El Copey debe su nombre al árbol de Cope, que abunda en la región del Caribe. Este municipio, conocido por su tradición agropecuaria, su producción algodonera y sobre todo su identidad vallenata, cumple 50 años de vida jurídica y desde la administración municipal celebran y conmemoran estas cinco décadas de historia.
Alberto Carrillo, rector de la Institución Educativa Integrada Montelíbano y gran conocedor de la historia de El Copey, explica que el municipio está viviendo un momento de renacimiento en todos los aspectos, pues fue una región golpeada por la violencia desde los años ochenta. “Somos una pequeña ciudad del Cesar. Lo que admiramos de esta tierra, de este pueblo, es la capacidad de resiliencia que hemos tenido ya que hemos logrado soportar todas las adversidades”, agrega.
El Copey es un municipio cosmopolita, pues desde sus inicios en 1971 recibió personas de diferentes regiones, además por su ubicación geográfica heredó costumbres de Valledupar y de las sabanas de Bolívar. La región siempre ha estado atada a la agroindustria, pues en la bonanza algodonera entre 1960 y 1985, El Copey logró ser el segundo productor del Cesar, después de Codazzí. Adicionalmente tenía sembradas 17.000 hectáreas de palma de aceite africana, cultivos de café, cacao y arroz.
Tradición vallenata
Durante su historia, El Copey siempre ha tenido un rol protagónico en la cultura y el folclor vallenato. Algunos de los acordeoneros y compositores más reconocidos se inspiraron en esta tierra cesarense. Uno de ellos fue el cantor de Fonseca y el acordeonero más grande que ha tenido el vallenato, Luis Enrique Martínez, quien vivió y desarrolló todo su potencial artístico en El Copey. Una de sus canciones más conocidas, ‘El mago de El Copey’, está incluida en la compilación ‘100 años de vallenato’ de Daniel Samper Pizano y Pilar Tafur, con los mejores temas de este género.
En abril de 1972 ocurrió lo que Carrillo llama un “episodio macondiano”, pues durante ocho días El Copey vivió la fiesta de celebración de las bodas de plata de Luis Enrique Martínez y su esposa, Rosalbina. A la parranda asistieron los acordeoneros más respetados de la época, como Alfredo Gutiérrez y Alejandro Durán. El evento fue la inspiración para que el maestro Armando Zabaleta compusiera la reconocida canción ‘Las bodas de plata’.
“Nuestro territorio fue la fuente de inspiración de ‘La víspera de año nuevo’, la canción que escuchamos todos los colombianos cuando finaliza el año, compuesta por el maestro Tobías Enrique Pumarejo, quien vivió entre Valledupar y El Copey”, recuerda Carrillo.
Tradiciones heredadas
Para preservar la esencia y el folclor representativo del municipio de El Copey se siguen celebrando famosas tradiciones como las corralejas y las fiestas patronales de San Roque, que se llevan a cabo en agosto de cada año. Además, el Instituto de Cultura y la Escuela de Formación Musical Luis Enrique Martínez son algunos de los encargados de rescatar la práctica del acordeón.
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