Camino al Coliseo Cubierto de Morales, Mabel Ramón Chona va repasando en su mente las jugadas de Deyna Castellanos, una futbolista profesional venezolana, jugadora estrella del Atlético de Madrid en la Liga Española Femenina. Ha visto detalladamente sus videos en YouTube, estudiado la forma como patea el balón, especialmente los tiros libres, y espera poder practicar un poco después de completar el reto semanal de la Copa Claro por Colombia 2021.
Mabel, de 15 años, es una de las 24 subcampeonas de la Copa Claro del año pasado y la única representante del municipio Morales, en el departamento del Cauca, lo cual la convirtió en una celebridad en su ciudad, especialmente en la Institución Educativa Francisco Antonio Rada donde cursa grado 8°. A pesar de los múltiples saludos y felicitaciones que aún recibe, no pierde el foco de que su carrera apenas comienza y que para lograr hacer realidad su sueño de ser futbolista profesional debe aprovechar todas las oportunidades que le ofrece la vida, incluyendo repetir una final en la Copa Claro por Colombia.
“Me siento muy feliz porque hay tantos niños y niñas de todo el país participando, que es un logro estar allí. Uno aprende muchas cosas, sobre todo de tecnología por la virtualidad. Los entrenadores de Claro nos ayudan a manejar la plataforma y uno encuentra mucha información, además los retos son divertidos y me ayudan a mejorar el nivel”, detalla Mabel, quien practica desde los 13 años fútbol y ha integrado la Selección de Fútbol Femenina del Cauca en las categorías Sub-15 y Sub-17.
Adriana Chona, su mamá, cuenta que la vida de Mabel ha estado llena de sacrificios que han valido la pena. “Mucha gente me dice que mi hija va a ser profesional, que tiene mucha potencia, y que le va a ir muy bien con el fútbol. Estamos muy emocionados, las cosas siempre se hacen con sacrificio porque a veces si uno tiene para el pasaje para ir a un partido no tiene para comer allá, entonces hay que levantarse temprano y hacer el almuerzo para llevar, todos hacemos el esfuerzo”, resalta.
En Morales son pocas las niñas que juegan fútbol y Mabel se entrena, prácticamente, jugando con niños. Justamente, promover la igualdad y la equidad de género es uno de los objetivos de la metodología de Fútbol por la Paz que desarrolla desde 2007 la empresa social Fútbol Con Corazón (FCC), principal aliado estratégico de Claro para desarrollar la Copa Claro por Colombia desde su primera edición en 2019.
“El fútbol tiene un gran potencial pedagógico que nos permite concentrar en un espacio muy lúdico a muchos niños y niñas sobre una base de educación en valores que ellos mismos construyen y de los que se empoderan. Por ejemplo, en el torneo en vez de 2 tiempos se juegan 3, justamente porque el primer tiempo es para que ambos equipos hagan un acuerdo de convivencia basados en cuatro valores: respeto, honestidad, solidaridad y tolerancia; y a partir de allí se definen las reglas del partido”, explica Carlos Miguel Pérez, director ejecutivo de FCC Colombia.
De hecho, no siempre el equipo que mete más goles termina ganando el juego porque precisamente el tercer tiempo es para realizar la evaluación y autoevaluación del desempeño de ambos durante el partido. Por ejemplo, el equipo ganador recibe 7 corazones (puntos) y el equipo que participó (no se le llama perdedor) recibe 3 corazones, pero al revisar los acuerdos de convivencia definidos en el primer tiempo, por cada acuerdo cumplido el equipo recibe un corazón adicional y, asimismo, por cada acuerdo incumplido al equipo se le resta un corazón.
“Nuestra metodología de Fútbol por la Paz utiliza el fútbol como un medio de educación y desarrollo de habilidades para la vida con la intención de que los participantes puedan enfrentar sus problemáticas sociales de una manera más resiliente y positiva a partir de tres componentes: cognitivos, emocionales y sociales en los que desarrollan comunicación asertiva, control de las emociones y manejo del estrés, entre otras 14 habilidades. Además, trabajamos el empoderamiento comunitario, el liderazgo y la resolución pacífica de conflictos”, agrega Pérez.
De las muchas características innovadoras de jugar al fútbol con la metodología de FCC, en la Copa Claro por Colombia se destaca que los equipos son mixtos (con al menos dos integrantes de cada género), el primer gol debe ser marcado por una mujer y no hay árbitros, solo unos facilitadores que guían a los equipos en la construcción de sus acuerdos de convivencia y los acompañan en el proceso de evaluación y autoevaluación, pero son los propios jugadores quienes regulan el partido.
Para Claro el deporte es un mecanismo positivo de transformación social. “Muchas de estas comunidades se enfrentan a situaciones muy adversas como consumo de sustancias psicoactivas, embarazo adolescente, violencia intrafamiliar, fronteras invisibles o reclutamiento forzado, así que la metodología de Fútbol por la Paz les permite desarrollar habilidades para desarrollarse en esos contextos tan difíciles”, afirma María Consuelo Castro, gerente de Sostenibilidad de Claro por Colombia, al destacar que entre los beneficiarios de la Copa Claro se encuentran víctimas de la violencia, poblaciones indígenas, migrantes y desplazados; “y estamos presentes en municipios priorizados de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y Zonas de Afectación del Conflicto Armado (Zomac)”.
Modalidad mixta
Jorge Luis Pimienta Scott es un adolescente de 17 años de la etnia wayuu que este año debuta en la Copa Claro por Colombia desde su resguardo indígena Las Delicias, en La Guajira, donde vive con su madre y el resto de su comunidad. “Si tuviera la oportunidad de jugar fútbol profesional me gustaría ayudar a niños como yo a que cumplan sus sueños de salir adelante porque nada es imposible si uno se lo propone, siempre hay la posibilidad de conseguir lo que uno quiere, no importa de dónde vengamos o quiénes seamos”, resalta el joven lateral derecho.
Debido a las adversidades ambientales de la región donde vive Jorge Luis, los entrenadores de Fútbol Con Corazón realizan las sesiones de trabajo de la Copa Claro de forma grupal los miércoles y viernes en la jornada de la tarde, de esta manera el torneo en su edición 2021 cuenta con una dinámica virtual y presencial conformado por 5 fases en la que los participantes deben cumplir unos retos semanales individuales con los que suman corazones (puntos), quienes logren más puntos pasarán a una etapa eliminatoria regional en la cual clasifican 10 representantes de cada departamento, 5 por cada grupo organizados en 2 categorías por rango de edad: niños y niñas entre 11 y 13 años; y adolescentes entre los 14 y 16 años.
Por su parte, los participantes residentes en regiones con acceso a Internet o servicio móvil realizan los retos en modalidad virtual en sesiones en vivo a través de la plataforma Cisco Webex donde demuestran sus habilidades técnicas como el dominio, la conducción y el control de pelota, entre otros ejercicios, pero incorporando el contenido de la formación en valores. Un ejercicio puede ser transportar el balón entre dos conos separados por una distancia de 3 metros, y al llegar a cada cono el participante debe escribir un valor en una hoja, por ejemplo, respeto; y el reto se completa con la persona que haga más repeticiones en un minuto, es decir, que además de conducir el balón debe haber escrito más valores.
En las salas virtuales los participantes de una misma región se conectan desde su casa o cualquier espacio donde sea posible y puedan realizar los retos que son presentados por los entrenadores de FCC y los Voluntarios de Claro Colombia, colaboradores de la empresa que se encargan de supervisar el desarrollo de la actividad, que se cumplan las políticas y condiciones del torneo, pero sobre todo que animan a los niños y niñas durante los ejercicios. Los Voluntarios de Claro son los hinchas de los participantes.
“Apadrinar a los niños es acompañarlos en cada actividad semanal. Nosotros nos reunimos con los entrenadores de la FCC y revisamos los retos de cada etapa pensando siempre en que puedan participar la mayor cantidad de chicos teniendo en cuenta sus condiciones de vida. Cuando identificamos que un participante no se pudo conectar por falta de Internet o porque no tenía los elementos como un balón, le reportamos el inconveniente a un compañero de la Copa Claro en esa zona para que se ponga en contacto con la familia y le brinde las herramientas necesarias para mantenerse en el programa”, describe el voluntario Cristian Alberto Polo de la Rosa, especialista regional de Agentes Comerciales en Rioacha y quien a pesar de ser el responsable de toda la operación comercial de la empresa en La Guajira, saca el tiempo para ser el padrino de los niños y las niñas del Tolima en la Copa Claro.
“De niño soñaba con ser futbolista. Ver la emoción de los participantes fue despertando en mí ese sentimiento de ayudarles a estos niños a hacer realidad su sueño”.
La Gran Final de la Copa Claro por Colombia 2021 será presencial y se llevará a cabo en Medellín la primera semana de diciembre. Participarán alrededor de 150 niños, niñas y jóvenes futbolistas representantes de Antioquia, Cauca, Valle del Cauca, Sucre, Guajira, Atlántico, Bolívar, Santander, Norte de Santander, Risaralda, Chocó y Tolima.
Laboratorio de inclusión social
Claro Colombia tenía el antecedente de apoyar semilleros de deportistas y patrocinar eventos deportivos, pero en 2019 la empresa reestructuró toda su estrategia de responsabilidad social basada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con un enfoque real de compromiso y sostenibilidad directamente en las comunidades desde lo social, ambiental y económico con la misión de transformar vidas a través de la tecnología.
En 2019, la Copa Claro por Colombia se desarrolló en cuatro departamentos: Antioquia, Atlántico, Magdalena y Bolívar, beneficiando a 1.600 niños, niñas y adolescentes de comunidades vulnerables con las que ya venía trabajando la organización Fútbol con Corazón. Para el 2020, el desafío fue mantener el torneo en medio de la pandemia adaptando todo el programa a un entorno virtual que permitió incluso llegar a más regiones y expandir su alcance de una forma exponencial.
“Parte de la esencia de este programa es que la tecnología logra transformar la vida, pero también somos conscientes que a través de la tecnología los niños y niñas son vulnerables a situaciones y contenidos inapropiados, así que la seguridad de los participantes es fundamental para nosotros, por eso generamos una alianza con Cisco Webex para diseñar unas salas virtuales donde nos encontramos con los niños para que desarrollen los retos individuales”, explica María Consuelo Castro, gerente de Sostenibilidad de Claro por Colombia.
Además, Claro Colombia pone a disposición de los participantes y sus familias las plataformas desarrolladas por la Fundación Carlos Slim que les permite a los niños y niñas complementar su formación académica accediendo a contenido pedagógico en distintas áreas; y brinda un abanico de contenido en capacitación para los padres y el resto de la familia como formación para el empleo y el emprendimiento.
La Copa Claro es una iniciativa impulsada por Claro por Colombia, programa de sostenibilidad de Claro, en alianza con la empresa social Fútbol con Corazón, con el patrocinio de Huawei y el apoyo de Cisco-Webex; y este año se incorporó al equipo Profamilia como un aliado estratégico para aprovechar el gran poder de convocatoria y la penetración en los hogares y escenarios de encuentros virtuales para brindarles a los padres educación sobre los derechos sexuales y reproductivos de sus hijos.
El deporte, la educación y la tecnología son herramientas de transformación social que nos permiten formar ciudadanos más conscientes y personas con mayor sensibilidad y empatía a pesar de los contextos adversos de los cuales provengan. Allí radica la mística de la Copa Claro por Colombia 2021, que a primera vista parece que se trata de un torneo de fútbol, cuando en realidad es un laboratorio social de inclusión, equidad, igualdad y paz para los colombianos que representa a las nuevas generaciones.
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