El pasado 8 de noviembre, durante el encuentro de gobernadores actuales y electos en Santa Marta, se firmó el Gran Pacto por la Descentralización, acuerdo que fue suscrito entre gremios territoriales como la Federación Nacional de Departamentos (FND), la Federación Colombiana de Municipios (FCM), Asocapitales, la Misión de Descentralización y el Departamento Nacional de Planeación (DNP).
Dicho pacto busca lograr una mayor autonomía, asociatividad, equidad e inclusión territorial, así como proponer reformas a la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, el Sistema General de Participaciones, el Sistema General de Regalías, y la generación de nuevos incentivos para las regiones del país.
Para los diferentes entes territoriales, esto sería de gran beneficio, pues, las últimas disposiciones dadas en materia de autonomía territorial y descentralización regional fueron consignadas hace ya más de 30 años, en la Constitución de 1991.
“En temas de descentralización, los gobernadores y alcaldes soñamos con mayor autonomía”, afirma Ramiro Barragán, gobernador de Boyacá, quien sostiene que si su departamento tuviera más autonomía para disponer de los recursos de la Nación, se podría invertir más en salud, educación, infraestructura vial, proyectos sociales y muchos temas importantes para los municipios.
“En el caso particular de Boyacá, invertimos parte de nuestras regalías en el Programa de Alimentación Escolar, pero todos los años sufrimos porque necesitamos un concepto previo por parte de la Nación, y luego, para la ejecución, necesitamos también tener una viabilidad. Son temas tan fundamentales, que ojalá tuviéramos más autonomía”, señala Barragán.
Del mismo modo, el gobernador de Santander, Mauricio Aguilar, asegura que si hubiese una verdadera descentralización en Colombia, su departamento tendría mayores oportunidades e inversiones que las que tiene hoy. “Si bien es cierto que el Gobierno nacional destina recursos importantes del Sistema General de Participaciones, estos ya tienen un fin específico, nosotros solo podemos depender de los ingresos corrientes de libre destinación, que desafortunadamente son muy pocos, y el recaudo tributario ya está muy limitado”, precisa.
Por su parte, Roberto Jairo Jaramillo, gobernador del Quindío y Presidente de la FND, cuenta que durante la ola invernal, a falta de esa autonomía territorial, su departamento no tuvo acceso al presupuesto nacional y, para atender la emergencia, tuvo que invertir fondos que tenían otro propósito. “Más de dos billones de pesos estuvieron allí en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y las necesidades en las regiones no fueron atendidas, nos tocó asumir con recursos propios a los departamentos, y eso desvía los recursos de lo que teníamos planteado en el plan de desarrollo”.
Más obligaciones, menos recursos
Asimismo, Jaramillo manifiesta que el modelo de descentralización que existe hoy en la Nación, delega a las gobernaciones “más obligaciones y responsabilidades, pero con presupuestos limitados y se ha empezado a desmejorar la inversión, e incluso, se está pensando en centralizar más la inversión de las regalías”. Sobre este tema, el gobernador de Santander concuerda en que “siempre se habla de descentralización, pero es solo de responsabilidades y de funciones, más no de recursos o mayores inversiones. Por eso, es necesario apostarle a una autonomía pero con apalancamiento financiero”.
Adicionalmente, algunos gobernadores expresan que además del centralismo, hay una dilación en los trámites para la aprobación de proyectos, lo que dificulta la gestión, por ello es necesario optimizar estos procesos.
“Con autonomía, mi departamento sería diferente, la gente viviría mejor, podríamos andar más rápido; eso de pedir permiso en Bogotá para nombrar un docente, para realizar cualquier proyecto, para todo, es terrible. Si no fuera así, podríamos resolver más problemas a la gente”, afirma Héctor Olimpo Espinosa, gobernador de Sucre, quien indica que se debe dinamizar la gestión pública porque muchas veces los recursos del Estado no se ejecutan pese a las múltiples necesidades en departamentos y municipios del país. “No es por falta de recursos, sino de gestión”, sostiene.
De acuerdo con Luis Enrique Dussán, gobernador del Huila, los requisitos, trámites y la plataforma para la presentación y aprobación de proyectos departamentales por parte del Estado, son tan extensos que “de cada proyecto, se puede escribir un libro”.
Por todo lo anterior, los mandatarios departamentales coinciden en que se debe reformular la normativa que rige a las regiones en términos de autonomía territorial. “Hay que hacer una revisión profunda de la manera como funciona el Estado, pero tiene que hacerse con base en el ordenamiento territorial, debemos tener en cuenta las vocaciones productivas de los territorios para poder ir descentralizándolos en la medida que vayamos reconociendo sus capacidades”, explica Dussán.
“Debe hacerse una reforma constitucional para cambiar las reglas de juego del Sistema General de Participaciones y de los diferentes recursos que se transfieren de la Nación a los municipios, porque lo que se busca es que, cada vez, los municipios tengan más inversión en salud, educación, infraestructura vial, programas sociales y muchos otros temas importantes. Por ello, hay que hacer una fuerte estrategia de revisión de las normas de descentralización y autonomía”, finaliza Ramiro Barragán.
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