El Valle de Aburrá ha sido privilegiado por la naturaleza. Los 1.152 kilómetros cuadrados que la conforman albergan el 26 por ciento de las especies con la que cuenta Colombia, por eso preservar su biodiversidad es uno de los grandes desafíos del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, como autoridad ambiental.
Los diez municipios que conforman este territorio cuentan con áreas de reserva natural en las que se ejecutan programas y estrategias de preservación de las fuentes hídricas, las zonas verdes y los bosques. El Cerro Quitasol, en Bello; El Trianón y la Heliodora, en Envigado; El Romeral, en La Estrella; el Alto de San Miguel, en Caldas, o La Romera, en Sabaneta, son algunos de los referentes de conservación y protección en el valle. Por estas zonas no es extraño ver pumas, tigrillos y monos, entre otras especies.
Barbosa, por ejemplo, es un territorio único para el avistamiento de aves y de felinos, además de ser hábitat de árboles ancestrales, orquídeas y magnolios. Duver Lenny Londoño, Secretaría de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Económico de Barbosa, comenta que este año le sumarán 200 hectáreas a las 800 actualmente protegidas en la Reserva Natural La Quintero, que además es una fuente hídrica que surte a varias veredas.Barbosa, por ejemplo, es un territorio único para el avistamiento de aves y de felinos, además de ser hábitat de árboles ancestrales, orquídeas y magnolios. Duver Lenny Londoño, secretaria de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Económico de Barbosa, comenta que este año le sumarán 200 hectáreas a las 800 actualmente protegidas en la Reserva Natural La Quintero, que además es una fuente hídrica que surte a varias veredas.
Por su parte, en Envigado, la Secretaría de Medio Ambiente, que lidera Nicolás Arenas, cuenta con el Sistema Local de Áreas Protegidas en las cuales se encuentran más de 600 especies de fauna y flora, entre ellas nueve de conservación: tigrillo lanudo, cacique candela, rana paisa, palma de cera, olla de mico, marfil, helecho sarro y roble.
En Girardota, en las microcuencas como El Salado, La Silva, El Tábano, La Ortega, La Correa y La Fulgencia, habitan especies de flora representativas como quiebra barriga, siete cueros, carate, el chagualón, el chagualo y encenillos. También en este territorio se pueden encontrar árboles como el siete cueros, búcaros, por el cual se conoce al municipio como el de ‘la mancha naranja’, además del yolombó, el chagualo y el yarumo.
Sin embargo, una buena parte del patrimonio natural de la subregión antioqueña no está a la vista de todos; se resguarda bajo la riqueza vegetal que rodea las áreas urbanas. Es por eso que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá promueve planes educativos para explicarle a la ciudadanía la importancia de proteger esos recursos. Diana María Montoya, subdirectora Ambiental de la entidad, asegura que la gente debe aprender a coexistir con su entorno, “a convivir con la biodiversidad y con la riqueza de su fauna y flora”.
Proteger la fauna silvestre
En su rol de máxima autoridad ambiental del territorio, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá se empeña en proteger a la fauna silvestre, con un trabajo de monitoreo especial a las especies en riesgo de tráfico ilegal, domesticación o maltrato.
Como parte del trabajo que adelanta, la red de tratamiento de fauna silvestre, que opera desde el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) en el municipio de Barbosa, ha liberado zarigüeyas, cernícalos, gavilanes, tortugas, guacharacas y turpiales montañeros. Montoya cuenta que se invirtieron 13.000 millones de pesos para ampliar las zonas de cuarentena, triage, hospitalización, neonatal y rayos X. Actualmente este espacio cuenta con capacidad para albergar cerca de 700 animales.
Corantioquia, autoridad ambiental en los 80 municipios de Antioquia y en la ruralidad del Valle de Aburrá , trabaja de forma articulada con el CAV en la conservación y preservación de las especies. “Tenemos una relación de cooperación mutua. El CAV es fundamental porque permite mayor capacidad de atención a la fauna silvestre que tiene afectaciones naturales o por acciones del hombre. También ayuda a reforzar la prevención y a incrementar los casos de liberación de estas especies”, puntualiza Ana Ligia Mora, directora de Corantioquia,
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