Quince minutos es el tiempo que el Sargento Primero Francisco Pedraza del Ejército Nacional recuerda del día que cayó en un campo minado, en medio de una operación de rescate en Caquetá. Tras graves heridas, y quince días en coma, sus dos piernas tuvieron que ser amputadas. “Suena feo decirlo, pero soy quien soy en este momento, a partir de ese accidente”, afirma Pedraza, ahora deportista de alto rendimiento; se graduó en la universidad en Lenguas Modernas y empezó a ayudar a más heridos en combate, con apoyo de la Corporación Matamoros.
“Estar en medio de un combate es sacar el instinto de supervivencia al máximo”, comenta Pedraza, quien ingresó al ejército en febrero de 1995 y se retiró en julio del 2019. Durante su carrera militar estuvo en San Vicente de Caguán, Arauca, Caquetá y Antioquia, donde conoció a su esposa. “El conflicto era diferente en cada zona, pero para la población civil, que es la que más sufre, era igual”, señala.
En el 2004, cuando se encontraba en Caquetá, su grupo de operaciones fue informado de un desplazamiento en el corregimiento la Unión Peneya, en Montañita. “Llegamos para brindar seguridad a las personas que iban saliendo cuando nos informaron que dos campesinos habían sido secuestrados”, recuerda.
Tras planear una operación de rescate, se logró la liberación de uno de los campesinos, en medio de enfrentamientos. Volvieron a tener novedades del grupo armado la madrugada del día siguiente, cuando por información técnica y datos aportados por locales se confirmó la presencia de guerrilleros a pocos kilómetros. “Fuimos tras ellos y se inició otro combate, pero esta vez, para detener nuestro avance, activaron un campo minado”, relata.
Cuatro militares resultaron heridos, entre esos Pedraza, quien perdió la pierna izquierda y sufrió lesiones muy graves en la derecha; los sucesos les impidieron cumplir con la misión. En cuanto a los otros tres soldados: uno resultó herido en la pierna izquierda, el segundo, registró perforaciones en el cuerpo a causa de las esquirlas, y el tercero perdió su maxilar inferior.
“En todo ese tiempo estuve consciente con mis cinco sentidos durante unos quince minutos, después solo podía escuchar lo que pasaba a mi alrededor, pero no podía hablar, ver o hacer algún movimiento por la pérdida de sangre”, recuerda Pedraza, quien fue trasladado de Florencia a Bogotá donde permaneció quince días en coma, “Además de que perdí mis dos piernas, quedé con una herida en unos de los riñones que no pasó a mayores”, agrega.
Sanar a través del deporte
Tras pasar al batallón de sanidad para realizar todo el proceso de rehabilitación física, se encontró con el deporte paralímpico, específicamente con el handcycle, el ciclismo para las personas con ausencia de extremidades inferiores, o que han perdido la movilidad de sus piernas. Su práctica lo llevó a participar en la maratón de Miami, donde logró el tercer puesto. Adicionalmente, compitió en dos copas del mundo en España, el los Juegos Parapanamericanos en Guadalajara y se consagró campeón en los Juegos Nacionales del 2008 y el 2012.
Durante su tránsito al deporte, comenzó a estudiar inglés, dentro de un programa dirigido a policías y militares heridos en combate, que promovía la Embajada de los Estados Unidos en el país. “El objetivo era estudiar seis meses en Bogotá, presentar una prueba y si la pasaba tendría la posibilidad de continuar esta formación en Estados Unidos”. Pedraza fue el único del batallón en alcanzar el puntaje requerido y su logro lo llevó nueve meses a San Antonio, Texas, donde se graduó como instructor militar de inglés.
Al volver al país continuó con la práctica del deporte y adicionalmente se incorporó a procesos de inclusión y de acercamiento a personas heridas, con el fin de fomentar en ellos el interés por estudio y la realización de nuevos proyectos de vida. También inició estudios en la Universidad Javeriana, donde obtuvo, en marzo de este año, la licenciatura en Lenguas Modernas.
Replantear su proyecto de vida es algo que Pedraza no ha hecho en solitario; la Corporación Matamoros lo ha acompañado en todo su proceso. “Nos ayuda con temas de alojamiento y tiquetes para viajar a competiciones, y en la compra de equipos deportivos para la competición y entrenamiento”, señala. La entidad privada sin ánimo de lucro, también promueve los procesos de acercamiento con militares que resultan heridos. “Los visitamos en el hospital para hablar con ellos y tratar de brindarles una nueva visión, porque cuando uno está en una cama de hospital piensa que todo se acabó”, añade.
La carrera
Precisamente la Corporación Matamoros es la que organiza la Carrera por los Héroes, que este 2021 se realizará de manera virtual y que amplió su convocatoria a competidores en las regiones, e incluso fuera del país. “Es la oportunidad que tenemos todos los colombianos de movilizarnos y de apoyar a los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Militares y de Policía, que han sido heridos, han quedado con alguna discapacidad, e incluso han perdido su vida. Todos podemos manifestar el apoyo corriendo o caminando en la calle, el parque, el gimnasio o donde prefiera”, explica María Alejandra Neira, directora ejecutiva de la organización.
Los fondos recaudados serán invertidos en los programas de educación básica, media y superior, de los que actualmente se benefician más de 200 personas, en los procesos de rehabilitación a través del deporte y en la ejecución de las Acciones Sociales de cada fuerza.
Para participar y obtener más información, las personas podrán ingresar a www.carreraporlosheroes.org
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