Las restricciones que impuso la emergencia sanitaria en el mundo redujeron al ecosistema digital las propuestas empresariales de cientos de emprendedores que tuvieron que desarrollar nuevas habilidades para comercializar sus marcas a través de redes sociales. Sin embargo, la interacción de los clientes con ciertos productos es insustituible. Retomar esa experiencia de compra es parte de la estrategia que persigue la Feria de los Colombianos Invencibles que desde el 13 de agosto se realiza de forma presencial en Bogotá, Medellín, Ibagué, Barranquilla y Cali.

Artesanos de Atlántico, campesinos del Valle del Cauca y tejedoras de Córdoba, entre otras propuestas con sello nacional, darán a conocer sus productos en espacios físicos destinados para esta actividad hasta el 12 de septiembre. Su participación así como la entrada a la feria es gratuita.

Stephany Lima, fundadora de Woonita, una marca vallecaucana de productos femeninos y decorativos en Cali, cuenta que la empresa nació hace más de un año cuando visitó a los artesanos del Atlántico y se enamoró de su trabajo. Desde entonces, teje sus productos con palma de iraca, extraída de Usiacurí. Antes de dedicarse a esta actividad, trabajaba en una entidad financiera; renunció a su empleo al inicio de la pandemia con la idea de dedicarse a este arte y ahora busca darse a conocer en la ciudad.

“Usiacurí se quedó prácticamente sin vender por la ausencia de turistas. Por eso, cuando damos a conocer la empresa también mostramos que hay personas preocupadas por mantener el país a flote, queremos que los caleños se den cuenta de que aquí hay cosas diferentes”, cuenta Lima.

Como Stephany, cientos de emprendedores le apuestan a ideas innovadoras que les permitan generar ingresos a través de la comercialización de los productos por redes sociales. Adriana Arismendi, vicepresidenta de Mercadeo de Bancolombia, la institución financiera que organiza la feria, explica que con esta iniciativa quieren apoyar a un grupo de colombianos en búsqueda de oportunidades. Por esta razón, además de un espacio donde exponer, la estrategia incluye charlas de educación financiera y de alternativas de medios de pago, dirigidas a microempresarios.

“Luego de una convocatoria abierta en la que participaron más de 2.300 emprendimientos, hicimos una selección basados en el tipo de producto, la categoría a la que pertenecían, los precios, si eran creados por ellos mismos o comercializados y que preferiblemente no tuvieran un local comercial”, explica Arismedi.

En Medellín, Luz Ángela Andrade, fundadora de Corazón y Color, exhibe moda ciento por ciento artesanal. La marca nació luego de que logró articular la labor de creadoras wayuú, en La Guajira, con mujeres tejedoras y cabezas de hogar en Córdoba. La iniciativa busca que todos los trabajadores en las regiones obtengan pagos justos por sus diseños y que el público reciba productos asociados a las tendencias de moda actuales.

“Este stand nos permite lograr visualización luego del reverso económico ocasionado por la pandemia, ayuda a que nuestros clientes conozcan quién está detrás de la marca. Quedar seleccionada para mí es muy importante porque pienso que les estoy dando visibilidad a los artesanos y eso representa oportunidades para esas comunidades”, destaca Andrade.

Desde Ibagué, Diana Zamora, fundadora de Maple Respira Verde, cuenta que su idea de negocio también nació con la contingencia de la pandemia, pero ha logrado mantener las ventas de materas de cerámica gracias a lo novedoso de sus diseños. “La feria se encuentra en uno de los centros comerciales más grandes de Ibagué, aquí hay productos que la gente no ve en centros comerciales normalmente y eso llama la atención del público”, concluye.

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