En medio del panorama de incertidumbre generado por la pandemia del covid-19, muchos trabajadores en el país continuaron cumpliendo con sus labores de manera presencial. Esto representó un reto de gestión humana para algunas compañías que, por su naturaleza, no podían postergar su operación, entre ellas, las del sector farmacéutico. Adicionalmente a las medidas de bioseguridad, era importante salvaguardar la tranquilidad de los colaboradores. Fue así como nació Historias de TQ en tiempos de covid, un espacio de escucha creado por Tecnoquímicas (TQ) para que empleados y colaboradores pudieran compartir sus emociones frente a la crisis sanitaria.

Desde una perspectiva muy personal cuentan cómo han vivido los efectos de la pandemia, de qué manera la han sobrellevado y si en algún momento estos nuevos tiempos han representado una oportunidad para redescubrirse y afianzar los círculos familiares y sociales. “El objetivo es lograr que a través de un diálogo profundo y transparente nos cuenten sus historias en medio de esta coyuntura de salud pública”, detalla la compañía.

Luis Daniel Díaz, ingeniero de producción junior de Adhinter, una compañía que hace parte del grupo Tecnoquímicas, llegó a Cali a estudiar hace cinco años desde Sotomayor, Nariño. En los primeros días de la pandemia se le presentó la oportunidad de laborar en TQ. “Cuando hablé con mis profesores de la universidad y mis padres les parecía increíble. Lo normal es que haya riesgo de despidos, desempleo, y que a vos te estén contratando justo en esta época es extraño. Gracias a Dios tuve la oportunidad de emplearme”, comenta.

Luis Daniel Díaz, ingeniero de producción junior de Adhinter, una compañía que hace parte del grupo Tecnoquímicas | Foto: Cortesía Tecnoquímicas.

A Juan Carlos Olmos, supervisor de manufactura de Tecnofar -otra compañía de TQ-, la pandemia le ha permitido estrechar los lazos familiares. “Es irónico pero a nivel familiar ha servido para sentirnos más unidos. Mi esposa está muy contenta porque tiene al negrito todo el tiempo en casa después del trabajo. Antes de la pandemia llegaba, comía y me iba para el gimnasio, pero ahora oímos salsa juntos o nos ponemos a hablar de bobadas hasta por la noche. Eso me ha parecido muy bonito”.

Stephany Molina, química de validaciones, comenzó a percibir su labor y la de sus compañeros como algo heroico. Entendió lo que representaba salir diariamente de casa, mientras la mayoría migraba al teletrabajo o trabajo en casa, expectante frente a los cambios que generaba la pandemia en el país. “La pandemia me generó una alerta muy grande, pues mi núcleo familiar es de por sí muy vulnerable: mi mamá es diabética e hipertensa; mi hijo asmático y ha sufrido neumonías atípicas, y está la chiquis, que no tiene ni un año”. Molina comenta que entender el nivel de riesgo que tenía en su entorno la hizo tener mayor empatía con las personas que se habían contagiado.

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