Yuliam Díaz tenía 9 años cuando por primera vez pudo oír y aprender a relacionarse con su entorno. Nació sin sensibilidad auditiva y un implante coclear le devolvió la posibilidad de llevar una vida normal. Hoy, a sus 17 años, practica paranatación y es considerado una promesa de este deporte gracias a sus habilidades físicas. “Cuando recibí el implante coclear, comencé a desarrollar el lenguaje mediante terapias auditivas y verbales, que sigo haciendo. Ha sido una gran bendición en mi vida porque me ayuda a comunicarme de manera verbal con mi comunidad y con mis entrenadores, y también puedo disfrutar de la música”, cuenta.

Dentro de sus reconocimientos deportivos, sobresalen una medalla de oro en la categoría convencional de los Juegos Supérate Bogotá 2018, siete medallas de oro en los Juegos Paranacionales Bolívar, de Cartagena, en ese mismo año, y la clasificación a los Juegos Sordolímpicos que se llevaron a cabo en Turquía en 2017.

Yuliam Díaz, considerado una promesa de la paranatación, recuperó la audición a los 9 años gracias a un implante coclear. | Foto: Guillermo Torres Reina

Según la Organización Mundial de la Salud, para 2050 está previsto que 2.500 millones de personas sufran algún grado de pérdida de audición y que al menos 700 millones requieran rehabilitación debido a un problema de salud auditiva. El implante coclear es el único dispositivo médico capaz de sustituir este sentido, pues imita la función auditiva natural del oído interno para transmitir los sonidos hasta la corteza auditiva. El dispositivo ofrece la oportunidad de escuchar por primera vez y desarrollar el lenguaje oral, y también la opción de que las personas que perdieron la audición en el transcurso de su vida puedan reconectarse con los sonidos.

Este año se celebran tres décadas del primer implante coclear en Colombia. Antes solo podían acceder a esta tecnología quienes tuvieran los recursos para adquirirla, pero hoy en día está incluida en el Plan de Beneficios en Salud. Leonardo Ordóñez, especialista en otorrinolaringología y supraespecialista en otología, precisa que desde principios de este año cualquier paciente, de régimen subsidiado o contributivo, tiene derecho a recibirlo.

Pese a que Colombia es uno de los pocos países de América Latina que cuenta con este beneficio, todavía persisten desafíos, entre ellos la posibilidad real de que los pacientes obtengan estudios diagnósticos, un tratamiento especializado y la cirugía. “Estas brechas son mucho más notorias en las regiones dispersas del país por las dificultades que hay para acceder a los diagnósticos y la baja disponibilidad de personal de salud especializado en el manejo de estas patologías. Además, muchas veces, cuando el paciente accede a la cirugía de implante, ya ha pasado mucho tiempo y el resultado, en esos casos, no siempre es el mejor”, explica Ordóñez.

Para Lina Rubio, audióloga y clinical support para Latinoamérica de la compañía Med-El, parte del éxito en el tratamiento es su implantación temprana y las terapias auditivas, a las que el paciente debe asistir con regularidad, además del acompañamiento de audiólogos, otólogos y familiares. “El hecho de que podamos detectar, intervenir y rehabilitar de manera oportuna significa que los pacientes pueden tener un desarrollo más paralelo a la edad cronológica de una persona sin problemas auditivos”, precisa Rubio.

LA REHABILITACIÓN

Después de una cirugía de implante coclear, este proceso debe responder a las necesidades de cada paciente. Dedicación, práctica y paciencia son fundamentales para tener un resultado positivo. Desde Escuchar Ahora y Siempre, el micrositio informativo de Cochlear creado para que las personas puedan conocer sobre la pérdida de audición y las alternativas para su tratamiento, agregan que “aprender a aprovechar al máximo el potencial del dispositivo es un proceso continuo”.

Tanto los usuarios como sus seres queridos deben trabajar juntos para convertirse en mejores comunicadores. Asimismo, es importante que desde el comienzo conozcan que el proceso para lograr una audición lo más cercana a los parámetros normales puede tardar entre seis meses y dos años, dependiendo de cada caso. Lo que sí está comprobado es que el proceso de rehabilitación es más rápido cuando el círculo afectivo del paciente está cerca.

Otra de las recomendaciones de los especialistas es alentar a la persona que recibió el implante para realizar ejercicios por su cuenta que contribuirán a fortalecer su independencia. Por ejemplo, probar el implante saliendo a caminar o jugando a reconocer sonidos del entorno. También funciona ver películas con subtítulos y leerlos en voz alta a fin de fomentar la escucha activa. Aunque en un principio lo que se buscaba con el implante coclear era principalmente que la persona pudiera escuchar, con los años los avances tecnológicos han logrado reducir su tamaño, incluir algoritmos que permiten un mejor desempeño en ambientes con bastante ruido y controlarlos desde el celular para recibir llamadas, escuchar música o ver películas.

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