Se sube el telón y salen cuerpos descalzos con largas cabelleras trenzadas y pieles orgullosamente negras, que al son de una percusión que mezcla ritmos colombianos y africanos protagoniza la obra de danza afrocontemporánea ‘Detrás del Sur: danza para Manuel’.

En escena hay artistas de distintas regiones del país. Bailarines de Tumaco, Cali, Chocó, San Andrés y demás regiones afrodescendientes forman parte de Sankofa, una corporación creada en Medellín hace 26 años por Rafael Palacios, su actual director y coreógrafo.

Sankofa significa “volver a la raíz”, y este es el mensaje que llevarán durante los dos meses y medio en que estarán bailando sobre grandes escenarios en Montreal, Quebec, España, Francia, Sudáfrica y el legendario Joyce Theater en Nueva York, considerado por Iván Benavides, curador del Centro Nacional de las Artes, como “la meca de la danza contemporánea” de la Gran Manzana.

“Es una responsabilidad bastante grande la que tenemos como artistas afrocolombianos. De alguna manera, a través de nosotros se muestra lo que es el territorio colombiano”, afirmó Yndira Perea, bailarina y cofundadora de la agrupación.

Este montaje fue dirigido por el coreógrafo Rafael Palacios. | Foto: Cortesía Centro Nacional de las Artes

Esta puesta en escena deja ver una fuerte conexión entre bailarines y músicos que interpretan instrumentos de percusión colombiana, como la tambora e instrumentos africanos como el yembé y la tama.

La mezcla de ritmos como bullerengue, mapalé, currulao y sonidos contemporáneos de las comunidades negras plantea un diálogo intercultural que envuelve al público en esta historia, que es nuestra.

El montaje hace un homenaje al maestro Manuel Zapata Olivella basado en su obra Changó, el Gran Putas. Allí conjugan su genio creativo y su meticuloso trabajo de documentación alrededor de la diáspora afrodescendiente en el continente.

“Escogimos esta obra porque refleja la historia de las comunidades negras en Colombia”, explicó Palacios.

La agrupación inició su gira con dos funciones en Bogotá durante el 8 y el 9 de febrero en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, espacio cultural que lleva el nombre de la hermana del homenajeado. Un lugar de importancia simbólica para la agrupación.

Con vestuarios sencillos y contundentes, mallas en el rostro, sus coloridas trenzas y telas con tonos quemados, el montaje logra transmitir un mensaje que involucra el imaginario de una lengua materna que los afrodescendientes perdieron al momento de la esclavización.

“Nuestras obras incomodan y eso buscamos: crear conciencia acerca de lo que se está viviendo en el país, las personas afro y nuestros campesinos”, mencionó la bailarina, quien es integrante del grupo desde hace 25 años.

La agrupación finalizará su gira en la Embajada de Colombia en Sudáfrica. | Foto: Cortesía Centro Nacional de las Artes

En escena participan 16 bailarines y dos músicos, entre 21 y 46 años. Para William Camilo Perlaza, uno de los bailarines, la responsabilidad del grupo es “poder llevar un discurso a través de un movimiento que habla sin decir una palabra, donde la gente logra sentirse identificada y lo reciben de la mejor manera”.

La agrupación finalizará su gira en el continente africano luego de recibir una invitación por parte de la Embajada de Colombia en Sudáfrica.

“En este momento estamos representando a Colombia en el exterior, pero también le estamos contando al mundo cómo somos, bajo nuestra propia escritura y danza como afrocolombianos”, concluyó el maestro.