Para la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Colombia, Caldas es un referente de paz a nivel nacional. Aunque inicialmente no estaba entre los departamentos del Acuerdo de Paz, el territorio decidió formar parte activa de este consenso, implementarlo y contribuir a generar sinergias entre todas las instancias involucradas.
Entre las experiencias más significativas de este proceso está la que se desarrolla en la finca La Pangola, en Riosucio, en donde un cultivo de peces logró unir a víctimas y victimarios. Esta experiencia es ejemplo nacional de convivencia.
“Teníamos muchos temores de cómo iba a ser ese encuentro de estos compañeros que regresaron al territorio, cómo iba a ser la comunidad receptora de ellos, pero encontramos que las víctimas aceptaron que era necesario avanzar”, contó Carlos Eduardo Gómez Restrepo, miembro del Consejo Regional Indígena de Caldas (Cridec).
A pesar del miedo y las heridas aún abiertas, esta comunidad le apostó a la integración. Idalia Díaz Cataño, miembro del resguardo indígena Cañamomo Lomaprieta y de la Cooperativa Multiactiva Indígena para la Paz, explicó que este proyecto es el único en el cual participan excombatientes y víctimas.
“¿Por qué lo hicimos de esta forma? Porque ellos nos brindaron esa confianza de trabajar juntos y porque si nosotros no aprendemos a perdonar, nunca vamos a salir de la guerra”, aseguró.
Por su parte, José Esteban Tapasco Trejos, excombatiente, comentó que a través de la piscicultura lograron tener eco hasta el punto de que una Administración Departamental centró sus ojos en ellos.
“La sinceridad en los procesos es muy importante, nosotros no tenemos un discurso de justificar nuestras acciones, tenemos una vocación de servicio a la comunidad. Es decir, nos hemos comprometido con tratar de sacar adelante los territorios”, indicó Tapasco.
Y agregó que la experiencia ha tenido resultados muy positivos. Comenzaron con 28 personas y a la fecha ya son cerca de 80 los miembros de la Cooperativa Multiactiva Indígena para la Paz. “Tenemos 45 mujeres víctimas que le apuestan al tema de la confección, 29 mujeres que trabajan con pollo de engorde. Es un balance de optimismo y de mucha fe de ser exitosos a futuro”, puntualizó.
El gobernador de Caldas, Luis Carlos Velásquez Cardona, reafirma que desde el departamento quieren dar un enfoque de paz a cada una de las seis subregiones, tomando como ejemplo el caso del resguardo indígena Cañamomo Lomaprieta.
Velásquez Cardona explicó que es necesario entender que si bien se le apuesta a la paz de los actores del conflicto armado, en realidad esta es aquella que “se vive en comunidad, desde el hogar y la cotidianidad”, enfatizó.
Desde la Gobernación también están convencidos de que otra forma de construir paz es mediante la vivienda digna, que permite llevar mayor bienestar y calidad de vida a las poblaciones. Por eso, lideran programas de construcción de vivienda nueva y mejoramientos habitacionales, que benefician a decenas de familias caldenses.
Por medio de todas estas acciones, Caldas quiere ratificar que “no basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla”, como concluye Eleanor Roosevelt, impulsora de Derechos Humanos.
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