Aunque a simple vista la relación entre la construcción de un parque ecológico —capaz de impulsar la conservación ambiental, las energías renovables, la tecnología y también la educación—, y un lugar de disposición final de residuos (un relleno sanitario) parece una cuestión improbable, en la ciudad de Tunja (Boyacá) ya existe desde hace cerca de cuatro años una excepción a la regla que ha marcado la diferencia en la región y en el país.
Se trata del Parque Ecológico y Tecnológico Pirgua, localizado en la vereda Pirgua, en la capital boyacense, que fue construido tomando como punto de partida un relleno sanitario manejado por la compañía de aseo Urbaser. La infraestructura recibe a diario, de acuerdo al promedio de los últimos meses, 600 toneladas de residuos provenientes de 115 municipios de Boyacá.
Hace más de tres décadas, el relleno sanitario de Pirgua era el reflejo de manejos rudimentarios, y poco tecnificados, de residuos urbanos y rurales de diferentes tipos. Era un espacio que estaba de espaldas a Tunja y también a sus municipios vecinos y la región.
La llegada de Urbaser a Tunja, como el operador responsable del aseo y la recolección de desechos en la ciudad, permitió poner el relleno sanitario de Pirgua en orden, con tecnología de punta para manejar lixiviados (sustancias líquidas que circulan entre los residuos) y otros elementos derivados. También puso en marcha la construcción de un espacio capaz de acercar a la comunidad, además de realizar una significativa contribución a la restauración y preservación del entorno. Bajo este escenario, ha sido posible concientizar a los visitantes sobre buenas prácticas para preservar el medio ambiente.
Uno de los pasos que resultó clave para lograr hacer realidad este proyecto, consistió en manejar de forma adecuada dos celdas clausuradas del relleno que alojan, de forma técnica y segura, más de 730.000 toneladas. Estas celdas han ido cubriéndose con un abono compostado que se obtiene de la mineralización de diferentes residuos vegetales y animales, conocido como biocompost, y que proviene del tratamiento de los residuos de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (Ptar) de Tunja y de los desechos de poda y corte de césped.
Una experiencia natural
El parque Pirgua permitió la construcción de senderos ecológicos de 2,5 km de longitud y la creación de experiencias donde los visitantes pueden aprender, a través de diferentes estaciones ubicadas en un recorrido guiado, cómo cuidar el agua, la tierra y las especies nativas de flora y fauna de Boyacá. Así mismo, quienes han podido constatar los grandes avances en la configuración paisajística, ecológica, tecnológica y operativa del parque.
Prueba de la contribución de Pirgua a su entorno es la siembra de 22.000 árboles y, también, un cultivo en el que germinan especies propias de la región como ligustro, borrachero, siete cueros, jazmín, sauco, tilo, hayuelo, chicalá, cerezo, entre otros. Adicionalmente, la presencia de plantas como uchuva, tomate de árbol, feijoa, entre otras, ha logrado atraer a esta zona aves nativas.
Los visitantes a Pirgua también pueden ser testigos de cómo los residuos provenientes de la Ptar convertidos en biocompost resultan útiles para la restauración de suelos degradados y la siembra de árboles nativos: cada mes son procesadas 800 toneladas de este abono compostado. Así mismo, Urbaser puso en marcha una tecnología para procesar los lixiviados sin efectos nocivos para el entorno, lo cual se refleja en el vertimiento de líquidos no tóxicos al río Jordán, vecino de Pirgua.
Toda esta apuesta medioambiental cumple una función estratégica para Boyacá (y para su cerca de un millón de habitantes), a través del servicio de disposición final de residuos. De acuerdo con los informes de Urbaser, mínimos impactos de olores y vectores, aportes a la educación ciudadana y a la restauración ecológica son algunos de los resultados de este proyecto que se suma a las inversiones sociales de la compañía en el departamento por 380 millones de pesos.
La economía circular está cada vez más cerca
Urbaser implementará la primera planta de separación (Sorter), que cumple con las metas de dejar de disponer residuos en celdas (cerca del 35 % en la etapa I). La infraestructura producirá energía alternativa al carbón fósil por más de 110 toneladas al día de combustible, derivado de residuos. Además, aportará a la descarbonización de la economía con la no emisión a la atmósfera de 32.000 toneladas por año de CO2.
Este será un gran ejemplo para el programa Basura Cero del Plan Nacional de Desarrollo. Su viabilidad ambiental, social y financiera está para iniciar ejecución este semestre de 2024.
*Contenido elaborado con apoyo de Urbaser.