Mucho antes de convertirse en actriz de Hollywood, Cristal Aparicio era cantante de rancheras y daba serenatas por todo Norte de Santander junto a Juan David, su hermano mayor. Fue justamente gracias a su voz que empezó a descubrir la vida más allá de Cúcuta, donde vivía en el barrio Atalaya. Con su traje negro de mariachi cantó en Toledo, Chinácota, Salazar de las Palmas, Pamplona, Gramalote, Sardinata y Lourdes.
“Era súper divertido. Hacía lo que me gustaba mientras conocía más de Norte de Santander que es tan hermoso”, recordó Cristal sobre esa etapa, cuando todavía estudiaba primaria en el colegio. Desde esos viajes en bus anhelaba un futuro siendo artista y dándole una mejor vida a su mamá Yoneida Cárdenas, que en esa época hacía aseo en casas de familia.
“Viajando es cuando más sueño. Cada vez que veo nuevos paisajes y nuevas culturas me llegan muchas ideas”, contó Cristal. Y casi todas esas ideas las concreta a golpe de constancia. “Como buena cucuteña, tengo siempre esas ganas de salir adelante y de superarme”.
El canto parecía ser el puente para conseguirlo hasta que su hermano Juan David, justo después de participar en 2015 en la Voz Kids, la convenció de probar suerte en la actuación. Consiguieron una beca en la Academia JN Producciones en Bogotá, a más de 700 kilómetros de Cúcuta por tierra. Ni la distancia ni las necesidades los detuvo. Salían los sábados en bus y regresaban el domingo en la noche para estar el lunes a primera hora en el colegio en Cúcuta. Así fue durante un año. Algunas veces Yoneida debía empeñar electrodomésticos para completar los pasajes de los tres. Y en muchas ocasiones colaban a Cristal porque el dinero solo alcanzaba para dos.
Todos los esfuerzos, en todo caso, valieron la pena. Los sueños en carretera se empezaron a hacer realidad cuando Cristal pasó su primera audición y actuó en La Gloria de Lucho. Tenía apenas 10 años. Desde entonces empezaron a aparecer nuevas oportunidades, y con ellas, más viajes. En 2018 llegó el primero en avión con rumbo al Caribe. “Toda mi familia fue conmigo y conocimos el mar juntos. Fue un momento muy mágico”, rememoró.
La razón del viaje lo hizo aún más inolvidable. Había pasado la audición para su primera película: Sonidos de libertad, dirigida por Alejandro Monteverde e interpretada por actores del calibre de Jim Caviezel y Mira Sorvino, ganadora de un Óscar. “Estaba muy feliz de protagonizar una película de esa talla. Y resultó ser más grande de lo que imaginaba”.
Terminadas las grabaciones en Cartagena y Santa Marta, pasó por muchos proyectos como las telenovelas Enfermeras y Las Villamizar, y la serie María Magdalena. Cuando Sonidos de libertad vio la luz, Cristal ya era una adolescente. Cinco años después de darle vida a Rocío –una niña víctima del tráfico de menores–, fue consciente del impacto del largometraje, que el día de su estreno recaudó más de 14 millones de dólares.
“Estoy feliz de estar cumpliendo mi sueño”, dijo la actriz de 17 años. Y su plan es no detenerse. “Cada vez me enamoro más de lo que hago. Pronto estaré en Estados Unidos para un nuevo proyecto y estoy muy emocionada por esta nueva aventura”. Viajar tanto como sea necesario… Esta es la historia de su vida.