticos y teóricos en los que aprendieron sobre Normas Técnicas Colombianas de Procesamiento de Frutas, Buenas Prácticas de Manufactura, control de calidad, conservación, materias primas, higiene alimentaria, clasificación de alimentos, abastecimiento de agua, manejo de equipos, riesgos físicos, químicos y biológicos, empaque, presentación y otros aspectos relacionados con el proceso productivo de alimentos.

La metodología de estas capacitaciones fue muy práctica, pues el objetivo era ‘aprender haciendo’. En uno de los encuentros, por ejemplo, los participantes pusieron a prueba lo aprendido en transformación de productos procesando frutas de la región y convirtiéndolas en néctares, bocadillo de guayaba y jalea de noni.

Los beneficiarios, además, recibieron dotación de vestimenta adecuada para el procesamiento de alimentos y maquinaria, utensilios y equipos para crear una línea productiva.

*Contenido elaborado con apoyo de la Alcaldía de El Charco.

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