Cerro Tusa es una de las pirámides naturales más altas del mundo. Ubicada en el municipio de Venecia (Antioquia), su altura alcanza los 60 metros. Este cerro es un tesoro natural con una historia de 50 millones de años. Entre sus bosques, formaciones rocosas, quebradas y caminos ancestrales se esconden grandes maravillas arqueológicas, antropológicas y turísticas.
“La fertilidad y belleza de las tierras ubicadas en sus alrededores fue aprovechada por las comunidades indígenas que habitaron este territorio. Se han descubierto evidencias arqueológicas de los antiguos pobladores en varios sitios de Venecia, que datan hasta de 2 mil años de historia. Todavía quedan innumerables huellas”, explicaron desde el Museo Cerro Tusa Zenufaná.
En el Glamping Cerro Tusa, un campamento de lujo en Titiribí (Antioquia), la vista al cerro es incomparable. En este municipio, aledaño a Venecia, nació esta iniciativa sostenible que busca diversificar las experiencias turísticas de los colombianos. En otras palabras, exponer la riqueza natural que esconde el suroriente antioqueño.
“Nosotros somos un referente turístico. Estamos ubicados en la vereda El Porvenir, un lugar muy estratégico. Es un sitio de mucha conexión, de mucha magia. Contamos con 8 teepees, todos con nombres indígena. Además, valoramos mucho el tema cultural, social y ambiental. La gente que nos visita queda sorprendida por la vista hacia el municipio de Venecia”, comentó Andrés Larrea, fundador del glamping.
Según la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), el número de glampings en Colombia para 2022 ascendía a 350, de los cuales solo 61 estaban registrados en el Registro Nacional de Turismo. No obstante, su contribución al impulso del turismo, sobre todo en departamentos como Antioquia, Risaralda, Meta y Boyacá, es fundamental.
“Colombia, y especialmente el suroeste antioqueño, tiene sitios muy mágicos que las personas no conocen. Este no es un turismo masivo, no es la playa de Cartagena ni de Santa Marta. Es un lugar que conjuga la parte ambiental, cultural y social que las personas deben conocer. Uno no viene a desgastarse, sino a recargarse”, afirmó Larrea.
Acampar con lujo
Larrea administraba un restaurante en la zona rural de Titiribí, pero la llegada de la pandemia obligó al cierre de su establecimiento. Este ferretero, sin embargo, no quiso abandonar el lugar boscoso y optó por seguir su instinto: fundar un glamping. Una modalidad que combina el aire libre con las comodidades y lujos de un hotel.
La ubicación fue un aspecto innegociable: exaltar el Cerro Tusa era una prioridad. Por su belleza, biodiversidad e historia, esta joya natural acarreaba un montón de experiencias turísticas listas para ser exploradas. Una de ellas: los caminos ancestrales.
“Titiribí estuvo habitado en una época por los indios nutabes y toda esta zona tuvo muchísimas tribus. En nuestra zona estaba el cacique Titiribí y ellos se comunicaban por caminos ancestrales. Aquí hay unas pistas y unos caminos que recorremos a pie o en caballo y es toda una maravilla”, relató el fundador.
Asimismo, otro de los distintivos del Glamping Cerro Tusa es su piscina piramidal, que está alineada topográficamente con el cerro veneciano. La punta de la piscina y la punta de la montaña siguen la misma línea perpendicular. “Las personas quieren venir a tomarse fotos en la piscina, por esa ubicación perfecta que tiene con el cerro”, añadió.
Entre las experiencias que el glamping ofrece están los recorridos a caballo, visita a las cascadas del municipio, práctica de parapente y excursionismo.
Glamping sostenible
Este glamping tiene más de 3 mil plantas sembradas, entre frutas, verduras, hortalizas y plantas ornamentales. Además, cuenta con un cultivo de plantaciones ancestrales y más de 450 metros de sendero ecológico.
“Nosotros manejamos la sostenibilidad y la sustentabilidad. Tenemos energía solar al ciento por ciento. Nuestra seguridad alimentaria está garantizada con la siembra que tenemos: huertas para las verduras, las hortalizas y las más de 14 referencias de especies de aromáticas para la coctelería y las infusiones”, señaló Larrea.
Asimismo, Glamping Cerro Tusa involucra el tema regenerativo en su funcionamiento. Todos los desechos orgánicos que producen sus visitantes son acumulados en una compostera que luego funciona para alimentar a las plantas.
“También apoyamos a los emprendimientos locales de la zona y tenemos una ludoteca para niños, con la que impactamos a 800 niños y hoy la vereda respira otro aire. Enseñarles sobre música, karate y arte les refuerza muchas cosas importantes para su devenir en la vida”, finalizó Larrea.