Más de ocho millones de toneladas de botellas plásticas llegan al mar cada año, según un informe de la revista Science publicado en 2019. Se calcula que este material tarda 1.000 años en descomponerse. Una realidad aterradora frente a la cual un grupo de tiendas de ropa en Medellín decidieron actuar. Las prendas que comercializan son hechas con telas de fibra de plástico PET reciclado. El proceso de transformación comienza con la recolección de residuos a lo largo y ancho de todo el país. Luego se fabrican textiles y se distribuyen a grandes y pequeños almacenes como ellos.
Enka de Colombia es uno de los responsables del proceso de acopio y reciclaje de empaques plásticos en Medellín, Cali, Bogotá y Barranquilla. Procesa tres millones de botellas al día para transformarlas en productos de alto valor agregado y cuenta con una planta que convierte botellas PET recicladas en fibras, principalmente para ropa de hogar y geotextiles, luego cada marca realiza la estampación y confección de las prendas.
Bohíoplaya es uno de sus clientes. Se trata de un emprendimiento inspirado en los colores y características de la región Caribe que busca enviar un mensaje coherente a sus clientes. “No tendría sentido que tengamos una marca inspirada en la playa y en el mar y estemos contaminando esas playas y mares”, explica Juan Camilo Bohío, director administrativo.
Con el propósito de cumplir con su línea ambiental de responsabilidad social, Bohíoplaya compra tela 50 por ciento pet reciclado y 50 por ciento algodón reciclado, este último se extrae de prendas de segunda mano o desechos textiles. De esta manera, cada camiseta ahorra 2.500 litros de agua, reutiliza cinco botellas plásticas y 0.5 metros de desechos textiles. “Nuestro portafolio no solo cumple con un tema de sostenibilidad ambiental, también de sostenibilidad social porque contratamos a adultos mayores y madres cabeza de familia para la elaboración de las prendas”, puntualiza Bohío.
Ocean Addicted, una marca colombiana de vestidos de baño, es otro de los negocios que le apuesta a la sostenibilidad. Tatiana Ruiz, su fundadora, detalla que “un vestido de baño de dos piezas puede tener aproximadamente unas siete botellas plásticas porque un metro de tela son de 10 a 12 botellas, dependiendo de la cantidad de poliéster reciclado. En nuestro caso este corresponde al 98 por ciento”.
De acuerdo con el Informe del Sistema Moda de Inexmoda a diciembre de 2020 el tamaño de este mercado y las exportaciones de textiles y confecciones colombianas crecieron a
una tasa promedio mensual del 9 por ciento. El mismo documento detalla que el primer algodón orgánico que se cultiva en el país se encuentra en la Sierra Nevada de Santa Marta, sigue rigurosos procesos para garantizar la pureza de la fibra y evitar su contaminación. Además, está siendo utilizado para realizar camisetas de marcas colombianas con el objetivo de contribuir a una moda sostenible y a robustecer alternativas que le apuesten a la protección del medioambiente en el país.
Iniciativas como estas son hoy una eficiente alternativa para el aprovechamiento de residuos. Una práctica indispensable para la descontaminación de los ecosistemas, pues se calcula que el 80 por ciento del plástico diario utilizado en el mundo termina en los océanos. Sin embargo, aún no es suficiente. Reducir el consumo, reutilizar y reciclar no solo en esta industria sino en todos los sectores de la sociedad es fundamental para garantizar un futuro sostenible.
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