Hace 10 años tres jóvenes colombianos buscaron suplir las necesidades rurales a partir del trabajo comunitario y la formación profesional. Desde entonces Enseña por Colombia se ha convertido en una oportunidad para equiparar la balanza de la desigualdad a partir de la educación regional. Profesionales de todas las disciplinas y jóvenes estudiantes trabajan de la mano para transformar los territorios y generar otras opciones laborales para los bachilleres.
En el país, de acuerdo con cifras del Ministerio de Educación, al menos 102.880 niños, niñas y adolescentes desertaron del sistema educativo en el último año. Aunque la virtualidad contribuyó al aumento de esa cifra, desde Enseña por Colombia consideran que la manera efectiva de atender dicha problemática es a través del trabajo en equipo y las nuevas ideas para transformar las clases habituales.
Gustavo Martínez, coordinador regional de la costa Caribe de Enseña por Colombia, hizo parte del programa en la Institución Educativa Rosedal de Cartagena. Cuenta que desde el 2018 se interesó por la oportunidad de trabajar con comunidades de su ciudad natal y como profesional en ingeniería ambiental encontró en sus conocimientos científicos la manera idónea de conectarse con sus futuros estudiantes. Creó el grupo de investigación ambiental de la institución con el propósito de incentivar el interés por esa área del conocimiento y aunque ya no lidera esa línea, el interés científico de los jóvenes aún se mantiene.
“Trabajamos temas de huerta escolar, compostaje, reciclaje y transformación de los residuos en abono. Avanzamos en el inventario forestal de la institución para que los niños reconocieran cuáles eran las especies que estaban en su colegio y visitamos varios manglares para contribuir al reconocimiento natural de Cartagena. Eso contribuyó a que mis chicos clasificaran a un encuentro de investigación que está por realizarse en México”, cuenta Martínez.
Irlene Gutiérrez, profesora de la misma institución en Cartagena, detalla que la intervención del programa educativo permitió que todos los actores del colegio y de la comunidad se apropiaran de los procesos ambientales. “El profesor Gustavo y los niños determinaron la cantidad de agua necesaria para regar la huerta escolar y eso permitió el diseño de un control automatizado con el fin de garantizar la vida de las plantas y especies que habitan en las zonas más lindas de la institución. El proyecto promovió el cuidado y conservación del medioambiente y logró que la comunidad reconociera la importancia de este tema”.
Por su parte, Margarita Sáenz, directora ejecutiva de Enseña por Colombia, se refiere a la formación integral que contempla el programa para los profesionales. Expone que las capacitaciones son intensivas en temas de pedagogía porque se buscan jóvenes de diferentes carreras, con una formación completa en aspectos esenciales de liderazgo y justicia social. Además, buscan diversificar el perfil de los seleccionados para descentralizar la propuesta y abarcar otras ideas. “El hecho de tener jóvenes de la región nos permite generar un impacto mucho más regional, nos deja llegar a otras zonas del país gracias al perfil de estos profesores”.
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