Mientras las restricciones por la pandemia se desvanecen, los esfuerzos de empresas y el Gobierno se concentran aún más en la reactivación económica. Uno de los pilares del sostenimiento provisional en medio de la crisis fue la tecnología. Implicó una serie de reflexiones sobre la transformación de modelos internos y de cara a los clientes, en las que la digitalización y la automatización o captura de información fueron protagonistas.
Ahora que la presencialidad vuelve a ser posible, la gran pregunta es si ese aparente crecimiento tecnológico fue un impulso momentáneo o la consolidación de un proyecto futuro que se adelantó. De acuerdo con Santiago Pinzón, vicepresidente de Transformación Digital de la Andi, muchos sectores evolucionaron solamente en la digitalización de sus procesos, lo que no equivale a hacer una transformación digital.
“El 2020 sirvió principalmente para asimilar el concepto de transformación digital, a la vez que se probó que era posible cambiar el paradigma al haber migrado de manera importante hacia la telemedicina, la teleducación y el teletrabajo”, agrega.
Buenas intenciones, poca ejecución
“Muchas empresas siguen haciendo digitalización que solo apunta a la incorporación de tecnologías con el objetivo de lograr una mejora a nivel operacional”, dice Juan José de la Torre, managing partner de la firma Virtus Partner, que lanzó el año pasado el Índice de Madurez Digital. No obstante, una verdadera transformación digital, asegura el experto, implica una evolución en los modelos de negocio apalancada en datos, tecnología y un verdadero conocimiento del cliente.
Precisamente, el Índice de Madurez Digital (IMDV) 2021 mostró uno de los grandes desafíos para el ecosistema empresarial: el rezago de las empresas pequeñas. Mientras las pymes promediaron el 37,1 por ciento de madurez digital, es decir inicial, las grandes empresas y startups promediaron respectivamente índices de 56,5 y 62,4 por ciento, que las deja en un nivel medio.
Además, pese a que más del 80 por ciento de las empresas tiene clara la urgencia de la transformación digital para su industria, apenas el 68 por ciento ha revisado sus modelos de negocio con el fin de evaluar sus necesidades y capacidades, y solo la mitad posee un plan de acción claro para lograr esa transformación, explica el informe.
La productividad, uno de los protagonistas
La transformación digital tiene varios matices, y la productividad es uno de ellos. Y en eso la adopción del teletrabajo resulta clave porque, a raíz de la pandemia, impulsó el debate de cómo medir la productividad de los empleados si no estaban presencialmente en la empresa.
“Hoy estamos viendo que algunas empresas están reversando algunas decisiones y volviendo a esquemas ciento por ciento presenciales. Eso sería un gran error. Al menos en Colombia, más del 80 por ciento de las empresas continuaron en esquemas híbridos, que es el modelo ideal”, explica Juan Pablo Villegas, director multipaís de Latinoamérica para Citrix, herramienta que integra diferentes instrumentos para crear entornos seguros de trabajo en la virtualidad.
Para Villegas, una cultura corporativa anticuada, respecto a cómo medir la productividad, puede tener un impacto muy negativo en la competitividad. “Dependiendo de los roles de cada trabajador, las empresas deben entender que es posible medir la productividad por objetivos y no por horas frente a un escritorio. Con el teletrabajo, las empresas colombianas están compitiendo con organizaciones en todo el mundo que están buscando a los mejores. Si Colombia no evoluciona en ese aspecto, va a tener problemas en la retención de talento”, explica.
Ahorro y facilidades
La automatización de procesos y el ahorro son otras de las ventajas de apostarle a una verdadera transformación digital. De acuerdo con Hugo Cortés, fundador de Ezytec, una compañía que sistematiza parqueaderos en centros comerciales, incluso antes de la pandemia muchas organizaciones se resistieron a cambiarse a un sistema basado en máquinas, tiquetes y tarjetas.
“A raíz de la crisis, nos buscan, pues la inversión en nuestro sistema es 60 por ciento de lo que se invierte normalmente. A pesar de que hay que invertir en ciberseguridad, es mucho más barato que hacerlo en componentes físicos. Además, el centro comercial ahorra en mantenimientos, energía y papel”, explica Cortés.
Un modelo como el mencionado implica un ahorro en muchos sentidos. Funciona en la nube, con capturas de imágenes en 360 grados que identifican y miden el tiempo de parqueo de cada vehículo. Para salir, el usuario solo tiene que pagar desde su celular, por medio de Rappi o de alguna billetera digital.
La analítica de datos es otra de las herramientas primordiales de cara al futuro. Captar información, procesarla y ordenarla les facilita a las empresas entender las necesidades de su negocio para ajustar sus productos y servicios en ese rumbo.
“Los datos se están convirtiendo en uno de los activos más importantes para las empresas. Dentro de un proceso de transformación es importante tomar decisiones acertadas. Entre más datos y mejor análisis haya, las decisiones serán mejores”, explica Nelson Beltrán, líder de Analytics de EY Latinoamérica Norte.
Madurez de la transformación digital
Según el Índice de Madurez Digital, las empresas colombianas entienden la importancia de la transformación digital, pero aún no ejecutan adecuadamente acciones para lograrlo:
- 85 % de las empresas grandes toman sus decisiones de negocios teniendo al cliente como prioridad.
- 71 % de estas utiliza herramientas digitales como CRM o Analytics para entender a sus clientes.
- 66 % emplea metodologías ágiles para mejorar su propuesta de valor.
- 56 % cuenta con un sistema formal para tomar acciones con base en la retroalimentación hallada.
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