La historia de los pueblos negros no inicia ni termina con la esclavitud, pero en Colombia solo hasta el 21 de mayo de 1851 se reconoció esta práctica como un acto inhumano y apenas en la Constitución de 1991 los pueblos raizales, afro y palenqueros fueron reconocidos como parte de la nación. Por eso, cada año, en este día, comunidades de las regiones del Caribe y el Pacífico se manifiestan para conmemorar su lucha y recordarle al país los aportes que han hecho a la cultura, la ciencia, la educación, el arte y el medio ambiente.
El Día de la Afrocolombianidad se proclamó mediante la Ley 725 del año 2001. Asímismo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) constituyó el Decenio Internacional de los Afrodescendientes Reconocimiento, Justicia y Desarrollo 2015-2024 con el propósito de reivindicar la lucha afro y construir de manera conjunta acciones que permitan disminuir la desigualdad que sufren los pueblos negros.
En Cartagena, distintos grupos de mujeres, líderes y poblaciones afro realizaron actos de intervención cultural para festejar este 21 de mayo. Ofelia Fernández, periodista e integrante de la Red de Mujeres del Caribe, define la afrocolombianidad como “la conmemoración de todos los actos y espacios de reclamación que ha hecho el pueblo negro en Colombia y a nivel internacional. Se conmemora el fin de la esclavitud pero existe la esclavitud laboral, racial del pueblo negro que obliga a estar en los espacios recordando que somos sujetos sociales y sujetos de derechos”.
La intervención de la Red de Mujeres consistió en agradecerle al mar por la vida, por abrazar a sus ancestros y proveerles de insumos para subsistir. Asimismo, declararon Chambacú, la entrada al centro amurallado de Cartagena, como territorio afro. “Este es un espacio donde vivieron los primeros pueblos negros porque el epicentro económico estuvo mucho tiempo aquí. Era donde se concentraba la servidumbre que ellos buscaban”, recuerda Fernandez.
En Tumaco, el Movimiento de Resistencia Pacífica Juvenil realizó una conmemoración que buscaba enviar un mensaje de resistencia desde la cultura y el arte. Shania Izquierdo Solis, una de sus integrantes, explica que la intervención fue una exposición para evidenciar la relación que estas comunidades tienen con la vida en el campo, específicamente con el pacífico nariñense. Por otro lado, Wisman Tenorio, director de la Fundación Changó, advierte que el 21 de mayo “conmemoramos más no celebramos porque de otra manera seguimos esclavizados. Celebraremos cuando los pueblos del Pacífico vivan con dignidad”.
En Buenaventura, Aura Dalia Caicedo, lideresa del Centro de Formación y Empoderamiento para las Mujeres (Ambulua), afirma que “es necesario recordar fechas conmemorativas que tienen que ver con el pueblo negro, luchas que dan cuenta de lo ganado, pasos en la historia que seguirán siendo tejidos en el hilar de la esperanza de conquistas aún vigentes”.
Afrolegends, una agrupación musical del municipio de Guapi, en la costa pacífica del Cauca, recalcó que el municipio “siempre será uno de esos faros en el que la gente no olvida de dónde viene y las intervenciones culturales siempre estarán porque no dejan perder sus raíces, ni que los niños crezcan sin ese conocimiento ancestral que impedirá el día de mañana que olviden la tierra que los vio crecer”.
Aunque algunos actos culturales tuvieron que aplazarse en lugares como Buenaventura y Tumaco debido a la pandemia y las movilizaciones, líderes de estas ciudades manifestaron el desafío que como país aún queda por delante para garantizar los derechos adquiridos por los pueblos negros y saldar las deudas históricas del Estado colombiano con comunidades que tradicionalmente se han visto perjudicadas por condiciones raizales y de clase.
*Periodista
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