Después de un riguroso proceso de selección y de meses de formación para adquirir competencias técnicas y habilidades para la vida, un grupo de 110 jóvenes líderes de diferentes regiones del país se graduó como la primera cohorte del Laboratorio de Innovación Social Adaptativo (LISA). El proceso de aprendizaje incluyó once masters class con personajes como Mariana Pajón, Johanna Bahamon, Taliana Vargas, Diego Molano, Tostao y Frank Pearl, quienes les enseñaron de diseño público, emprendimiento social y tecnologías de la información y la comunicación.
LISA, junto al Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA, la Alta Consejería Presidencial para la Juventud, la Fundación Corona y la Universidad EAN, es una iniciativa que comenzó en diciembre de 2020 con una convocatoria a nivel nacional. 270 jóvenes fueron elegidos para participar en dos cohortes. El proyecto se estructuró a partir de tres ejes temáticos: ser, territorio y comunidad. El objetivo es que los jóvenes no sólo reforzaran sus proyectos de vida, sino adquirieran herramientas para generar transformaciones en sus comunidades.
George Tapiero, 25 años, es uno de ellos. Empezó a estudiar Ingeniería Agroindustrial motivado por fomentar cambios en su barrio. A finales de 2018 creó el colectivo Guardián Amazónico, después de una jornada de limpieza en la quebrada La Sardina en Florencia, Caquetá. Este ejercicio se empezó a replicar con las juntas de acción comunal de otros barrios, sembrando la así la semilla para mantener limpias las riberas de las quebradas y reforestarlas.
’'Necesitamos apropiarnos de las problemáticas que se presentan en nuestras comunidades. De manera colectiva podemos generar grandes impactos que positivamente se ven a mediano y largo plazo”, reflexiona Tapiero. “Cuando se trabaja de manera mancomunada podemos tener mayor alcance a la hora de generar cambios en nuestros entornos. Si mostramos soluciones podemos motivar a otras personas a que realicen la misma estrategia ajustada a sus problemáticas’', agrega.
Emprendimiento social
En Cúcuta, Angie Moreno, 23 años, es la líder del proyecto Juventudes Literarias, un espacio que busca la transformación de la educación. Con este ya ha traspasado fronteras, pues su organización está presente también en Arauca, Pamplona, Bogotá y Quito, Ecuador.
“Aquí la principal motivación para ir a estudiar es el amor por el conocimiento y no la obligación, así es como nace Juventudes literarias”, explica. La organización fue creada en el 2013 en Cúcuta. “Hoy somos un emprendimiento social que tiene el objetivo de aportar a la construcción de una verdadera educación de calidad para el país”, concluye.
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