Colombia es un país de contrastes, donde cada región tiene su propia historia, desafíos y sueños. Desde Risaralda, estoy convencido de que nuestro verdadero poder reside en las regiones, en esas comunidades que, día a día, construyen el futuro desde sus territorios. Hoy, más que nunca, es momento de descentralizar, de llevar los recursos y las decisiones al lugar donde realmente se hace la patria: nuestras regiones.
En este contexto, me honra haber sido elegido como vicepresidente de la Federación Nacional de Departamentos desde el mes de febrero del presente año, un reconocimiento que asumí con la firme convicción de trabajar por un modelo de descentralización más justo y eficiente. Este liderazgo no es solo un honor personal, sino también una oportunidad para defender, desde lo local, la visión de un país que escuche y responda a las necesidades de sus territorios.
La defensa de los recursos de las regiones es crucial para esta misión. Durante las discusiones sobre el Presupuesto del Sistema General de Regalías para el bienio 2025-2026, hemos manifestado nuestra preocupación por la posible reducción de fondos esenciales para programas vitales, como alimentación y transporte escolar. Las regalías no son un lujo; son el sustento de proyectos que transforman vidas en nuestras comunidades. Es imperativo fortalecer, y no limitar, la autonomía regional en la ejecución de estos recursos.
Nuestro compromiso con la sostenibilidad también es prioritario. En Risaralda estamos alzando la voz por el Parque Nacional Natural Los Nevados, una joya ambiental que abastece de agua a millones de colombianos y enfrenta serias amenazas, desde la presión turística hasta la falta de regulación adecuada. Por ello, hemos propuesto la adquisición de tierras para reforestación y el establecimiento de controles estrictos que garanticen su preservación. Como país, debemos entender que proteger nuestros recursos naturales no es una opción, sino una obligación.
En el ámbito económico, hemos alcanzado resultados que nos llenan de orgullo. Risaralda está en el podio de los departamentos más competitivos del país, y nuestras exportaciones no minero-energéticas han crecido un 57,4 por ciento. Estos logros son fruto de una política de internacionalización construida en conjunto con la academia y el sector privado. Estamos demostrando que las regiones pueden ser motores de desarrollo económico si cuentan con el espacio y las herramientas adecuadas.
La seguridad ha sido otra prioridad. En un esfuerzo conjunto con departamentos vecinos, hemos trabajado para fortalecer nuestra fuerza pública y coordinar estrategias que enfrenten las amenazas que trascienden fronteras departamentales. La seguridad no puede ser un esfuerzo aislado; requiere unidad y cooperación entre todos los actores.
Además, estamos construyendo conectividad con proyectos como Vías del Samán, que no solo enlazan a Risaralda con el Valle del Cauca, sino que también generan empleo y mejoran la calidad de vida de nuestra gente. Las infraestructuras no solo conectan territorios, sino también sueños y oportunidades, y son fundamentales para avanzar.
Nuestra participación en la COP16 en Cali reafirmó que el desarrollo no puede darse a costa del medioambiente. Desde Risaralda hacemos un llamado urgente a actualizar los Planes de Ordenamiento Territorial, para que el crecimiento urbano no sea sinónimo de destrucción de nuestros ecosistemas.
Hoy, invito a todos los colombianos a mirar hacia las regiones, no como periferias olvidadas, sino como el corazón palpitante de nuestro país. Allí está el talento, la creatividad y la fuerza que necesitamos para construir un país más justo, más equitativo y más próspero. Desde Risaralda seguiremos trabajando con el compromiso de demostrar que, cuando las regiones prosperan, toda Colombia avanza.
*Gobernador de Risaralda.