El recuerdo más grato que Jaime Bolaños conserva de la Plaza de Mercado de Honda es el sabor del salpicón. Cuando era pequeño y acompañaba a su madre a hacer las compras del hogar, Bolaños bebía entusiasmado esta mezcla de frutas. Era su bebida favorita. Veinte años después, este hombre fundó la agencia turística Magdalena Tinamou y se convirtió en un reconocido empresario. Aun así, eligió la plaza como su centro de operaciones. Siempre ha sido su segundo hogar.
“La plaza tiene un valor cultural e inmaterial. Y es, también, un patrimonio familiar. Muchas de las familias de Honda se conectan con la plaza. Nosotros llevamos más de un año en el mercado y la relación con ella ha sido excepcional. Llegan cientos de turistas, especialmente extranjeros, a quienes podemos ofrecerles experiencias históricas y culturales y también souvenirs”, manifestó Bolaños.
Con un área que supera los 4 mil metros cuadrados, la Plaza de Mercado de Honda acoge a un sinnúmero de comerciantes y empresarios locales. Hoy, es el escenario de comercialización y encuentro más importante de Honda: las frutas, los quesos, las artesanías o los granos se compran allí. Antes, sin embargo, este espacio funcionaba para cosas enteramente disímiles. Impensables. Fue un convento franciscano, una escuela y un cuartel.
“Era un convento y luego se convirtió en un cuartel de la época de la Violencia: un cuartel de la Guerra de los Mil Días. Ahora es un lugar de reencuentro, donde la población local y visitante puede recorrer, mirar y conocer Honda. Están las frutas, los quesos, los electrodomésticos. Es una plaza muy bien distribuida, ya que en aquella época Honda era el epicentro comercial de la región”, explicó Tiberio Murcia, presidente del Centro de Historia de Honda.
Al comienzo, los franciscanos poseían el terreno y lo utilizaban como un hospicio. Luego, el terremoto del 16 de junio de 1805 lo destruyó y fue reconstruido como una escuela para niños. Entonces, inició la Guerra de los Mil Días, un conflicto civil disputado entre 1899 y 1902, que convirtió sus instalaciones en un cuartel de guerra del bando liberal. Se dice que Tulio Varón y alias “El Negro” fueron quienes se lo tomaron.
“La Plaza de Mercado de Honda es un lugar donde se conjuga la historia, la arquitectura y el diálogo. Tiene una cantidad de historia que va desde 1639 hasta el día de hoy. Ahora usted puede ir a dialogar y compartir espacios de tertulia. Es un lugar único del país”, agregó Murcia.
El tiempo pasó y la plaza recobró la vida. Al pie del río Magdalena, esta joya arquitectónica comenzó a albergar puestos de mercado. La gente empezó a frecuentarla y la hizo una insignia del territorio. Poco tiempo después fue nombrada Bien de Interés Cultural Nacional.
Murcia dice que allí, rodeado de esas paredes coloniales, suceden cosas que no pasan en los supermercados tradicionales. “Se gestan charlas con los vecinos, las personas te fían. Es una relación de comunidad invaluable, un punto de reencuentro. Lo primero que hacen los turistas al llegar es tomarse un salpicón o comerse un plato de lechona. Y se les pasa el tiempo”, mencionó.
Todo este potencial histórico y cultural llamó la atención del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, que decidió intervenir su infraestructura y fachadas. El pasado 9 de noviembre, Fontur entregó una Plaza de Honda completamente renovada.
La inversión superó los 2 mil millones de pesos y tuvo como propósito preservar el valor patrimonial de esta joya arquitectónica, además de fortalecer la oferta turística para atraer más visitantes y dinamizar la economía local.
“Con la entrega de esta obra seguimos consolidándonos como un destino clave para recibir a los visitantes nacionales y extranjeros. Nuestros territorios ofrecen a los viajeros experiencias únicas que les permiten conocer nuestra rica biodiversidad y al mismo tiempo, establecer una profunda conexión con nuestra historia y nuestras comunidades”, comentó Luis Carlos Reyes, ministro de Comercio.
La recuperación de la cubierta de la plaza fue el foco principal de la obra. Además, se incluyó la restauración de 9.809 metros cuadrados de fachadas y 83,88 metros cuadrados de rehabilitación de baterías sanitarias.
“Precisamente lo más llamativo de la plaza es la infraestructura y ese valor sentimental que guarda y mueve fibras. Con la restauración que realizó Fontur quedó mucho mejor. Aun así, considero que los comerciantes deberíamos tener mayor sentido de pertenencia. Este es un lugar que posibilita el encuentro cultural, donde convergen muchos saberes”, apuntó Bolaños.
Esta renovación, más allá de embellecer el lugar, quiso reforzar su valor como símbolo de identidad para los habitantes y visitantes de Honda. Asimismo, generó más de 220 empleos directos e indirectos. La reinauguración se llevó a cabo el sábado pasado y desde entonces, los comerciantes se enorgullecen de mostrar una pieza arquitectónica envidiable. Única.
“Esta intervención permitirá que los vendedores locales tengan mejores oportunidades, mientras se promueve el comercio y se enriquece la experiencia local de los más de 34.000 habitantes del municipio y de los cerca de 15.000 turistas que anualmente visitan el municipio”, concluyó Fernando Estupiñán, gerente general de Fontur.