Por séptimo año consecutivo se desarrolló el Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico, que este 2022 tuvo como sede la capital de México y por primera vez retoma la presencialidad desde que inició la pandemia.
Colombia, Chile, Perú y México forman parte de esta instancia internacional que se propone, anualmente, buscar soluciones a una de las principales problemáticas de este grupo poblacional en la región: el desempleo.
¿En qué consiste este encuentro de jóvenes de la Alianza del Pacífico?
ANTONIO NÚÑEZ: En este foro, que se realiza desde 2016, buscamos promover las oportunidades de empleo, emprendimiento, empleabilidad, en general, para los jóvenes de los cuatro países de la Alianza del Pacífico. Tenemos muy claro el compromiso que tenemos con ellos, y la importancia de darles la oportunidad de participar en la construcción del futuro.
Durante la crisis sanitaria fue representativo el uso de la tecnología para darle continuidad al encuentro, ¿qué prácticas decidieron mantener?
A.N.: La crisis sanitaria promovió el desarrollo de otros espacios de interacción y significó una aceleración importante en todo lo que tiene que ver con conectividad y transformación digital. Aunque el encuentro retornó a la presencialidad desde la pandemia, también dejó abierta la posibilidad de conectar a muchísimos más a través de distintas plataformas, y de dejar un registro a disposición de quienes quieran, por ejemplo, consultar las charlas en diferido. Hace unos años se consideraba un gran logro reunir a unos 400 jóvenes en una sala; este año se inscribieron más de 250 mil para el conjunto de los cuatro países de la Alianza del Pacífico, una cifra que sería difícil de alcanzar de manera física. Adicionalmente, ahora las redes sociales facilitan la creación de comunidad entre los participantes, y esa interacción seguramente repercutirá en otras oportunidades.
En el caso específico de Nestlé, ¿de qué forma se da la participación?
A.N.: El foro nos permite compartir toda una serie de iniciativas que venimos desarrollando con los jóvenes. Hasta cierto punto, esto tiene un efecto multiplicador. Consideramos esta una oportunidad para identificar qué está haciendo bien un mercado con el fin de que otros, en un momento determinado, lo puedan adoptar. De hecho, a medida que han pasado los años, se ha incrementado el interés de otras empresas por participar.
¿De qué manera se piensa fomentar la empleabilidad de los jóvenes de la Alianza del Pacífico?
A.N.: Precisamente hay una iniciativa muy poderosa que nació en uno de los encuentros anteriores: el compromiso de la educación dual técnico- profesional, que busca que los jóvenes se formen en profesiones que demandan las industrias, con la particularidad que desde el inicio de esa formación tienen la oportunidad de complementar la información teórica con entrenamiento en un puesto de trabajo. La idea es contrarrestar ese círculo vicioso donde el joven no cuenta empleo porque le falta experiencia y al no tener experiencia nunca acaba de desarrollándola para encontrar empleo. De hecho, en muchas ocasiones esos jóvenes son contratados por la propia compañía. Con la educación dual técnico- profesional le brindamos al joven las herramientas para que cuando busque empleo pueda acreditar conocimiento y experiencia.
¿Cómo han logrado avanzar con este plan de formación en Colombia?
A.N.: En Nestlé venimos desarrollando este pilar de educación dual desde hace unos dos años, a través del programa Iniciativa por los jóvenes. Hoy tenemos cuatro carreras preparadas para comenzar a recibir a los primeros jóvenes, y por consiguiente a los primeros egresados en las áreas de Recursos Humanos, alimentos, logística y transformación digital.
Otro de los propósitos de este encuentro anual es el emprendimiento. ¿Cuál es la propuesta?
A.N.: A nosotros como empresa de alimentación nos interesa muchísimo todo lo relacionado con el agroemprendimiento. El campo es el que nos proporciona la materias primas que son la base de nuestros productos y hacia allí hemos concentrado esfuerzos. En este apartado tenemos tres grandes iniciativas. La primera, la lanzamos precisamente en Bogotá, el año pasado, durante el Encuentro de Juventudes de la Alianza del Pacífico. Se trata de un proyecto de colaboración con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) que promovió la creación de un fondo por 2.000 millones de pesos, que ha permitido desarrollar tres proyectos concretos de agroemprendimiento que están dando empleo a 70 jóvenes en zonas posconflicto.
El segundo, focalizado en mujeres emprendedoras, se desarrolla conjuntamente con el Sena, con una inversión de 1.400 millones de pesos. Ya se tienen concretados cinco proyectos como parte del Fondo Emprender. El tercero es la Escuela de Emprendimiento en Caficultura, de gran relevancia en Colombia, tomando en cuenta lo que esta actividad representa para la economía del país.