Con la llegada de los empaques plásticos a Colombia hacia la década de los años 50, el beneficio se encuentra en la distribución de alimentos gracias a que sus propiedades permiten conservar de manera higiénica y segura  los productos por más tiempo.

El plástico es un material liviano, que permite procesos logísticos más eficientes, rentables y generan menos emisiones de dióxido de carbono. Cuando es monomaterial es ciento por ciento reciclable y ofrece una mejor relación entre el tamaño del empaque y la cantidad de producto que se almacena en él. Por ejemplo, apenas 10 gramos de plástico protegen 500 gramos de pan.

Hoy, la industria afronta varios desafíos para consolidar procesos más eficientes y sostenibles, pero la premisa es clara: no hay un material que tenga las cualidades para reemplazar el plástico.

Así lo afirma César Augusto Pérez Gil, gerente general de Flexo Spring, una empresa que junto a la Empresa Colombiana de Soplado e Inyección (ECSI), conforman una organización empresarial que se encarga de desarrollar empaques flexibles y rígidos para varias de las compañías más importantes del país, en los sectores de alimentos, bebidas y aseo.

“No hay con qué sustituir lo que hace un empaque flexible en cualquier modalidad, como el polietileno o el polipropileno. Por supuesto, debemos reconocer que estos materiales han terminado en los océanos, pero a pesar de que la industria está redoblando esfuerzos para minimizar su impacto, el rol de los consumidores es clave”, indica Pérez.

Gustavo Andrés Aponte Fonnegra, gerente general de ECSI, se une a este llamado. “Creo que a nivel de la industria se han hecho grandes avances, pero todavía  las personas no tienen claro cómo separar los residuos para que las empresas puedan reciclar. Por ejemplo, cuando se introduce un empaque de snacks o papas fritas en una botella plástica pierde propiedades para ser reciclada”.

Esfuerzos por la sostenibilidad

Por supuesto, la industria entiende su rol y ambas compañías ya tienen claro su camino en temas de sostenibilidad. “No es algo nuevo para nosotros, desde hace varios años se vienen desarrollando diversas actividades para contribuir a la reducción del impacto ambiental de los procesos productivos. Nuestra estrategia es abordar la sostenibilidad a lo largo de la cadena de valor del negocio”, asegura Aponte.

Línea original de extrusión y elaboración de empaques flexibles en Flexo Spring. | Foto: GUILLERMO TORRES

Ambas empresas, Flexo Spring y ECSI, han articulado sus esfuerzos en cuatro pilares.

1. Portafolio sostenible

La organización empresarial diseña productos para ser reciclables, reusables o compostables y fabricados con menos plástico al 2030. Además, ofrece un portafolio de empaques flexibles y rígidos desarrollados con un enfoque en ecodiseño. Actualmente el 45 por ciento de su portafolio de empaques flexibles es reciclable. A partir de este año también dejaron de consumir plástico original, que fue reemplazado por  617 toneladas de posconsumo para la fabricación de rígidos y 965 toneladas de plástico post industrial para la fabricación de nuevos empaques secundarios de flexibles y rígidos.

Flexo Spring le apuesta a consolidar modelos productivos más amigables con el medioambiente. | Foto: Guillermo Torres/SEMANA

2. Producción y cambio climático

Comprometidos con la meta de ser carbono neutral al  2030, han instalado cerca de 3.000 paneles solares este año, que generan el 13 por ciento de la energía que utilizan; sembraron 125.000 árboles y plantarán otros 36.000 para compensar su huella, además del uso de tecnología para lograr procesos más eficientes y reducir la generación de residuos peligrosos.

3. Gestión Social

Ambas empresas gestionan los asuntos más relevantes de sus grupos de interés, especialmente con cuatro poblaciones: niños, adultos mayores, trabajadores y asociaciones de recicladores. “Por medio de nuestra Fundación Gustavo Aponte Rojas se han atendido por casi 30 años a más de 3.500 niños, niñas, adolescentes. Además, a partir del 2018 se atendieron 37 adultos mayores  en Kennedy y Fontibón”, explica Pérez.

4. Posconsumo

Cuentan con dos líneas de trabajo. La primera tiene que ver con formalizar alianzas con compañías de la industria del reciclaje de plástico posconsumo para fortalecer la educación al consumidor final y, en segunda medida, mejorar la captación de materiales plásticos posconsumo que puedan ser utilizados como materia prima en el desarrollo de resinas Postconsumo (PCR).

Tecnología para el cambio

Para consolidar todos esos esfuerzos en sostenibilidad, ambas compañías han tenido que invertir en tecnología e innovación, lo que además les ha permitido desarrollar productos con mayor grado de reciclabilidad, ser más eficientes y mejorar el servicio al cliente.

Planta de producción de ECSI. | Foto: Guillermo Torres/SEMANA

“En ECSI, por ejemplo, tenemos nuevas máquinas con cabezales de coextrusión, que facilitan la incorporación de materiales de posconsumo y postindustrial a la cadena de producción. De esta forma estamos minimizando el impacto en el medioambiente”, concluye Aponte.

*Contenido elaborado con el apoyo de Flexo Spring y ECSI.