Las organizaciones diversas e incluyentes vienen impulsando el éxito empresarial. Construir espacios corporativos para unir y para reconocer las diferencias que hay en una organización da vía libre a la participación y a la generación de nuevas ideas. Además, permite fomentar un clima laboral seguro para todos los colaboradores encaminado hacia la apropiación y el sentido de comunidad y pertenencia de todos.
Pero, ¿desde dónde abordar una cultura de cambio e inclusión? Tener un cambio real se logra paulatinamente gracias a acciones que generen entornos dinámicos y que promuevan estrategias tanto individuales como colectivas, empezando por equipar a los directivos y líderes con herramientas y habilidades escalables a toda la organización. Esto permite, a su vez, un impacto que no solamente sea focalizado hacia algunos, sino que, por el contrario, sea sostenible y se adopte dentro de la cultura organizacional.
Los estudios han demostrado que las empresas que adoptan la inclusión dentro de su cultura organizacional tienen dos veces más probabilidades de cumplir o superar sus objetivos financieros y tres veces más probabilidades de tener un alto rendimiento y generar más espacios innovadores y ágiles. Además, son altamente atractivas en el mercado para captar y retener el talento humano.
Según el más reciente estudio The New Human Age de ManpowerGroup, “la generación Z (grupo de personas que nació entre el año de 1995 y a principios de los años 2000), y que constituirá el 27 por ciento de la fuerza laboral para 2025, actualmente se siente mucho más atraída por las organizaciones que incluyen los programas de Diversidad, Equidad, Inclusión y Pertenencia (DEIB) que por las empresas que no incluyen ninguno de estos programas”. El estudio también encontró que, en esta misma generación, el 56 por ciento no aceptaría un puesto sin un liderazgo diverso, lo que muestra una fuerza laboral cada vez más atraída por la inclusión.
Por otro lado, los empleadores colombianos se enfrentan a una escasez de talento: el 64 por ciento de ellos no encuentran el personal con las habilidades que necesitan para sus organizaciones y se enfrentan a una reinvención de las estrategias de atracción.
Es allí donde el poder de la diversidad, la singularidad y la inclusión desempeñan un rol fundamental para fortalecer la marca empleadora y hacer más atractivas a las organizaciones. Según el estudio The Great Realization de ManpowerGroup, dos de cada tres trabajadores quieren pertenecer a compañías con valores similares a los suyos, lo que le da una ventaja a las empresas que incluyen estrategias DEIB a la hora de reclutar personal.
Hoy más que nunca, la cultura y el valor de la marca son vitales tanto para los empleados como para las organizaciones, la inclusión como eje principal trae beneficios para todos pues facilita la pertenencia, la seguridad psicológica y el optimismo por el cambio, haciendo que todos los actores se sientan más relacionados con su trabajo y que las marcas y compañías adquieran mayor valor y reconocimiento.
*Directora de Talent Solutions.
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