Ubicado en la comuna 10, en pleno centro de la capital antioqueña, se encuentra el Claustro San Ignacio, hoy Claustro Comfama, una edificación declarada monumento nacional y patrimonio arquitectónico de la ciudad. Este espacio ha sido testigo por más de 200 años de la historia de Antioquia y de Colombia. A pesar de estar al borde de caerse en más de una ocasión, la construcción se ha mantenido en pie y vivió una etapa de renovación que ha despertado el interés de más de 387.000 visitantes.
Según datos de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Comfama), actual dueña del Claustro, su historia se remonta a la época colonial, cuando en 1800 el rey Carlos III autorizó la creación de un colegio y convento franciscano, respondiendo al clamor de una sociedad ávida de conocimiento. Bajo la dirección de fray Rafael de la Serna, el colegio inició sus labores en 1803, marcando el inicio de una era educativa sin precedentes en la región.
No obstante, con el grito de la Independencia en 1810, comenzaron los problemas para sus ocupantes y en 1812 la comunidad franciscana abandonó Medellín y el edificio. Diez años más tarde, Francisco de Paula Santander ordenó allí la puesta en marcha del Colegio de Antioquia (hoy Universidad de Antioquia). Y un año después, su patio teatro se convirtió en la primera tarima de las artes escénicas de la ciudad con el drama El triunfo de la inocencia.
Sin embargo, en 1828 el claustro fue semidestruido a causa de la rebelión encabezada por José María Córdova. Y aunque en 1837 fue restaurado por el Gobierno nacional, poco tiempo después sufrió los estragos de la Guerra de los Mil Días. Entre 1908 y 1922 atravesó un nuevo proceso de reconstrucción.
En sus instalaciones, el claustro ha albergado entidades como la Universidad de Antioquia, la orden de los jesuitas, el Centro de Estudios Especializados – CESDE, entre otras.
“El Claustro San Ignacio o Claustro Comfama es un edificio que se empezó a construir a principios del siglo XIX, antes de que Colombia fuera una república independiente. Ha sido de todo: nació para ser la primera universidad de este departamento, después se volvería cuartel militar, estación de policía, sede universitaria, colegio jesuita, convento de órdenes religiosas como la jesuita y la franciscana. Y ahora es el centro cultural más importante de Antioquia, combinando distintos tipos de servicios en el centro de Medellín y el corazón de Antioquia”, explicó David Escobar, director de Comfama.
La nueva era
En 2006, Comfama adquirió el Claustro con el fin de iniciar un proyecto de restauración y convertirlo en un nuevo centro cultural y educativo que promueva la transformación social, el disfrute de la cultura y diversas experiencias de aprendizaje.
Fue así como este edificio de gran valor histórico y cultural para los antioqueños atravesó una serie de estudios arqueológicos y una recuperación patrimonial en la que se descubrieron diferentes vestigios de obras artísticas. Entre estas estaban un mural de 1920 con colores, materiales y técnicas de la época (posiblemente atribuido al belga Agustín Goovaerts); documentos con más de 100 años de antigüedad, y un sistema de alcantarillado que dataría de 1805, el más antiguo de la ciudad.
Luego de este minucioso proceso, en octubre del año pasado, la primera fase del claustro fue inaugurada y abierta al público por Comfama para impulsar este lugar como un renovado escenario para el teatro, el arte y la educación. En el marco de su Asamblea número 70, la caja de compensación reconoció este logro como uno de sus hitos más importantes en materia cultural en los últimos años.
“Inauguramos la primera de tres etapas del Claustro Comfama. Es uno de los proyectos más grandes que hacemos en cultura y educación. Es el edificio patrimonial más importante que tiene esta institución y uno de los más relevantes de todo el departamento. Es un lugar que fácilmente va a recibir 1.300.000 o 1.400.000 visitas al año, como los centros culturales de las grandes capitales del mundo. Nos vamos a sentir orgullosos del centro cultural y educativo Claustro Comfama”, señaló Escobar Arango.
Para su renovación, Comfama ha invertido más de 26 mil millones de pesos. Entre las principales adecuaciones, se destacan 21 nuevos espacios para el disfrute de los paisas, como la construcción de un puente entre el claustro y el edificio San Ignacio, un museo del juguete, un punto de lectura, un café, corredores turísticos (por donde pasaba el acueducto hace 200 años) y un renovado patio teatro para albergar hasta 600 personas y disfrutar lo mejor de las artes escénicas de la región. En este proceso se han intervenido 3.944 metros cuadrados.
“Tiene biblioteca de instrumentos musicales, estudios de grabación, tres teatros: uno de cine, uno multifuncional y otro multidimensional. También está conectado a laboratorios de creación, espacios para la educación continua, cafés, restaurantes, librería, galería de arte. En fin, no hay un proyecto tan importante de compensación familiar en la educación y la cultura como este”, explicó Escobar.
Según el director de la entidad, el claustro se completará en tres años y representará una inversión cercana a los 70 mil millones de pesos.
“Ya estamos en la segunda etapa de construcción del claustro, que yo creo que con la fase tres se nos va a extender hasta el año 2027. El año pasado casi llegamos a 400.000 visitas y eso que estaba cerrado casi todo porque estaba en obras de la fase uno, pero nuestro modelo a largo plazo es que sea un centro educativo y cultural que pueda recibir a más de un millón de personas”, precisó Escobar Arango.
Desde enero de este año, el Claustro Comfama ha recibido en sus escenarios varias obras de teatro y presentaciones de artistas nacionales e internacionales, conciertos de música clásica, y visitantes de Medellín y todo el país que han aprovechado sus instalaciones para la recreación, la cultura y el esparcimiento.