El aumento en los precios de los productos de la canasta familiar sigue golpeando el bolsillo de los colombianos. ¿Qué ha pasado con la papa?

G.P.: Si comparamos el precio con el primer semestre de 2022, la afectación no ha sido grande. De hecho, en el primer trimestre del año pasado hubo problemas y no pudo salir toda la cosecha del sur del país, de Nariño y del Cauca. Este año nos perjudicó el derrumbe en la vía Panamericana pero realmente la cosecha empezó a salir en la última semana de febrero, cuando ya se habían solucionado los problemas en la vía. Entonces realmente no ha habido un problema grande en los precios al consumidor, y por eso no ha afectado en gran medida los precios en la canasta familiar.

¿Qué se espera para el segundo semestre?

G.P.: Los precios ya subieron lo que más podían. De hecho, en las últimas dos semanas han tendido a bajar y serán mucho más competitivos para los hogares colombianos. Ya casi sale la segunda cosecha, de la sabana cundiboyacense, y los precios son sustancialmente más bajos.

¿Cómo se han comportado las exportaciones?

G.P.: Colombia es un gran productor de papa, estamos en el puesto 20 en el mundo, pero las exportaciones son muy bajas. Exportamos alrededor de 3.000 toneladas al año de papas criollas en conserva, que se mandan al sur de la Florida, Panamá, a algunas islas del Caribe, a España y a Japón. Colombia exportó buena cantidad de papa pero antes de 2010. Fedepapa ha hecho contacto con algunas empresas centroamericanas en El Salvador y Honduras, pero el incremento en los fertilizantes hicieron que el precio de la papa que se les ofrecía no fuera tan competitivo como el de algunas empresas de la Comunidad Económica Europea.

¿Y qué ha pasado con las importaciones?

G.P.: Esto sí es supremamente grave. La Federación demandó prácticas desleales de comercio desde el 2016 y en 2018 se dictaron las medidas antidumping, que estaban por el orden del 7 por ciento, a algunas empresas de Bélgica, Holanda y Alemania. El 65 por ciento de las importaciones de papa precocida congelada que entran a Colombia provienen de Bélgica. En 2022 entraron 110.000 toneladas de esta papa al país.

¿Qué se está haciendo para frenar esta situación?

G.P.:  Con recursos del Fondo parafiscal se busca aumentar la productividad y la producción con semillas certificadas, pues solo el 4 por ciento de la producción nacional se hace con estas semillas. Con prácticas como esta, la producción se aumenta casi al doble. Hace unos cuatro años, el promedio de producción era de 19 toneladas por hectáreas, ahora estamos llegando a las 23, pero igual competimos con las empresas europeas.

¿Qué otros desafíos enfrenta el sector?

G.P.: La papa de los grandes productores de la sabana cundiboyacense tiene unos promedios de producción muy altos, pero si la comparamos con el resto del país, donde hay pequeños productores, el promedio general se baja. El 80 por ciento de los productores tienen menos de una hectárea. Debemos enseñarles a producir y volverlos empresa. Además de que la mujer rural y el joven trabajador tengan mejores posibilidades para que se queden en el campo.

¿Cuáles son las proyecciones del sector para este año?

G.P.: Estamos desarrollando cuatro nuevas variedades de papa, que consideramos mejorarán la productividad y van a ser mucho más resistentes a plagas y enfermedades. Esperamos que la productividad de Colombia siga creciendo y que llegue a 25 o 26 toneladas.