Este 2021, el día de la Virgen de Chiquinquirá coincide con la fecha de entronización de su réplica en el Vaticano, es decir, la exhibición de su imagen en la sede de la iglesia católica en el corazón de Roma. Con el fin de conmemorar este histórico momento y celebrar, como cada año, a la ‘Patrona de Colombia’, el municipio de Chiquinquirá, Boyacá, preparó la Basílica Santuario Mariano Nacional para transmitir la eucaristía de celebración, y se alista para recibir a los peregrinos que se acerquen a rendir tributo a la Virgen.
La devoción a la Virgen de Chiquinquirá inició a mediados del siglo XIV, cuando fue hallado en un pequeño cuarto, en Boyacá, su retrato, completamente deteriorado por la humedad. El cuadro había sido pintado hacía más de un siglo por el artista español Alonso de Narváez. Una mujer decidió conservarlo y diariamente le oraba a la Virgen para que se manifestara. Se cuenta que un día la imagen recobró milagrosamente sus colores y brillo original, ante los ojos de la creyente y otros testigos.
El 9 de julio de 1895 los frailes dominicos avalaron la importancia de la Virgen de Chiquinquirá como reconocimiento a la fe del pueblo boyacense. Así lo detalla el padre Ariel Calixto Castellanos, a cargo de la celebración en Chiquinquirá. “La imagen exalta la belleza espiritual de Dios encarnado en la devoción por la Virgen y eso lo demuestran los visitantes. Las súplicas son inmensas y por eso es la afluencia de tantos peregrinos”.
Desde ahora, estas plegarias no solo se escucharán en Chiquinquirá. En honor a la patrona de los colombianos, el Vaticano pondrá a disposición de los fieles la réplica de su imagen, en un espacio que solo comparten tres santuarios de América para la realización del rosario: México, Argentina y Colombia. “Luego de un proceso diplomático de más de tres años, los frailes dominicos de Colombia lograron posicionar un pequeño punto de Colombia en el Vaticano, eso demuestra la devoción de un pueblo”, resalta el sacerdote.
Además de salvaguardar el lienzo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, el fray Diego Fernando Sánchez, jefe de medios del santuario y director de Emisoras Reina, explica que la basílica es un espacio sagrado que también impulsa el turismo religioso. Practicantes católicos y personas interesadas en el intercambio cultural se movilizan hasta Boyacá para vivir la experiencia. “La Virgen de Chiquinquirá permite que muchas personas visiten el municipio; cada semana, antes de que se declarara la emergencia sanitaria, llegaban al pueblo más de 20.000 personas, incluso nos visitan quienes no practican una confesión de fe”.
Este año, por la pandemia, las actividades culturales que atraen anualmente a miles de visitantes, han sido objeto de restricciones. Sin embargo, durante esta época el municipio acostumbraba programar muestras de sus expresiones artísticas tradicionales. Una de las más importantes es el baile de la guabina chiquinquireña. Óscar Alberto Nieto, profesor de folclore colombiano en la región, explica que este ritmo de la música andina fue creado, en el santuario de Chiquinquirá, para el matrimonio de un personaje del pueblo; con esa representación la pareja de novios ofreció su devoción a la reina y patrona de Colombia. “Es una forma de expresar el amor a la Virgen, el mensaje y tonalidad de esta guabina son únicos y demuestran la importancia de la fe para los peregrinos que vienen a verla”, relata el docente.
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