En 2010, el Gobierno estadounidense aprobó una ambiciosa ley destinada a reformar Wall Street y evitar así la repetición de la catástrofe financiera ocurrida en 2007. Dentro del extenso documento, se incluyó una disposición llamativa: las empresas cotizantes en bolsa debían informar si sus productos usaban ‘minerales de conflicto’ (estaño, tantalio, tungsteno y oro), y si estos provenían de la República Democrática del Congo y sus países vecinos. Siete años más tarde, la Unión Europea dio un paso más allá: aprobó un reglamento que obliga a los importadores de estos materiales a asegurarse de que son obtenidos de forma responsable en las zonas de conflicto mundiales.
Estas medidas dan cuenta de la creciente preocupación por la trazabilidad y la aplicación de buenas prácticas en el sector minero. Si bien el desafío para las grandes empresas es enorme, la tarea es titánica para unos 40 millones de personas que viven de la minería artesanal y de pequeña escala en el planeta; un sector que, además, produce el 20 por ciento del oro global, según el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible.
Durante años ese ha sido el objetivo de la Alianza por la Minería Responsable (ARM), una organización que promueve las buenas prácticas y la formalización de los proyectos de minería artesanal y de pequeña escala (o MAPE, por sus siglas). La entidad asesora estos proyectos y monitorea su progreso en alrededor de 150 indicadores, en categorías como medioambiente, derechos humanos, legalidad y derechos laborales. Pero toda esa información recopilada y actualizada a lo largo de los años genera, a su vez, un problema: páginas y páginas de Excel repletas de datos difíciles de comprender a simple vista, tanto para mineros como para compradores.
De ahí nació MAPE Progress App, una innovación colombiana que en mayo fue seleccionada como finalista del Gran Reto de la Minería Artesanal, un concurso internacional que busca soluciones para impulsar la sustentabilidad del sector. “Somos el único finalista de Colombia. MAPE Progress App es una solución digital que facilita la recopilación y visualización de datos, de forma que podemos ver cómo cada iniciativa de minería artesanal o de pequeña escala está mejorando sus prácticas. La idea es también que los mineros y los comercializadores puedan ver los progresos en cada indicador”, explica Natalia Uribe, gerente de Estándares de la ARM y miembro del proyecto.
A primera vista, la página web parece más una red social que una base de datos. Esto se debe a su accesibilidad: cada proyecto minero tiene un perfil en el que se explica su historia y cómo es la comunidad en la que se ubica. Además, muestra barras de progreso para cada uno de sus indicadores, en línea con los sellos de buenas prácticas Craft y Fairmined.
Esta simplicidad cumple un doble objetivo: que los mineros puedan acceder mejor a la información para tomar decisiones, y que los comercializadores ingresen con más confianza al sector de la pequeña minería. “El comprador de un anillo de oro podrá ver que el metal viene de tal comunidad, que están cumpliendo tal porcentaje de políticas de género y de legalidad, y así conocer mejor el origen. Puede, por ejemplo, tomar la decisión de apoyar la sostenibilidad de una empresa pequeña”, añade Uribe.
Al Gran Reto de la Minería Artesanal se postularon 121 proyectos de 22 países, entre los cuales se seleccionaron 13 finalistas. Cada uno de ellos recibió 50.000 dólares para acelerar el desarrollo de la iniciativa durante seis meses. Actualmente, MAPE Progress App está en periodo de prueba en proyectos de Guyana, Surinam y Perú. Uribe estima que podría estar lista para su aplicación en Colombia a finales de este año. “Esta herramienta, que desarrollamos junto con BetterChain, puede ayudar a los mineros formalizados a acceder a sellos de buenas prácticas, e incentivar a aquellos en proceso de formalización para seguir avanzando. Para ambos se abriría la posibilidad de acceder a mercados internacionales con precios más atractivos”, concluye.
Una vez desarrollada, la aplicación podría estar disponible para cerca de 200 organizaciones mineras asociadas a la ARM, en países como Perú, Burkina Faso y Honduras. Actualmente, además, hay 31 organizaciones mineras colombianas vinculadas a la entidad, que se beneficiarán de esta nueva forma de presentar sus buenas prácticas.
“En una segunda fase, queremos que sea usada por los mismos mineros, otras ONG locales o nacionales, compradores y donantes, que ejerzan diferentes tipo de roles y acuerdos respecto a confidencialidad de la información”, apunta Uribe. En noviembre de 2022 se anunciarán los ganadores del Gran Reto de la Minería Artesanal, que recibirán un premio adicional de 1 millón de dólares para impulsar su iniciativa.
Otros finalistas del reto
- EE. UU.: una calculadora para estimar los costos económicos que tienen ciertas prácticas de minería de oro ilegal en el medioambiente.
- Ecuador: la estrategia de siembra de bambúes nativos para restaurar áreas degradadas por la minería en la Amazonia.
- Canadá: el concentrador helicoide, un equipo de minería que sirve para obtener oro artesanal de alta calidad evitando el uso de mercurio.