El microcrédito se ha ido consolidando como una herramienta de progreso para las comunidades trabajadoras de menores ingresos en Colombia. Para los campesinos, contar con el apoyo del sistema financiero con el fin de darles continuidad a sus cultivos les ha permitido sacar adelante a sus familias y crecer como productores. Su experticia sobre la tierra les da la confianza para comprometerse con una deuda y con juicio manejan sus finanzas para preservar su historial crediticio.
Banco Mundo Mujer es una de las entidades que apuesta desde su operación al desarrollo de estas comunidades. Sus analistas de crédito se movilizan hasta los lugares más recónditos de las regiones como parte de su política de inclusión financiera. En varias ocasiones, durante los últimos diez años, un representante del banco se ha movilizado hasta la casa de William Flórez, en Turbaco, Bolívar, para constatar el estado de sus cultivos de maíz, ñame, yuca y plátano, además de la cría de cerdos y gallinas criollas. El primer microcrédito del cual se benefició, hace una década, fue por 500.000 pesos, cuando tenía 34 años; el más reciente, por 11 millones de pesos.
Leonor Melo de Velasco, presidenta del Banco Mundo Mujer, está convencida del poder del microcrédito para combatir la pobreza en Colombia. Por eso, sus productos están dirigidos principalmente a los estratos 1, 2 y 3. También confía en las posibilidades que tiene la entidad para reducir brechas financieras en el país por medio de un portafolio de créditos, ahorros y certificados de depósito a término fijo (CDT). Adicionalmente, cuentan con 178 oficinas con las que cubren 672 municipios de 22 departamentos.
Para febrero de 2022, la entidad contabilizó 702.461 clientes, de los cuales el 57 por ciento son mujeres. Ellas también lideran las adjudicaciones de su producto verde Crédito Agropecuario BioSostenible, que al cierre de 2021 contaba con 8.298 clientes: 44 por ciento hombres y 56 por ciento mujeres “Ellas saben sacarles provecho a sus habilidades y son poseedoras de una resiliencia natural que les permite reinventarse en crisis. Lo interesante es que no progresan solas, siempre priorizan mejorar las condiciones de su familia”, precisa Melo.
De hecho, crean modelos de negocio que les permite atender el hogar mientras generan ingresos: hacen tamales, son modistas, dirigen tiendas de barrio o puestos en las plazas de mercado. Estas iniciativas representan el 61 por ciento del total del saldo de la cartera con el que el Banco Mundo Mujer cerró febrero de 2022: 2,07 billones de pesos.
El 9 por ciento de los microcréditos corresponden al sector agropecuario: pequeños cultivadores de café, criadores de ganado para producción de leche y cría de aves de corral. El banco también cubre las necesidades de pequeñas empresas (19 por ciento) dedicadas al transporte de carga por carretera, comercio de materiales de construcción y comercio de víveres en tienda, en su mayoría.
*Contenido elaborado con apoyo de Banco Mundo Mujer.
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