La equidad de género sigue siendo una tarea pendiente en Colombia y el mundo. Según la Organización de Naciones Unidas, una de cada cinco mujeres entre 15 y 49 años afirma haber sufrido violencia sexual o física, y la representación política y en el ámbito empresarial aún está lejos de ser paritaria. Desde los Centros de Innovación y Emprendimiento Casa Social de la Mujer se trabaja por contribuir a reivindicar y dignificar los derechos de las mujeres, sobre todo de quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. Estos espacios, liderados por Asodamas, buscan que las mujeres puedan asumir un rol activo en la creación de proyectos de emprendimiento productivo, crear redes de apoyo con otras organizaciones y ganar independencia económica.

Uno de estos Centro de Innovación y Emprendimiento Casa Social de la Mujer está ubicado en Soacha. Este año, más de 690 mujeres habitantes del municipio han tenido la oportunidad de participar en procesos formativos y de capacitación de confección (cursos de máquina plana, fileteadora, patronaje deportivo y lencería para el hogar) y de belleza (cursos de decoración de uñas, maquillaje, cepillado y barbería).

Esperanza Cruz trabaja desde hace más de 30 años con mujeres. Hoy participa de las iniciativas que se promueven desde esta Casa Social de la Mujer. Por su experiencia, afirmó con certeza que una buena parte de ellas no salen de sus casas por temor a ser rechazadas laboralmente. “Sin embargo, he sido testigo de la evolución de las mujeres en estos años. Lo primero que se debe formar es el carácter para poder seguir adelante. En lo particular, he podido escalar económicamente, y además genero empleo”.

Otra de las mujeres que hoy dio testimonio de esta transformación es Luzmila Cortijo. Desde hace 14 años vive con sus hijos en la comuna El Compartir. Un día decidió buscar un nuevo horizonte más allá del tiempo que dedicaba a los oficios de la casa, y se encontró con la Casa de la Mujer de Soacha en las redes sociales. “Me inscribí a los cursos de máquina plana, fileteadora, lencería en el hogar; seis cursos en total de máquina y costura”. Ahora vende juegos de baño, cortinas y le ha ido muy bien. Empezó a trabajar con una máquina familiar y con el tiempo pudo comprarse una propia. “Ahí voy haciendo mi emprendimiento, poco a poco”, dijo.

Red de apoyo

Estas capacitaciones, que forman parte del Programa Mujer y Género, se realizan en alianza con el Sena y con diferentes redes de productividad públicas y privadas. Las mujeres que terminan su plan de formación reciben un incentivo para que se motiven a emprender. A quienes finalizan los cursos de confección, por ejemplo, se les entrega un kit de tela para que produzcan.

A María Lucero Mahecha, otra beneficiaria, no le gustaban las máquinas de coser; por eso nunca pensó estudiar confección. La vida le dio un giro cuando por la pandemia tuvo que cerrar el negocio con el que pagaba las cuentas. Sus 50 años aprendió a usar la máquina, tomó cursos de lencería y de patrones navideños. “Ha sido gratificante, porque además de que nos ofrecen un espacio de trabajo, nos ayudan con las herramientas. Nosotras podemos tener todo el impulso y las ganas de trabajar, pero si no tenemos ese granito de arena, podemos estancarnos”, mencionó.

De acuerdo con la secretaria de Desarrollo Social del municipio, Ana Lucía López, estas iniciativas contribuyen al crecimiento personal y económico de sus participantes. Por eso, el programa se articula con otras secretarías del municipio para darles visibilidad y alcance, “con el fin de que los proyectos de estas mujeres sean rentables y parte de su sustento económico”, anotó. Precisamente, de un trabajo conjunto con la Secretaría de Planeación, a través de la Dirección de Desarrollo Económico, resultan las ferias y la alianza con el Pasaje Comercial San Mateo.

La Casa Social de la Mujer cuenta con una guardería para que las mujeres no dejen de participar en las capacitaciones. Además, brinda asesoría y orientación psicológica. “Es fundamental para entender cómo está el bienestar de las mujeres. Si fortalecemos su red de apoyo personal se van a convertir en excelentes trabajadoras y emprendedoras”, opinó Víctor Ayala, director de Integración Social de la Secretaría de Desarrollo Social.

El municipio tiene el gran desafío de incentivar el empoderamiento de las mujeres desde otras actividades. A futuro, proyectan que la Casa Gastronómica, también conocida como La Casona, pueda convertirse en un espacio donde se les capacite en comida típica (rellena, garulla, masato), y más adelante, en un restaurante. También les gustaría capacitar a las soachunas en cursos de conducción, con miras a poder vincularlas a TransMilenio o al Metro de Bogotá. “Nuestra gran ambición es que esto no se quede solo en Soacha. Queremos ser un referente para los demás municipios de Cundinamarca y también a nivel nacional e internacional”, concluyó López.

Ana Lucía López, secretaria de Desarrollo Social de Soacha

“Con estas iniciativas hemos logrado que las mujeres se destaquen en sus familias, que puedan tener sus propios negocios y contribuir a la creación de empleo”.

Ana Lucía López, secretaria de Desarrollo Social de Soacha. | Foto: Jorge Serrato

Esperanza Cruz, beneficiaria

“Es muy satisfactorio saber que yo también puedo tener un trabajo, mi empresa y además convertirme en líder y apoyar a otras mujeres”.

Esperanza Cruz, beneficiaria. | Foto: Jorge Serrato

María Lucero Mahecha, beneficiaria

“Nada de lo que he aprendido sobra, especialmente en esta etapa de la vida porque ya no tenemos 15 años. Debemos pensar hacia un buen futuro en la vejez”.

María Lucero Mahecha, beneficiaria. | Foto: Jorge Serrato

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