El covid-19 desató una crisis mundial sin precedentes que representó grandes desafíos para los distintos sectores productivos. En el caso de la industria farmacéutica, y particularmente de Tecnoquímicas (TQ), la decisión fue enfrentar la pandemia desde una óptica técnica y científica. Para ello, explica Emilio Sardi, vicepresidente ejecutivo, se organizó un esquema de detección temprana del virus.
El resultado de esta medida es hoy motivo de orgullo para la compañía: mantener al ciento por ciento la operación, “con una altísima protección del personal. No teníamos la opción de quedarnos en casa. Debíamos seguir produciendo”, puntualiza Sardi.
Aunque la línea de productos de TQ es bastante amplia e incluye segmentos de aseo y cuidado personal, el farmacéutico es el más representativo con más de mil referencias. “Solo en la línea genérica tenemos más de 400”, precisa Sardi. Así que paralizar o disminuir la operación no era viable y mucho menos en momentos en que el mercado experimentó cambios repentinos.
Por ejemplo, al principio de la pandemia se disparó la demanda de productos como alcohol, vitamina C e ivermectina al tiempo que la comercialización de tratamientos especializados cayó, debido a que en Colombia las clínicas postergaron la atención de ciertas patologías por varios meses y priorizaron las urgencias relacionadas con el covid-19.
“Tuvimos que adaptar y ampliar ciertas capacidades productivas y hubo que moverse muy rápido para la consecución de insumos. En algunos casos, nos tocó adecuar los espacios para la producción porque había que atender la demanda. No se trataba del negocio, sino del servicio”, asegura Sardi.
El mercado se ha ido estabilizando y la producción regularizando, como ha ocurrido con el caso de la vitamina C. Sin embargo, estiman que por mucho que baje la demanda de este producto, jamás lo hará al nivel que tenía antes de la pandemia. TQ tiene presencia en 17 países y con propiedad afirma que el comportamiento de los consumidores en Colombia durante la crisis sanitaria ha sido similar al del resto de mercados. “Por ejemplo, las ventas de esta vitamina se incrementaron en todos los países donde tenemos presencia”.
Con la llegada de la pandemia, la empresa concentró sus esfuerzos en atender la demanda y cuidar de sus trabajadores. “En 85 años de historia hemos enfrentado crisis de distinta naturaleza desde el punto de vista del negocio, pero desde el operativo, ninguna tan severa como esta”, precisa Sardi. Por algunos meses, proyectos asociados a la expansión de sus plantas de Villa Rica (Cauca) y Jamundí (Valle) se postergaron, pero el plan de inversiones que inició en 2019 sigue su curso, según lo previsto, hasta 2022.
Este plan busca incrementar la participación de TQ en el mercado, “por eso estamos destinando unos 200 millones de dólares en ampliaciones y mejoras de plantas farmacéuticas y de pañales”, comenta Sardi. La expansión de sus sedes generará unos 1.000 nuevos empleos, que se suman a los 7.000 existentes entre operarios y gente en la calle vendiendo lo que se produce. Adicionalmente, esperan concertar exportaciones que les reporten entre 100 y 200 millones de dólares, además de sustituir importaciones.
Video recomendado: “Desde el trabajo cultural debemos proponerle a este país una salida más sensata”: Pablo Montoya
Lea también: Así funciona la estrategia de inclusión laboral con la que más de mil víctimas del conflicto han conseguido empleo formal durante la pandemia