Santa Marta, Barranquilla y Cartagena siempre serán buenos puertos. Sin embargo, la lista de parajes del Caribe colombiano podría dar para varias temporadas de una serie con verdaderas aventuras gastronómicas, ferias, música, playas, paraísos y artesanías. Hay que darse una oportunidad de viajar por fuera de los sitios más promocionados. La siguiente selección es muy breve y parecerá arbitraria, pero marca una especie de ruta que parte desde la costa occidental de La Guajira hasta el Urabá de Córdoba. Una travesía para mochileros, aventureros con vehículo 4x4 o familias que buscan desconectarse un par de días.
Buritaca (Magdalena)
Después de los embates del conflicto armado y los monocultivos tanto de banano como de marihuana, en este punto de la Sierra Nevada de Santa Marta se organizaron los pobladores para construir una oferta turística auténtica que mezcla aventura, familia, el río y el mar. No solo es posible bajar en un inflable hasta la desembocadura del río Buritaca –muy similar a la del río Palomino, aunque más amplia– sino que se puede ir al solitario río Don Diego o a cascadas y pozos sin nombre en medio de la selva, caminando por trochas que usan los kogui y los arhuacos. Durante los últimos años, aquí también cobró relevancia el surf, con olas menos agresivas que en Puerto Colombia, especiales para principiantes.
Camarones (La Guajira)
Este corregimiento de Riohacha permite ver los picos blancos de la Sierra Nevada de Santa Marta desde una pequeña ciénaga habitada por pescadores artesanales. Si existiera un ranking de atardeceres y amaneceres del mundo, este se llevarían un puntaje muy alto. Camarones no es una playa concurrida como Palomino, apenas cuenta con pocos hospedajes, casi todos atendidos por familias wayúu, y el mar es mucho más tranquilo que en otras playas de Riohacha, como Mayapo. Lo mejor es que se puede ir al santuario de fauna y flora Los Flamencos y ver y escuchar aves de muchísimos colores.
Usiacurí (Atlántico)
Algunos dirán que es el destino de moda en los alrededores de Barranquilla, pero justamente el superpoder de este pueblo es que es el primer destino sostenible del departamento y su naturaleza no pasará de moda. Además de su mural gigante sobre los techos, el municipio cuenta con un clima sorprendentemente fresco para la región y sus árboles albergan una cantidad de aves comparable a la de las plazas de Leticia (Amazonas). El silencio de su reserva natural (Luriza) es perfecto para caminar cerca de monos y ardillas.
San Basilio de Palenque (Bolívar)
No hace muchos años, en Cartagena casi estaba proscrito Palenque. Decían que era peligroso y que no había nada que hacer. A partir de la internacionalización de la música de genios como Sexteto Tabalá o Las Alegres Ambulancias, Palenque hoy es uno de los mejores destinos para conocer la verdadera cultura del Caribe colombiano. Por tratarse del primer pueblo que se emancipó de la esclavitud en América, conserva su propia lengua y un estilo de vida campesino que se resiste al turismo masivo. No solo hay música de tambores y marímbula, también hay preparaciones increíbles para comer con la mano, hospedajes en casas de familia, medicinas ancestrales y un trago artesanal llamado ñeque, que es casi una panacea (y también emborracha).
Archipiélago de San Bernardo (Bolívar y Sucre)
Si no le molesta montar en lancha en mar abierto, en estas islas puede desconectarse del mundo y sumergirse en los colores del Caribe. Hay varias formas de llegar: la más común es saliendo desde Cartagena (que es el Distrito que administra la mayoría del archipiélago), aunque están más cerca Tolú, Coveñas y Rincón del Mar, en San Onofre. La mayoría de las islas ofrecen hospedajes de diferentes precios y también existen planes de un solo día con recorridos por Boquerón, Tintipán, Palma o Múcura. Nunca dejará de sorprender un islote artificial como Santa Cruz, uno de los sitios más sobrepoblados del planeta.
Puerto Escondido (Córdoba)
Este es casi el último punto del Caribe colombiano al que se puede llegar por carretera. Hacia el occidente siguen el pedacito caribeño de Antioquia (San Juan de Urabá) y Capurganá, y el pedacito caribeño del Chocó. Puerto Escondido tiene un muelle larguísimo, empanadas de camarón como en ningún otro sitio del Caribe y jugos de frutos exóticos que quizás por la sed del camino saben mejor. Además, a pocos minutos existe un volcán de lodo con propiedades medicinales y se encuentran las playas paradisiacas de Cristo Rey. Para las fotos divertidas está la estatua más pequeña de Simón Bolívar en un pedestal. Si llega en una noche de fiesta puede escuchar bullerengue en las voces de las cantaoras del Urabá.
*Periodista y realizador audiovisual. Director de Resonantes (Canal Trece).