¿Cómo fue su ingreso al mercado colombiano hace más de dos décadas?
ROBERTO CÁCERES FERRO: Venimos de una empresa familiar que surge a finales de los 60. Mi madre empezó con un negocio de administración de contratos de arriendo, y así nació Cáceres y Ferro, la primera inmobiliaria del norte de Bogotá. Mi padre se dedicó a la parte administrativa y estratégica, y mi madre a lo comercial. Cuando arrancó Colliers, hace 24 años, nos empezaron a buscar por la tradición, pues teníamos un conocimiento importante del mercado colombiano, y muy arraigado al detalle del negocio local. Así arrancamos, y nuestro primer paso fue estudiar el mercado.
¿Cuáles fueron los principales retos?
R.C.F.: Nosotros arrancamos haciendo historia en el mercado inmobiliario colombiano al diferenciar o tratar de encontrar una especialización, entre el negocio residencial tradicional y el negocio de finca raíz corporativa, pues son brazos que se abren en el negocio según las necesidades de los clientes. Por eso empezamos por diagnosticar el mercado, entender qué estaba pasando, cuál era el inventario total de oficinas de Bogotá, las costumbres del mercado, las condiciones de los contratos... Así fuimos construyendo un panorama local y logramos emitir los primeros reportes de mercado corporativo de Colombia.
Esto significó una contribución importante al mercado colombiano…
R.C.F.: Ya con esto pudimos aterrizar los requerimientos de los clientes. Empezamos a hacer transacciones, de manera diferente a la que normalmente se hace cuando es un arrendamiento o una compra–venta tradicional. Arrancamos a prestar servicios, como por ejemplo, representar a un inquilino en la búsqueda de su oficina. De igual manera, innovamos no solo en el sector de oficinas sino en el industrial, de locales comerciales y terrenos, e incluimos nuevos servicios y líneas de negocio.
¿Como cuáles?
R.C.F.: Los avalúos. Después empezó una nueva etapa en el negocio y es cuando surgen los fondos inmobiliarios en Colombia, que se convirtieron en vehículos profesionales. Esto hizo que el nivel de transacciones se profesionalizara. Empezó a haber un dinamismo muy importante de transacciones de edificios de oficinas, que pueden estar fácilmente alrededor de los 40 billones de pesos. Empezamos a participar representando a vendedores, fondos, inquilinos, y esto nos llevó a la sofisticación. Por otro lado, se vio el ingreso de grandes multinacionales y compañías de call centers, BPO y el sector petrolero.
¿Cuáles son las tendencias qué más se evidencian hoy en el mercado?
R.C.F.: Las últimas tendencias en las que estamos trabajando ahora son, además de administrar grandes portafolios de inmuebles arrendados, buscar lo que se conoce como el multifamily, la base de la plataforma inmobiliaria mundial. Por otro lado, en los últimos cinco años empezamos a ver otras tendencias importantes como el coworking, el sector BPO y logístico. Estas figuras tuvieron una expansión acelerada y han absorbido muchos metros cuadrados. Además con la pandemia el e-commerce empezó a exigir otros espacios logísticos: bodegas, terminales de carga y espacios de última milla.
¿Cómo ha sido su expansión en las regiones?
R.C.F.: Hace más de 16 años empezamos a ver el crecimiento de ciudades y la expansión en ubicaciones principales como Medellín, Cali y Barranquilla.
En pandemia el comportamiento de las personas empezó a cambiar pues comenzaron a buscar zonas rurales o espacios al aire libre, adicional las compras digitales tuvieron un gran auge y los espacios de trabajo se convirtieron en el único momento de compartir con más personas para colaborar; lo que generó una búsqueda de espacios más allá de las ciudades principales, necesidad de parques industriales y oficinas llenas de experiencias.
En este momento identificamos ciudades como Pereira e hicimos estudios de mercado para revisar las posibilidades en esta ciudad, hoy ya tenemos el World Trade Center de Pereira un proyecto que cambió por completo el inventario de oficinas en la ciudad. Entendimos que esto se suma a la cadena de valor; prestando nuestro portafolio integral de servicios Colliers global en Colombia, completando nuestro cubrimiento nacional.
¿Qué pasó con Cáceres y Ferro?
R.C.F.: Cáceres y Ferro sigue operando en el mundo residencial, atendiendo su portafolio de clientes desde hace 60 años, y Colliers sigue siendo corporativo, pero estamos buscando fusiones en términos de backoffice para unir la gestión operativa y estratégica.
Cuáles son los principales planes para continuar consolidando su presencia en el país?
R.C.F.: Todos los cambios traen oportunidades. El hecho de que existan movimientos nos ayuda a participar transaccionalmente o en diferentes consultorías y servicios en el mercado; nuestro plan es seguir ofreciendo soluciones integradas para nuestros clientes que permitan optimizar sus portafolios, en momentos de cambio en el mercado.
¿Qué desafíos genera esta nueva coyuntura para el sector?
R.C.F.: Las tasas de interés están amenazando y obligando a los inversionistas institucionales y constructores a desacelerar sus operaciones, y a buscar modalidades para reducir su costo financiero. Iniciar proyectos en este momento puede tener un riesgo pero esto también lleva a oportunidades. Es el momento de invertir en tierra y en finca raíz porque es un buen negocio a largo plazo. El reto es identificar los nichos de mercado y las nuevas tendencias que están llevando a demandar servicios inmobiliarios.
*Contenido elaborado con apoyo de Colliers International Colombia