Cuenta el libro del Génesis que Noé fue un hombre justo, intachable entre la gente de sus tiempos. Un día, Dios le contó que acabaría con todos los seres vivos de la Tierra, que la destrucción sería inminente. Entonces, le ordenó que construyera un arca de madera resinosa, de más de 130 metros, con compartimentos para su familia y algunos animales. Noé aceptó: construyó el arca y se preparó para el diluvio. El resto es historia.
Este relato, uno de los más memorables del Génesis —el primer libro bíblico—, inspiró a la familia de Jenny Parrales para construir el Arca de Noé, un parque temático ubicado en el municipio de Tauramena (Casanare) a 71 kilómetros de Yopal. Un espacio didáctico cuyo propósito principal es narrar la historia del Antiguo Testamento, la primera parte de la Biblia cristiana.
“Nosotros empezamos a notar el creciente flujo de turismo en el sector. Mis padres tenían cuatro hectáreas cerca y empezamos a pensar en ideas para el proyecto. Fue un milagro: Dios puso la idea del Arca de Noé en nuestro camino. Nosotros somos, al igual que en el relato, ocho personas. Tardamos aproximadamente un año y medio construyendo este monumento”, relató Parrales, cofundadora del parque.
Por su parte, el Arca de Noé no es la única atracción llamativa del parque temático. La familia de Parrales también construyó un modelo a escala de las Pirámides de Guiza, la más antigua de las maravillas del mundo. Esta necrópolis piramidal, localizada en Egipto, fue construida durante la Cuarta Dinastía del Antiguo Reino de Egipto, entre 2.600 y 2.500 a.C.
“Así nos abrimos a muchas cosas. Ahora somos más y lo que queremos es convertirnos en el Parque Bíblico Tierra de Dios, el cual relatará todo el Antiguo Testamento. Nuestro objetivo es relatar esa parte de la biblia de forma didáctica”, añadió Parrales.
Dentro de las pirámides del parque, los visitantes podrán encontrar réplicas de los sarcófagos de Cleopatra y de Tutankamón. Además, la experiencia vincula la historia de Egipto y laberintos interactivos conectados por túneles. Por otro lado, el Arca de Noé ofrece esculturas de animales y una piscina para disfrutar en familia.
“También tenemos fotografías y explicaciones sobre la historia de las pirámides; cafeterías, souvenirs, zonas de playa, zonas de hamacas, experiencias con animales. La experiencia para los turistas es muy buena, es un lugar para las familias. Aquí se viene a compartir. Se puede pasar todo el día. Es una zona de descanso”, señaló la cofundadora.
La embarcación es la más grande de Latinoamérica: tiene 50 metros de largo, 13 metros de ancho y 10 metros de alto. Entre otras cosas, se ha convertido en un punto crucial para el turismo de Tauramena, un municipio de 21 mil personas acostumbrado a la economía del sector petrolero.
“Tauramena vivía del petróleo. Todos vivíamos del petróleo, pero por las decisiones del gobierno el desempleo aumentó. Las empresas empezaron a recortar al personal. Antes las empresas petroleras utilizaban los hoteles o los servicios del pueblo, pero ya no es igual. Este pueblito no era conocido hasta que se hizo viral por las Pirámides y el Arca. Así que ahora esperamos que nuestro pueblo se impulse del turismo”, añadió Parrales.
Aún así, esta experiencia turística es un parque en construcción. Su sueño más grande: hacer del parque una experiencia completa de la historia bíblica.
“Aún falta mucho por terminar. Vamos como un 30% de lo que queremos. No tenemos grandes recursos, somos una familia humilde. A medida que el parque da, vamos arreglando y construyendo. La experiencia es buena, nos encantaría que estuviera terminada. Por el momento, las personas se van contentas”, finalizó.