Desde que comenzó el racionamiento de agua el pasado mes de abril, Bogotá ha enfrentado grandes desafíos en materia ambiental, particularmente en el abastecimiento de agua potable. El sistema de embalses de Chingaza, que surte al 70% de los bogotanos con el recurso hídrico y está integrado por el embalse de Chuza y el de San Rafael, registró su nivel más bajo en la historia: 14,9%.
Hoy, el nivel de los embalses del sistema Chingaza muestra una recuperación alentadora: más del 50% de su capacidad. Según el último reporte de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), las fuertes lluvias de las últimas semanas incrementaron los niveles de los embalses de Chuza y San Rafael en un 38,4% y un 88,61%, respectivamente. Aun así las medidas se mantienen y la Alcaldía busca alcanzar el 70% de capacidad.
“Se ha planteado que el racionamiento no ha funcionado, pero es esa medida la que nos permite hoy tener 18 millones de metros cúbicos de agua adicionales en Chingaza, que no tendríamos sin el racionamiento”, aseguró Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá.
Ante este panorama, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible anunció una inversión para fortalecer el proyecto ‘Resiliencia hídrica paisaje Bogotá-Región’, una iniciativa que contribuirá a reducir el riesgo climático y robustecer la gestión hídrica en Bogotá y los territorios de la Sabana.
La inversión será de 400 mil millones de pesos y beneficiará a toda la población de Bogotá. Estos recursos estarán dirigidos a las acciones de la segunda fase del corredor Sumapaz-Chingaza-Guerrero, un proyecto que recuperará la cobertura natural de áreas degradadas en los ecosistemas de alta montaña.
El anunció lo hizo la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, en el marco de la COP29, la conferencia de la ONU sobre el cambio climático realizada en Bakú (Azerbaiyán). La ministra aseguró que esta iniciativa garantizará la seguridad hídrica en el país.
“Esta fase tiene como objetivo sostener la conservación de las áreas protegidas y también la restauración de 15.000 hectáreas adicionales enfocadas en la provisión de agua. Este es un esfuerzo de implementación conjunta entre entidades de orden nacional, la región, el Distrito Capital y los campesinos de la zona”, afirmó Muhamad.
Precisamente, la inversión conservará cerca de 172 mil hectáreas en total. Entre ellas, 5 mil hectáreas en restauración de ecosistemas de alta montaña y páramos y más de 10 mil hectáreas en la conversión a sistemas productivos sostenibles.
El proyecto tendrá una duración de 25 años y desarrollará estudios de viabilidad, estructura financiera para el pago de servicios ecosistémicos y evaluaciones ambientales, sociales y de género. El objetivo central: abordar los retos críticos de la seguridad hídrica.
‘Resiliencia hídrica paisaje Bogotá-Región’ es cofinanciado por el Ministerio de Ambiente y la RAPE (Región Administrativa y de Planeación Espacial), y forma parte de los cupos financieros que tiene Colombia y el Fondo Verde del Clima.
“Venimos trabajando con el Fondo Verde del Clima para atender con soluciones basadas en naturaleza los problemas de las cuencas que abastecen de agua a Bogotá. Esto en el contexto de la crisis climática es muy importante, pues estos asuntos ya comienzan a preocupar en municipios de la región Andina y en varias regiones del país”, apuntó Tatiana Roa, viceministra de Ordenamiento Ambiental del Territorio.
Finalmente, esta iniciativa beneficiará a más de 500 mil personas de comunidades vulnerables y 250 mil residentes urbanos con riesgos latentes de inundaciones.