Bogotá ha venido avanzando en los últimos años en la consolidación de un sistema integrado de transporte público, que incluye TransMilenio, cables aéreos y, próximamente, el metro. Además de ser mucho más eficiente y rápida, la flota de la empresa también es mucho más amigable con el medioambiente.
Hasta hace poco más de dos décadas, el sistema de transporte de la capital del país era manejado por empresas privadas, lo cual dificultaba la renovación de la flota, la planeación de las rutas y la integración con otros sistemas. Actualmente, el panorama es totalmente diferente para la ciudad.
En todo el sistema TransMilenio, que incluye el componente zonal (7.433 buses), troncal (2.192 buses), alimentador (948 buses) y el cable, se realizan alrededor de 4 millones de viajes diariamente, lo cual contribuye a mejorar la movilidad de Bogotá, con la ventaja de que se pueden realizar con una misma tarjeta: TuLlave, la cual se puede adquirir en las taquillas de las 138 estaciones o nueve portales del componente troncal y se puede recargar a través de internet.
Otro punto favorable del sistema es que buena parte de su flota está constituida por buses de baja emisión, es decir, impulsados por gas natural o electricidad, lo cual reduce las emisiones de CO2, mejorando la calidad del aire en Bogotá y posicionando a la capital como una de las ciudades con la mayor flota limpia de la región.
Gracias a esto y otros avances en materia de operación y seguridad, el índice de satisfacción en movilidad con el sistema por parte de los bogotanos aumentó a 38,8 por ciento, lo que representó un alza de 9,1 puntos porcentuales frente a la medición de 2022 (29,7 por ciento), de acuerdo con el índice de Percepción Ciudadana 2023, de Bogotá Cómo Vamos.
De extremo a extremo
A pesar de tener solo 24 años de operación, pues el sistema comenzó el 18 de diciembre del año 2000 a las 10 de la mañana, hoy es posible recorrer Bogotá de sur a norte y de oriente a occidente en los buses rojos, que transitan por corredores exclusivos iniciando y terminando su recorrido en los portales o estaciones de cabecera.
Gracias a la construcción de las 12 troncales (Caracas, Autopista Norte, Suba, Calle 80, NQS Central, Américas, NQS Sur, Caracas Sur, Eje Ambiental, Calle 26, Carrera 10 y Carrera 7) los tiempos de recorrido son cada vez más cortos y varias de estas líneas se integrarán con la Primera y la Segunda Línea del Metro de Bogotá en los próximos años.
Los vehículos solo se pueden detener a dejar y recoger pasajeros en las estaciones, conforme a una planeación previa y a un riguroso control en tiempo real. Además, estos paraderos cuentan con acceso seguro para los usuarios a través de semáforos, puentes o túneles peatonales.
Es importante destacar que la empresa tiene planeado aumentar los buses articulados y biarticulados de cero o bajas emisiones del Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá, a través del ingreso de 296 nuevos vehículos y la construcción de la Infraestructura de Recarga Eléctrica asociada, que estará disponible a finales de 2025 en las nuevas troncales que se encuentran actualmente en construcción.
La incorporación de estos buses beneficiará a más de 2 millones de usuarios al día y reducirá al menos 33.300 toneladas de CO2 al año. Asimismo, gracias a este proyecto de movilidad sostenible y descarbonización, Bogotá será la ciudad con la flota eléctrica articulada más grande del mundo y alcanzará el 48 por ciento de buses de bajas y cero emisiones en su sistema de transporte público.