Cuenta la leyenda que en La Jagua, en Garzón (Huila), vivió una bruja misteriosa y llena de hechizos. Su nombre era Silveria y durante siglos su historia se ha contado por las calles del pueblo. Debido a una pulsión de venganza, Silveria le puso un maleficio a un niño y luego a un sacerdote. A uno le llenó la cara de gusanos y al otro lo asesinó. En un pueblo fundado hace 487 años, esta historia todavía sobrevive en la memoria de sus habitantes. Casi como un mito fundacional.
“A la bruja iban a atraparla, pero prefirieron desterrarla. Dicen que se fue a las veredas de Garzón y que murió de vieja. Fue la única bruja que habitó La Jagua. Sin embargo, todavía existen las brujas chismosas. Unos seres que se transforman en piscos y visitan los tejados de las casas familiares. Son muchas las historias sobre ellas, todas contadas por nuestros padres o abuelos”, mencionó Fernando Trujillo, gestor turístico.
Para espantar a estos seres misteriosos que se transforman en aves y escuchan las conversaciones ajenas, las familias jagüeras repiten un refrán antes de conversar: “Hoy sábado, día de la Virgen, que las brujas no nos oigan”. Es inevitable, forma parte de su cotidianidad.
“Hoy en día se encuentran personas que leen el tabaco o el chocolate; también hay gitanas. Nuestra historia nos ha permitido concederle ese potencial místico al pueblo. Las personas cuentan sus anécdotas todo el tiempo y repiten ese refrán para que las brujas no los escuchen”, comentó Andrés Guayan, asesor cultural de Garzón.
Por eso y más surgió el Festival de Brujas de La Jagua, un evento que celebra las expresiones artísticas del pueblo, especialmente el teatro, y conmemora su tradición cultural por medio de desfiles, comparsas místicas y ferias artesanales. Este año, en su edición número 24, el festival se vivirá del 1 al 4 de noviembre y será la excusa perfecta para contagiarse del folclor y la teatralidad que caracterizan a La Jagua.
“El año pasado recibimos a más de 15 mil personas en el centro poblado y este año esperamos superar la cifra. Nuestra programación cultural incentiva las actividades autóctonas del pueblo: los zanqueros, el teatro. Vienen artistas regionales e incluso internacionales. En esta edición vendrán de Cuba y Ecuador”, agregó Guayan.
Entre las actividades más destacadas están el Encuentro Internacional de Teatro - Jorge Vargas Echeverry, las muestras artísticas multiculturales, la feria artesanal con trabajadores del fique (una fibra natural característica de las artesanías del Huila), el Encuentro de Zanqueros, conciertos de música campesina, lecturas en la Biblioteca Pública Municipal y, finalmente, las comparsas y el desfile del fuego.
“Reiteramos nuestro compromiso con una programación muy amplia, pues sabemos que cada año, a través de estas actividades, se fortalecen el comercio, la calidad de vida y la convivencia ciudadana de los garzoneños. Por eso, somos la joya de la corona del turismo del departamento. Además, la cultura y el arte son fundamentales para el desarrollo de nuestros jóvenes”, afirmó Francisco Calderón, alcalde de Garzón.
El teatro, la cuentería, los zanqueros y el circo son las expresiones artísticas más representativas de La Jagua. Karol Mojica, directora de la Corporación Cultural La Cagüinga, lo sabe perfectamente. Por más de 20 años, Mojica ha trabajado con niños y jóvenes de las zonas más vulnerables del corregimiento, impulsando el arte como método de transformación y desarrollo.
Por supuesto, durante el Festival de Brujas, Mojica camina por las calles empedradas montada en unos zancos monumentales. Dice que la hacen sentirse grande, que facilita la caracterización de los personajes y que, además, la enamoran. En la “Noche de Brujas, Fuego y Hechiceros”, el desfile más emblemático del festival, los zanqueros hacen alusión a las brujas, juegan con fuego y hechizan la noche.
“El desfile del fuego es muy importante. Es nocturno y se hace el sábado. Salen todos los artistas invitados. Son 120 artistas los que participarán este año, a nivel departamental, nacional e internacional. Es un espacio que posibilita mostrar el fuego, la magia, la música. Muy colorido”, completó Guayán.
Además, los coterráneos se disfrazan y disfrutan de la música tradicional huilense. “Es una experiencia maravillosa, la continuación del legado de nuestros maestros. Así podemos rescatar nuestra identidad cultural y la identidad del teatro. La Jagua es una cuna de artistas que esperan ser vistos”, concluyó Mojica.