Con una inflación que no cede, el dólar disparado, tasas de interés elevadas y cierto grado de incertidumbre, ¿qué les aconseja a los microempresarios?
José Vicente Velasco: Es un reto. El manejo de las cuentas se hace mucho más delicado porque los márgenes se están estrechando, algunos costos de producción aumentaron y por competencia muchas veces es difícil aumentar el costo a los clientes. Así que es importante ser muy cuidadosos con esos costos para lograr la viabilidad de los proyectos.
Usted llegó a la presidencia del banco después de una larga trayectoria de su antecesora, Leonor Melo. ¿Cómo encontró la entidad?
J.V.V.: La vara quedó muy alta. Es un legado de 38 años que se construyó de la nada y hoy es una organización de grandes dimensiones. Asumo la presidencia con varios retos que tienen que ver, por ejemplo, con la transformación digital para aprovechar lo que ofrece la tecnología, consolidar mejores productos para nuestro clientes y ser más eficientes internamente. El otro desafío es ambiental, un aspecto en el que tenemos grandes oportunidades. Queremos lograr que todos nuestros colaboradores entiendan y se familiaricen con prácticas más sostenibles para transmitirlas a nuestros clientes. Hay que entender el impacto de algunas actividades para que durante el otorgamiento del microcrédito se entablen algunos compromisos. Es algo que se está construyendo, pero creemos que ese es el camino.
¿Cómo se ha pensado ese componente ambiental en los créditos, a través de incentivos o de asesorías?
J.V.V.: Puede ser una combinación. En este momento tenemos un piloto de un crédito agropecuario verde que tiene unos compromisos muy simples sobre el cuidado del agua. Si se cumplen, puede haber una devolución de una parte de los intereses. Es un experimento. Estamos buscando formas de desarrollar nuevos productos que contribuyan a la sostenibilidad.
En cuanto al reto de la transformación digital, ¿en qué se quiere avanzar?
J.V.V.: Estamos buscando ser mucho más ágiles a través de la tecnología en el proceso de gestión. Que el analista cuando visite al cliente, por ejemplo, pueda estar en línea para registrar la información y hacer el avalúo. Con esto queremos que el tiempo de aprobación de un crédito pueda disminuir. Hoy el promedio está en 3 días.
La educación financiera también es clave, ¿se ha progresado en este aspecto?
J.V.V.: Ese es uno de los temas críticos. Es muy importante que nuestros clientes conozcan cómo se maneja un crédito. No es solo el proceso de desembolso, sino cómo después de la actividad económica van haciendo reservas de liquidez para poder cumplir con las cuotas, además de crear un plan de pagos. Nuestra ayuda es a través de microcréditos que apalancan su negocio, pero el éxito finalmente dependerá de ellos. Queremos que se sientan orgullosos para que puedan seguir creciendo. También tenemos otros frentes. Por eso en los colegios hemos desarrollado programas de educación y charlas para que desde temprana edad puedan entender los beneficios del ahorro.
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