¿Qué convierte en ‘revolucionarios’ los cambios sociales identificados en los últimos años en el país?
PIERRE GARCÍA: Cuando inició el gobierno de Iván Duque existían tres programas de transferencias monetarias: Familia en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor, con cuatro millones de beneficiarios. En tres años y nueve meses, creamos dos más: Ingreso Solidario y Devolución de IVA. Construimos sobre los construido, fortalecimos los primeros, y con los nuevos logramos llegar a 11 millones de beneficiarios, con una cobertura de al menos 30 millones de colombianos. Esto quiere decir que casi triplicamos la cobertura. Desde que se iniciaron estos programas sociales en 2001 se han invertido 63 billones de pesos, y solo en el gobierno de Duque casi 35 billones, lo que representa el 55 por ciento de los recursos de toda la historia de los programas de transferencia monetaria en el país.
¿Cuál ha sido el impacto de estas transferencias monetarias en estos casi 4 años?
P.G.: Para hablar del impacto debemos distinguir dos planos: cualitativo y cuantitativo. En el primero, conseguimos reducir la deserción escolar, el embarazo adolescente y los índices de criminalidad —sobre todo de detención intramural de jóvenes— . Con respecto al segundo es importante mencionar que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) certificó que logramos la mayor reducción de la pobreza multidimensional en 10 años, que mide, entre otras cosas, las condiciones de vivienda de los más pobres y vulnerables, el acceso al trabajo, a la educación y a la seguridad social.
¿Cuáles fueron los compromisos y decisiones más estratégicas que asumió el actual Gobierno para impulsar esos cambios?
P.G.: Hubo varias, como haber consolidado toda la política de transferencias monetarias bajo Prosperidad Social, la entidad dedicada a la superación de la pobreza en Colombia. Antes, Colombia Mayor lo pagaba el Ministerio del Trabajo, y cuando se creó Ingreso Solidario lo administraban, conjuntamente, la Dirección Nacional de Planeación (DNP) y el Ministerio de Hacienda. De esta forma se redujo el costo de la operación en casi un 90 por ciento.
Entendemos que para lograr esa reducción ha sido determinante la tecnología y más específicamente la transformación digital del sector financiero…
P.G.: Definitivamente. Hoy hay pagos de giros bancarios automáticos, pagos de transferencias monetarias que llegan a través de operadores como Supergiros, Daviplata, Nequi y Movii, que tienen unos costos marginales, que además los asume la entidad y no afectan al beneficiario. Esa fue una decisión importante. Adicionalmente, la tecnología nos ha permitido comunicarnos directamente con los beneficiarios (redes sociales, medios digitales, mensajes de texto).
¿Qué programas han tenido un rol determinante para poder alcanzar estas cifras récord?
P.G.: La creación del programa Ingreso Solidario, que nació en pandemia para apoyar a los colombianos más pobres y vulnerables que no recibían ayuda de otro programa, es probablemente una de las decisiones más audaces en política pública-social en el continente. Solo este programa, que se paga mensualmente —y que ahora va a llegar a 4 millones de familias en todo el país—, tiene más beneficiarios que los que sumaban los tres que existían al inicio del gobierno. Por otra parte está Jóvenes en Acción, que se recibió con 123 mil beneficiarios y a la fecha estos ya suman 704 mil: casi que multiplicamos por seis la cobertura. Además, acabamos de habilitar un proceso de inscripción para 50 mil nuevos cupos.
¿Bajo qué criterios se definen las mejores prácticas para la selección de beneficiarios?
P.G.: También en este sentido la tecnología ha jugado un papel central. Las encuestas del Sisben IV, que es la nueva metodología que se está aplicando para medir las carencias de un hogar, nos permite cruzar información con bases de datos de la Superintendencia de Notariado y Registro, de las Planilla Pila, con las contribuciones sociales de las personas, además de información bancaria de las centrales de crédito. De esta manera podemos garantizar que le estamos llegando a los colombianos más pobres y vulnerables.
Sin embargo, las transferencias monetarias son insuficientes para la superación de la pobreza ¿Que otros mecanismo impulsaron en el marco de esta ‘revolución’?
P.G: Entendemos las otras dimensiones, y por eso hoy lideramos otra cifra histórica en nuestro propósito de promover la seguridad alimentaria. Con el programa Manos que Alimentan ya suman 92 mil los hogares con huertas caseras en 43 centros urbanos nacionales. También lo ejecutamos en la ruralidad, donde además trabajamos con proyectos de desarrollo comunitario, de largo impulso para que sean sostenibles en el tiempo, con inversiones que ya alcanzan el billón de pesos, y que benefician a 3 millones de colombianos. Adicionalmente, entre otras ejecuciones, vamos a completar 3 billones de pesos en inversión de infraestructura social para mejoramientos de vivienda y en proyectos de placa huella en vías rurales, para apoyar el traslado de mercancías de los campesinos.
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