Olga Ascanio, 57 años, madruga todos los días a las cinco de la mañana para encontrarse con los estudiantes del Centro Educativo Rural El Sul, a orillas de la carretera que conecta a Ocaña con el municipio de El Carmen, en la subregión del Catatumbo. Todas las mañanas llega muy temprano a la vereda El Páramo para cumplir su cita con 18 niños, entre el grado cero y quinto de primaria, quienes esperan con ilusión la lección del día. La jornada inicia siempre con una oración para agradecer que todos hayan podido llegar sanos y salvos a la pequeña aula.
Ascanio comenzó a ejercer como maestra cuando era adolescente. Por eso es apenas comprensible que esa vocación por educar hoy represente todo en su vida. Las dificultades que había en su entorno para estudiar cuando era niña han sido su mayor motivación. De hecho, fue lo que la llevó a escoger la zona rural para cumplir su misión. Aquí ha visto crecer a muchos niños que hoy se preparan para continuar su educación secundaria en el corregimiento de Otaré, la población más cercana.
“Verlos evolucionar no tiene precio. La ruralidad es tan bonita que hay que garantizar que sus semillas logren todos sus sueños; todas sus metas. Las ganas de estudiar que tienen tantas niñas y niños en esta zona representan una motivación para seguir esforzándome todos los días”, aseguró.
En el Centro Educativo Rural El Sul se aplica el programa público Escuela Nueva, que desde hace más de 45 años les ha permitido a niños y niñas de toda Colombia acceder a la educación. Este modelo promueve lo que se conoce como “escuela multigrado”, propia de las zonas rurales que se caracterizan por la alta dispersión de su población. Consiste en designar un docente para que se encargue del proceso de aprendizaje de todos los estudiantes de diversos grados en un solo salón de clase.
La profe Olguita, como le llaman cariñosamente los habitantes de la vereda, es una de las docentes multigrado. Desde que se encuentra dictando clases en la zona, el índice de deserción ha sido nulo y todos sus alumnos han hecho tránsito inmediato a la educación secundaria.
Obras por la educación
En colegios como el Enrique Pardo Farelo, en El Carmen, otro de los 11 municipios que conforman la subregión del Catatumbo, la población que se desplaza desde el campo hacia la sede ubicada en uno de los cerros del municipio llega a los 114 estudiantes. El rector de la institución, Jairo Pérez Real, explicó que todos los estudiantes se benefician de programas como el de transporte escolar, que busca garantizar que ninguno falte al colegio.
Aquí también trabajan muchos docentes que como Olga le siguen apostando a la construcción del tejido social en el territorio desde la institución; por ejemplo, siempre buscan mejoras a través del trabajo articulado con los entes gubernamentales. Por eso procuran hacer parte de cada una de las actividades y encuentros que promueve la administración departamental, como los que se han convocado en el Pacto por la Educación.
El pacto, los avances de las obras de los megacolegios en Ocaña, Los Patios y Villa del Rosario, con los que se busca ampliar la oferta académica para estudiantes colombianos y venezolanos –que hoy representan más de 29.000 inscritos en el Sistema Integrado de Matrícula (Simat)–; la matrícula cero y la construcción de la Universidad Nacional del Catatumbo han generado optimismo en el sector educativo de Norte de Santander, que a pesar de las afectaciones por las problemáticas estructurales propias del territorio, se destaca por dar pasos importantes en cerrar brechas desde la educación.
El gran pacto
El acceso a la educación es un derecho fundamental que Colombia reconoce dentro del artículo 67 de la Constitución como un servicio público a cargo del Estado. De hecho, se encuentra como uno de los principales índices de desarrollo para las naciones que buscan hacer de la educación una herramienta para transformar la realidad de sus habitantes y construir ciudadanía.
Justamente, en Norte de Santander, el Pacto por la Educación busca hacer de la educación una estrategia de transformación en el largo plazo, y para lograrlo ha reunido los saberes de maestros, directivos, padres de familia, sector privado, productivo y público de manera integral. El acuerdo, en el cual se han invertido ya cerca de 1.800 millones de pesos, propone un nuevo modelo educativo para la construcción de una sociedad más justa, con conciencia ambiental, acceso a la conectividad, equidad, inclusión y cultura de la paz.
El Pacto por la Educación de Norte de Santander se basa en un gran acuerdo social proyectado para 2050, que busca beneficiar al departamento, fundamentalmente sus zonas fronterizas, rurales y de difícil acceso, a través de una política pública construida sobre los 650 escenarios participativos que se llevaron a cabo a partir del segundo semestre de 2020 hasta mayo de 2023, con más de 150 actores convocados, entre los que se encuentran instituciones educativas, entidades gubernamentales y grupos de la sociedad civil.
Otras acciones como la matrícula cero para 150.000 estudiantes universitarios buscan seguir transformando el departamento desde la educación. Con una cobertura del 95 por ciento, que estima ampliarse a la zona campestre dispersa, que históricamente ha luchado por el acceso a la educación superior. Así mismo, en los municipios de El Tarra y Teorama, se encuentran en curso dos pilotos de un nuevo modelo de atención a la primera infancia, que busca fortalecer la educación básica.
Educación superior
La Universidad del Catatumbo será vital para avanzar hacia la equidad social en el corazón de la subregión. Como parte de su oferta académica, tendrá en cuenta la voz de la comunidad para desarrollar programas acordes con la vocación productiva de la zona. De acuerdo con David Alvarado, secretario de Educación de Norte de Santander, solo en El Tarra esta iniciativa favorecerá a unos 2.500 jóvenes, en aproximadamente dos años. El Proyecto Integrador y Transformador para la Generación de Paz en el Catatumbo ya cuenta con estudios y diseños dentro del presupuesto de más de 39.000 millones de pesos asignado por el Gobierno nacional desde el Fondo de Programas Especiales para La Paz (Fondo Paz).
Así mismo, actualmente se adelanta la transición a la independencia de la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, que se ha dado a conocer por recibir en sus aulas a los bachilleres que luego de graduarse en el Catatumbo salen a buscar oportunidades para acceder a programas profesionales lejos de sus familias. La Matrícula Cero que desde 2020 otorga la Gobernación y ahora se ha reforzado con el decreto emitido desde el Gobierno nacional para los estudiantes que cumplan con los requisitos para acceder a Política de Gratuidad en la Educación Superior, busca reducir el índice de deserción en el territorio, y beneficiar a más de 47.000 estudiantes.
Adicionalmente, el Sena tiene presencia en los 40 municipios de Norte de Santander a través de sus Centros de Formación: Centro de la Industria, la empresa y los Servicios (Cies) y el Centro de Formación para el Desarrollo Rural y Minero (Cedrum). Actualmente, se avanza en la primera fase de la sede de Cedrum en el municipio de Zulia, con una inversión cercana a los 21.000 millones de pesos: aproximadamente el 76 por ciento de los recursos los destina la Gobernación y el 24 restante el Sena.
Megacolegios
Los Patios
- Inversión:35.000millones de pesos
Villa del Rosario
- Inversión:22.000millones de pesos
Ocaña - La Salle
- Inversión: 29.807.380.117millones de pesos
*Contenido elaborado con apoyo de la Gobernación de Norte de Santander.