Cuando la última modelo finalizó su desfile, el diseñador colombiano Pedro Juan Ramírez Trujillo sintió que esa pasarela es por lo que había trabajado desde los 21 años. La disciplina y las largas jornadas rindieron frutos cuando el pasado domingo 12 de septiembre debutó en la Semana de la Moda de Nueva York.

Ramírez nació en Medellín. A finales de la década de los 90 empezó a estudiar moda en la Colegiatura Colombiana de Diseño y luego fue seleccionado para participar en la final de la Bienal de Diseño de Saint Etienne en Francia. Cuando en 2001 ganó el Bogotá Fashion Week su nombre comenzó a sonar en el mundo de la moda a nivel nacional.

El premio que obtuvo consistió en una beca de seis meses para cursar estudios de moda en la Universidad Internacional de Arte y Diseño de Miami. Debido a su buen desempeño las directivas de la institución decidieron extender el tiempo de permanencia para que culminara sus estudios. Ramírez trasladó algunos créditos a Nueva York y logró graduarse del Instituto de Tecnología de la Moda. Desde entonces ha ido posicionando su nombre hasta llegar, el pasado fin de semana, a una de las pasarelas más importantes del mundo.

SEMANA conversó con él después de la emocionante semana que vivió.

SEMANA: ¿Cómo salió el desfile?

PEDRO JUAN RAMÍREZ: Al principio estaba muy apurado, teníamos un espacio muy pequeño y había un vestido que necesitaba de dos personas para poderse poner… Pero cuando las modelos salieron se veía toda la ciudad, y el escenario lucía tan lindo, que eso favoreció el evento. Estar en la Semana de la Moda de Nueva York es algo que siempre había querido. Llevo muchos años trabajando y este resultado es por lo que he venido luchando desde que tenía 21 años.

SEMANA: Cuéntenos en detalle sobre el concepto de su colección para este evento...

P. J. R.: Usamos el concepto de Emancipación después del encierro, porque consideramos que las personas ahora quieren volverse a arreglar y a salir, por eso, la colección tiende a los materiales brillantes, pieles y cueros. También queremos retomar los conceptos de finales de los 60 combinados con los cuentos de hadas de Los Hermanos Grimm y usar estos conceptos góticos y oscuros para crear algo para la mujer contemporánea.

SEMANA: ¿Qué tanto se ha inspirado en Colombia para sus diseños?

P. J. R.: Lo que más me ha inspirado son las esmeraldas, el oro y el brillo. Cuando fui al Museo del Oro y vi las piezas pensé en que eso era lo que quería para utilizarlo en la moda de una forma futurista. Constantemente busco retomar los temas autóctonos colombianos para darles un enfoque futurista. Cuando tomé el café como ejemplo era porque no quería hacer algo solamente autóctono, quería que las piezas se pudieran utilizar acá, en Tokio o Londres. Mis ideas son una fusión entre lo tradicional y lo universal.

SEMANA: ¿Cómo está buscando marcar su propio sello en el mundo de la moda?

P. J. R.: Lo que hacemos es diversidad. Buscamos romper el esquema de lo que usualmente es la industria en New York porque es muy difícil, especialmente para los latinos, lograr posicionarse en este medio. Lo que quiero con esta marca es que todo sea online, que no solo venda yo, buscamos que en un futuro también podamos abrirle la puerta a otros diseñadores. En este momento estoy de la mano de la diseñadora colombiana Lina Caballero, quien trabaja con diamantes, esmeraldas y materiales preciosos. Así nos complementamos mucho porque ella hace las joyas y yo diseño también basado en sus ideas.

SEMANA: ¿Hay algún diseñador colombiano que tenga como referente?

P. J. R.: Hay varios que me llaman la atención. Me gusta mucho lo que hace Olga Piedrahita, me parece que es muy bonito. También Isabel Henao y Andrea Salazar, porque muestran que hay generaciones que tienen propuestas muy fuertes en el país.

SEMANA: ¿Qué consejo les daría a los jóvenes diseñadores en Colombia que sueñan con llegar a las grandes pasarelas del mundo?

P. J. R.: Perseverancia y Disciplina. New York es una ciudad muy competitiva y lo que uno tiene que tener es paciencia, creer en sí mismo y tener ética de trabajo. Me gustaría volver al Bogotá Fashion Week, me encantaría abrir mercado porque Bogotá y Medellín son ciudades en las que mis prendas podrían tener muy buena acogida. Esta marca se diferencia de otras por la irreverencia, sofisticación y los toques retro de los 60 y 70, por eso quiero que cuando la gente desee comprar productos de lujo piense en esta plataforma, deseo hacer una colaboración con otros diseñadores para que más adelante todo tenga la misma estética y los clientes vean productos de lujo e irreverentes al mismo tiempo.

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