Viajar dejó de ser un acto de simple desplazamiento físico para convertirse en una actividad de enriquecimiento personal. Los viajeros quieren volver mejores, llenos de experiencias, de entendimiento de las diferencias, de aceptación de las culturas: quieren involucrarse con la comunidad receptora; aportar.
En este contexto, Colombia tiene una oportunidad única de ser potencia global en turismo y dar un salto al desarrollo a través de esta actividad que debe estar al servicio de la sostenibilidad del país. Hoy se cuenta con un portafolio de experiencias amplio y si bien Colombia se sigue apoyando en destinos tradicionales como Bogotá o Cartagena, tiene una estrategia clara de promoción a través de seis grandes regiones que permite exponer una oferta más robusta, variada e incluyente, con énfasis en la naturaleza y la cultura, y que viabiliza el alto gasto. En el caso de las experiencias de avistamiento de aves, por ejemplo, el gasto oscila entre los 3.500 y 4.000 dólares para paquetes turísticos de alrededor de cinco noches.
El turismo también ha aprovechado económicamente las ventajas generadas por el acuerdo de paz con un componente adicional: tiene el poder de resignificar el pasado violento y transformarlo para incrementar el interés de visitantes, e incluso de locales, para que se acerquen a la historia bajo una orientación educativa y de no repetición.
La posibilidad de hacer safaris en la Orinoquia colombiana o avistamiento de aves en zonas que anteriormente estaban en medio del conflicto armado; de visitar las pictografías en la Serranía de La Lindosa, en Guaviare; de admirar la majestuosidad de una pareja de cóndores en un glamping cerca de Villamaría, Caldas; de apoyar a las comunidades indígenas vecinas a los Cerros de Mavecure con su emprendimiento de productos derivados de las abejas sin aguijón, en Guainía; de admirar la herencia prehispánica en el Parque San Agustín o en Tierradentro; deleitarse con los cánticos de las parteras del Pacífico mientras se disfruta de un viche elaborado por las maestras afrocolombianas, son solo algunas de las experiencias únicas con las que cuenta el país.
En 2023 llegarán nuevas experiencias como el crucero de lujo por el río Magdalena, que operará desde Cartagena y Barranquilla hasta Mompox. Una inversión que revitalizará buena parte de la región del Bajo Magdalena.
Rápida recuperación
La pandemia hizo que Colombia pasara del mejor año para el turismo en número de visitantes y divisas a registrar una caída de más del 70 por ciento en estos dos renglones. Sin embargo, ese doloroso paréntesis se convirtió en una oportunidad para mejorar la prestación de servicios turísticos.
En cuanto a la conectividad, desde marzo de 2022 Colombia recuperó la capacidad aérea internacional que tenía antes de la pandemia. En 2019 se captaron 17 nuevas rutas aéreas, en 2021 se duplicó este número y en lo corrido de 2022 ya se han anunciado 22 rutas por parte de los operadores aéreos.
En la última década el sector hotelero ha duplicado su capacidad. Más de 9.600 hoteles, 234.000 habitaciones y 398.000 camas constituyen el inventario hotelero de Colombia. Los hoteles llegaron a un nivel de ocupación cercano al 9 por ciento en el peor momento de la pandemia y para abril de este año se alcanzó una ocupación promedio nacional del 54 por ciento, una cifra cercana a algunos de los mejores meses de 2019.
Este sector ha sido un ejemplo de articulación público-privada. Gracias al rol activo de los gremios y de los empresarios, Colombia mantiene sus banderas en alto en los escenarios internacionales: 13 nominaciones en 2022 a los World Travel Awards, (conocidos como los ‘Óscares del turismo’) que la incluyen como mejor destino en América del Sur y este verano ocupó el octavo lugar en recuperación de la industria a nivel global. Una muestra de que el sector ha atendido a políticas de Estado que van más allá de los gobiernos.
El turismo avanza por buen camino y tiene el reto de consolidarse como el renglón que más divisas genera en la economía nacional (hoy es el primero no minero-energético). Por ello, es necesario dar un salto hacia una institucionalidad que asegure la política y planeación de largo plazo, que permita más recursos para formar y preparar empresarios, atraer la inversión nacional y extranjera en proyectos de alto impacto, cerrar las brechas en infraestructura y contenido turístico y promover al país como un jugador competitivo y de relevancia global. Un salto en donde el objetivo sea crecer de manera sostenible.
Crucero por el Magdalena
En diciembre de 2023 comenzará a operar el barco que llevará a los viajeros a recorrer uno de los ríos más fascinantes de nuestro país. Los turistas podrán escoger entre dos itinerarios de siete noches y disfrutar del patrimonio cultural y natural del Magdalena, acompañados por un equipo de expertos. Kayak, caminatas y observación de aves son algunas de las actividades a las que podrán acceder. AmaWaterways y Metropolitan Touring son las dos compañías encargadas de darle vida a esta experiencia que generará nuevas oportunidades para las comunidades asentadas en la ribera del río.
*Vicepresidente de Turismo de ProColombia
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