En tierra de ritos y tradiciones la muerte no es ajena. En el departamento del Chocó, principalmente en la zona del Medio San Juan, el fallecimiento de un ser querido es tan importante como la celebración de la vida misma. No lo hacen en la funeraria, tampoco en silencio sino en las calles o en las casas, en grupo, como un acto de solidaridad colectiva y al ritmo de sonoros cánticos llamados gualíes y alabaos.
Los alabaos son cantos fúnebres y de alabanza, entonados a capela, responsoriales, con una armonía nostálgica, triste, que evoca dolor y esperanza a la vez. En sus letras se hace alusión a las virtudes y buenos recuerdos de la persona que murió así como a los santos, a la virgen o a Dios. “Es una tradición de las comunidades negras que existe hace muchos años, cuando no teníamos salas de velación y nos reuníamos en la casa del difunto para acompañar a la familia. De ahí nace la costumbre de elevar cánticos que ayuden a sobrellevar ese dolor”, explica Luz Marina Mena, secretaria de Cultura del Chocó.
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Los gualíes son los cantos que se elevan cuando el que fallece es un bebé o un menor de siete años. Se caracterizan por tener letras y ritmos más alegres, y la ceremonia incluye arrullos, rondas y bailes. Yarly Clarena Ríos, coordinadora de Cultura y Turismo del municipio Medio San Juan, cuenta que al niño se le considera un ángel que se va al cielo “y la celebración es porque anteriormente para las comunidades negras la muerte de los niños significaba que no vivirían la crueldad de la esclavitud, por eso la tristeza iba acompañada de cierta alegría”.
De la cabecera municipal del Medio San Juan o Andagoya surgió la iniciativa para que estas manifestaciones fueran incluidas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial (LRPCI). Un logro que se alcanzó en 2014. “Actualmente tenemos dos patrimonios, el inmaterial, que son los alabaos, y el material, que es el Teatro Primero de Mayo que nos entregaron en 2004; ahí es donde año tras año se celebra el Encuentro de Alabaos del departamento, el cual se realiza el primer festivo de octubre. Ya vamos en la edición número 23”, detalla Ríos.
Los gualíes, alabaos y levantamientos de tumbas se han mantenido en el tiempo gracias a la tradición oral que se transmite de generación en generación. Así lo vivió Doris María Mosquera del grupo de alabaos del municipio de Tadó. “Desde muy pequeña oía que los viejos cantaban en los velorios y a medida que fui creciendo esas canciones estaban presentes; todavía me gusta acompañar a los familiares de los muertos porque es una enseñanza de nuestros ancestros”.
En ese esfuerzo por preservar el patrimonio inmaterial del Chocó, el semillero del grupo de alabaos Oro y Platino entrena a niños entre los 4 y 12 años en el municipio de Condoto. “Yo siempre canto en la casa y muchos niños se sienten atraídos por la voz y llegan para aprender, los pongo a repetir las letras, los acompaño en la tonada y ya después dejo que ellos solos entonen las canciones”, cuenta ‘Ola’, cantaora de la agrupación.
De igual manera, junto a la Alcaldía del municipio de Condoto, vienen trabajando en la mezcla de alabaos y ritmo exótico, una iniciativa que busca acercar la tradición a los jóvenes con la incorporación de sonidos más llamativos para ellos. Según explican las cantaoras, este alabao es diferente al de los velorios y se presta más para el baile; la idea es que sea comercial y las nuevas generaciones se aprendan las letras, gracias a que el ritmo es más moderno. Es una forma de estar a la vanguardia, pero sin perder la tradición.
Por su parte, desde la Gobernación del Chocó, a través de la Secretaría de Cultura, crearon el Programa de Protección al Patrimonio Cultural desde el cual buscan preservar, transmitir y visibilizar todas esas tradiciones y costumbres que identifican a las comunidades negras. “Trabajamos para que nuestras prácticas y conocimientos viajen de generación en generación y perduren con el tiempo. Esto incluye el patrimonio tanto material como inmaterial”, señala Luz Marina Mena.
La secretaria advierte que todo esto se logra gracias a los recursos provenientes del impuesto nacional al consumo por telefonía móvil. “Ese recurso es el que el Ministerio de Hacienda transfiere al Ministerio de Cultura para ser redistribuido en cada departamento, y nosotros a través de convocatorias anuales invitamos a todos los municipios que cuentan con patrimonio cultural para que puedan acceder a esos recursos, siguiendo los lineamientos. De esta manera aportamos a esas manifestaciones, a esas costumbres de alabaos y gualíes”.
*Este contenido es producto de un trabajo en colaboración entre Semana y la Gobernación del Chocó.
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