Cerca del 75 por ciento de la población colombiana vive en centros urbanos y se calcula que para el año 2050 esta cifra llegue al 85 por ciento, según el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Banco Mundial. Esta realidad significa un aumento en la demanda de vivienda, transporte y servicios públicos y sociales, por lo que uno de los desafíos más importantes es priorizar la sostenibilidad y la gestión ambiental urbana.
Precisamente, la iniciativa global BiodiverCiudades a 2030, implementada por el Gobierno de Colombia y el Instituto Humboldt en colaboración con el Foro Económico Mundial, busca transformar a las ciudades en espacios donde la naturaleza haga parte del desarrollo urbano sostenible, y así darle solución a problemáticas ambientales, sociales y económicas.
Según explica María Angélica Mejía, coordinadora de BiodiverCiudades del Instituto Humboldt, el proyecto busca reconciliar dos mundos: la conservación de la biodiversidad y el fenómeno de la urbanización. “Las ciudades representan un gran desafío ambiental y a la vez una oportunidad para reivindicar nuestra relación con la naturaleza. Los retos del país en conservación de la biodiversidad urbana son enormes, por lo que uno de nuestros compromisos es conocer las innovaciones que se están dando en las ciudades colombianas tan diversas y complejas”.
Por su parte, Carlos Eduardo Correa, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, explica que en muchos casos el modelo de desarrollo predominante ha implicado una lucha contra la naturaleza: “el concepto de BiodiverCiudades elimina este conflicto y asume los retos socioambientales actuales y futuros, logrando gestionar integralmente la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos como herramienta para el desarrollo integral del territorio”.
El programa inició con una serie de diálogos regionales que se llevaron a cabo durante 2019 y 2020 y reunieron a los gobiernos de distintas ciudades del país, las empresas y la sociedad civil, con el fin de forjar un futuro en donde la naturaleza beneficie a las ciudades, y las ciudades beneficien a la naturaleza. Las 14 ciudades de Colombia que ya se sumaron al proyecto son: Barranquilla, Leticia, Villavicencio, Medellín, Bucaramanga, Quibdó, San Andrés y Providencia, Barrancabermeja, Manizales, Montería, Armenia, Yopal, Pasto y Pereira.
Corredores ecológicos
En julio del año pasado, Barrancabermeja, en Santander, fue escogida por el Gobierno nacional como la ciudad pionera del programa. Humberto Vargas, secretario de Medio Ambiente de la ciudad, menciona que el proyecto beneficia especialmente a los sectores agrícola y agroindustrial; contribuye a la satisfacción de las necesidades básicas de alimentos; es económicamente viable; apunta a reducir la pobreza; aumenta los ingresos; fortalece la seguridad alimentaria y mejora la calidad de vida.
Uno de los proyectos que incluye el programa es el Distrito Malecón, que se encuentra entre el Hotel Pipatón y la terminal fluvial Yuma. “El proyecto de renovación del muelle busca devolverle espacio al peatón, reactivar el espacio público y volver a darle la cara al río a través de espacios de actividad para el disfrute de los ciudadanos. A su vez, este conectará con el malecón del Cristo Petrolero, dando continuidad a la ciclorruta existente y, sobre todo, movilizando la economía de la región”, dijo.
Por su parte, Mario Viteri, secretario de Gestión Ambiental de Pasto, Nariño, menciona que al ser una ciudad Panamazónica donde se conectan el Pacífico, los Andes y el Amazonas, la hoja de ruta debe priorizar la vinculación efectiva de la naturaleza en el desarrollo urbano y rural del municipio. El ajuste al Plan de Ordenamiento Territorial le apunta a implementar corredores biológicos como el río Pasto y a planificar el desarrollo de la ciudad en función de la economía circular.
“Actualmente iniciamos con el diseño de políticas que impulsan el desarrollo de mercados agrícolas diferentes en el territorio, basados en la valorización de productos y residuos agrícolas y agroindustriales para el sector rural, con impactos sobre el medioambiente que permitirán sumar a las metas que el país se fijó en la Agenda 2030″, añadió Viteri.
En Yopal, Casanare, también se busca resaltar la estructura ecológica y diversidad de flora y fauna de la Orinoquia, de acuerdo con María Carolina Rincón, secretaria de Desarrollo Económico y Medio Ambiente. Uno de los proyectos que se están llevando a cabo es la arborización urbana para el municipio, la cual busca articular la regulación de la siembra de especies arbóreas y ornamentales, su mantenimiento, la protección de los espacios públicos y la infraestructura tanto urbana como de redes hídricas, eléctricas y el sistema vial.
También se proyecta que la ciudad se convierta en el primer jardín botánico de la Orinoquia y en un referente de conservación, educación ambiental e investigación de la biodiversidad. Armenia le está apostando al urbanismo sostenible, pues su meta es convertirse en la Capital Verde de Colombia. “Con orgullo, hoy podemos decir que Armenia hace parte del programa Ciudades Sostenibles y Competitivas de Findeter, lo que permite generar una visión a largo plazo a través de la priorización de inversiones estratégicas que promuevan la reducción de brechas de inequidad social y desarrollo sostenible en el territorio”, agregó su alcalde, José Manuel Ríos.
Además, se han destinado 526.000 millones de pesos para la descontaminación de las quebradas de Armenia, una estrategia que hace parte del Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos, proyectado a 30 años.
Carolina Barreto Reyes, docente de la Facultad de Negocios, Gestión y Sostenibilidad del Politécnico Grancolombiano, asegura que uno de los grandes retos es que para los ciudadanos la naturaleza esté en el centro de todo y ellos sean responsables de protegerla. La expectativa es que muchas más ciudades se unan a esta iniciativa y de esta forma se potencie la calidad de vida, el desarrollo sostenible y la economía de las regiones.
Atributos de una BiodiverCiudad
- Usa eficientemente los recursos naturales con enfoque en economía circular.
- Promueve un estilo de vida saludable.
- Conserva la biodiversidad en su entorno.
- Impulsa la bioeconomía, la ciencia, la tecnología y la innovación como ejes del desarrollo sostenible.
- Tiene instituciones sólidas, articuladas, eficientes y efectivas.
- En su planificación y ordenamiento territorial incorpora la biodiversidad.
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