Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia, se destaca no solo por su vibrante cultura y su rica historia, también por ser un auténtico epicentro de biodiversidad. Para Mauricio Mira, director del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma), la ubicación estratégica de Cali en el Chocó Biogeográfico, región que se extiende desde la frontera con Panamá hasta Ecuador, es determinante. Esta zona, caracterizada por su exuberante biodiversidad, alberga una variedad sorprendente de especies endémicas.
La biodiversidad de Cali está representada en 604 especies de aves, 473 de árboles y más de 777 de mamíferos. La conservación de esta riqueza natural es posible gracias a espacios como el zoológico, el Jardín Botánico, universidades verdes y más de 15 barrios en proceso de transición a ecobarrios.
“Cada vez vemos más vehículos eléctricos y, algo bien importante, el crecimiento del sentido de la responsabilidad de los caleños con el cuidado y la protección de la biodiversidad es creciente”, aseguró Mira.
Sin embargo, la ciudad enfrenta desafíos enormes asociados al cambio climático y la expansión humana, que amenazan la integridad de los ecosistemas naturales. Mira reconoció que la urbanización y la expansión agrícola son los principales problemas, pues generan pérdida de hábitats naturales y la fragmentación de los ecosistemas, poniendo en peligro la supervivencia de muchas especies.
También mencionó que las autoridades ambientales y de desarrollo sostenible de Cali son cruciales para atender esta realidad y garantizar la preservación y conservación de los ecosistemas estratégicos de la ciudad: bosques urbanos, humedales y caudales hídricos. Bajo su liderazgo se promueven prácticas como la reforestación, la arquitectura sostenible y la implementación de energías renovables.
Adicionalmente, se están desarrollando políticas que fomentan la transición hacia un modelo económico más verde y sostenible. “Se priorizan iniciativas como los negocios verdes, el pago por servicios ambientales y la creación de ecobarrios, que buscan integrar el desarrollo económico con la protección del medioambiente y el bienestar social”, detalló Mira.
Aviturismo
La Sultana del Valle ofrece una diversidad de puntos de observación, desde sus parques naturales hasta las zonas urbanas, que la convierten en uno de los destinos favoritos de quienes viajan por el mundo a pajarear.
Mabel Lara, secretaria de turismo de Cali, aseguró que la ciudad es la capital de las aves. Se pueden observar en todos los corregimientos. “Por ejemplo, La Elvira, el Bosque de Niebla de San Antonio, el Parque Nacional Natural Los Farallones, el Ecoparque de las Garzas, el corazón de Pance Mágico, el parque del Acueducto, la zona urbana en río Cali, el Parque de los Siete Ríos y el Jardín Botánico de Cali, un lugar especial para el avistamiento”, detalló.
Y agregó que algunos corregimientos de Cali también tienen sus ferias de aves como Pance, en agosto. “Nosotros, además, promocionamos el Global Big Day, el evento internacional que involucra a observadores de aves de todo el mundo, quienes pueden participar en Cali, por ejemplo, con la recopilación de datos sobre aves locales. Hoy, tenemos operadores turísticos especializados en aviturismo, tours y paquetes organizados para observarlas en su hábitat natural”, precisó
Lara resaltó que la ciudad cuenta con la primera ruta de turismo para personas con discapacidad visual en el corregimiento de Elvira: “Es muy importante para nosotros que trabajen con los servicios de guías locales especializados en aviturismo”.
Al ser de la región, estos guías tienen un conocimiento invaluable de los lugares privilegiados para avistar aves y son capaces de identificar las especies y compartir información relevante sobre su comportamiento y hábitat durante los recorridos.
“El aviturismo es una actividad que requiere paciencia y una conexión profunda con la naturaleza, instando a los participantes a activar sus sentidos y sumergirse en la experiencia de observar el entorno y escuchar los sonidos de las aves”, concluyó Lara.
Jorge Restrepo, director del Jardín Botánico de Cali, también destacó la importancia de la ciudad para la observación de aves: “Nuestro jardín es un microcosmos de la biodiversidad colombiana. Aquí los visitantes pueden disfrutar de la belleza y el canto de aves como el tucán de pico de frutilla y la tangara multicolor, en un entorno que promueve la conservación y el respeto por la naturaleza”.
El Jardín no solo proporciona un hábitat seguro para las aves, también organiza actividades como caminatas guiadas y talleres de identificación de aves, que son fundamentales para educar a la comunidad sobre la importancia de preservar estos ecosistemas. “Con su compromiso por la conservación y su rica diversidad de especies, el Jardín Botánico de Cali se consolida como un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y el avistamiento de aves”, concluyó Restrepo.