A pesar del significativo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que registró Colombia durante el año pasado (10,6 por ciento según el Dane), los expertos llaman la atención sobre el hecho de que este indicador aún no se refleja en dos de las grandes problemáticas que se agudizaron debido a la crisis sanitaria: desempleo y pobreza. En el caso de la primera, durante 2021 se mantuvo en el 13 por ciento, mientras el indicador de pobreza llegó a 42,5 por ciento, es decir, que representa a más de 21 millones de colombianos.
Los sectores del comercio, la construcción y las Tecnologías de la Información (TIC) han sido unos de los grandes ramos jalonadores de la recuperación económica. Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, señala que la cifra de crecimiento del PIB es extraordinaria y el comercio juega un papel fundamental. Según datos de esta entidad, el consumo de los hogares creció 14,1 por ciento. Asimismo, Cabal resalta que por tipo de bienes el de mayor crecimiento fue el segmento de semidurables con un 40,7 por ciento, muy influenciado por los días sin IVA que, sin duda, le dieron un empujón a la economía durante el 2021. De igual manera, durante el cuarto trimestre del año la categoría de comercio, transporte, restaurantes y hoteles creció 21,2 por ciento.
“Esperamos que en 2022 el comercio conserve el dinamismo, aunque la encuesta de Fenalco de enero arrojó una ligera desaceleración en el crecimiento de las ventas y una disminución del optimismo de los empresarios. El gran reto para este año será la recuperación del empleo”, sostiene Cabal.
Por su parte el sector de las TIC ha tenido un rol clave en la reactivación gracias a importantes inversiones públicas y privadas, que han contribuido además a la aceleración de la transformación digital. Solamente en los meses de abril, mayo y junio del 2021, según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, las ventas en línea alcanzaron los 9,95 billones de pesos. Esto significa un incremento del 54,9 por ciento si se compara con el mismo periodo del 2020.
En cuanto a la construcción, si bien las cifras prepandemia eran mayores, su protagonismo como dinamizador de la economía se ve reflejado en la generación de empleo y contribución al desarrollo urbano de ciudades y municipios. Sandra Forero, presidenta de Camacol, sostiene que “el buen comportamiento del sector edificador alimenta la expectativa para seguir movilizando inversiones en la cadena de valor a través de compras intermedias al 54 por ciento del aparato productivo del país y, sobre todo, generando bienestar para los hogares colombianos mediante la construcción de vivienda formal”.
Las más de 239.000 viviendas nuevas que se vendieron en todo el país a lo largo del 2021, confirman la relevancia de este sector para el país.
Proteger el empleo
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, explica que este es un fenómeno natural en las recuperaciones luego de caídas económicas, en las que usualmente lo que se restablece más rápido es el empleo. “Algo de ese rezago se da porque los empresarios no vuelven a demandar la misma cantidad de trabajo hasta que no ven que la recuperación queda en firme”, precisa. Y agrega que otro elemento que puede contribuir a este desacoplamiento es el eventual desplazamiento de mano de obra no calificada, es decir, las personas con menores niveles de educación que están en puestos asistenciales y terminaron perdiendo su trabajo por procesos relacionados con la adopción de nuevas tecnologías que se aceleraron durante la pandemia.
Sin embargo, Mejía también llama la atención sobre el desempeño del sector de la construcción, que a pesar de haber tenido un crecimiento positivo en el 2021, sigue un 23 por ciento por debajo del nivel de actividad económica que tenía en 2019. Esto incide en que esa capacidad de generación de empleo no sea equiparable a lo que sucedía antes.
Ante esta realidad, las soluciones estarían en acelerar los grandes proyectos de infraestructura a nivel nacional y local. Para ello se requiere una gerencia que en ambos niveles identifique los cuellos de botella que no están permitiendo una rápida ejecución, y dinamice las iniciativas que tienen recursos de regalías.
Finalmente, en relación a la pérdida de los trabajos menos calificados, lo ideal es fortalecer los procesos de reentrenamiento laboral y las habilidades y conocimientos en las nuevas necesidades del mercado entre los más jóvenes.