Santiago Arboleda tiene 56 años y desde que la memoria le alcanza ha estado vinculado a la tradición oral del Pacífico colombiano, que en los territorios, de forma muy consciente, forma parte de la vida cotidiana de su gente desde la primera infancia. Pero no fue sino hasta los 24 que se vinculó formalmente a su práctica y difusión, cuando se fundó el Festival del Currulao en Tumaco.

Eran los años 80, mucho antes de la aparición del Petronio Álvarez: “No eran tiempos de concurso, sino de fomento y solidaridad; de intercambio de experiencias y conocimiento. Después de cuatro ediciones, la violencia que nos marcó en los 90, motivó su suspensión”, recordó el hoy doctor en Estudios Culturales Latinoamericanos.

A esta experiencia le siguió su participación en el Encuentro de Tradición Oral de Buenaventura. Como el de Tumaco, este fue reducido a un evento escolar, después de cuatro versiones, “también consecuencia de la violencia en la región”, precisó Arboleda, a quien todos los cambios que decidió transitar a lo largo de su vida lo llevaron directo a la oralidad: desde sus estudios de danzas folclóricas en el Instituto Popular de Cultura, en Cali, hasta su trabajo investigativo como licenciado y magíster en Historia.

Esta trayectoria lo condujo recientemente hasta El Charco, Nariño, para participar, en calidad de jurado, en las dos versiones que ha tenido el Encuentro de Oralidad del Pacífico Sur, que este año reunió a más de 5.000 personas. Con esta iniciativa, el municipio se propone visibilizar el alcance cultural de la tradición oral en los territorios y la importancia de trabajar en su preservación y promulgación.

De hecho, el éxito de la convocatoria de la segunda edición dejó abiertas las puertas para una tercera. El alcalde de El Charco, Víctor Candelo, asegura que esto significa la oportunidad de ratificar que son “más que la violencia, el desplazamiento o el narcotráfico”, con los cuales se les estigmatiza. Su plan es garantizar la continuidad de esta cita en el tiempo que reúne a sabedoras y sabedores de décima, cuento y poesía de 16 municipios del Pacífico sur y el piedemonte nariñense, además de gestores culturales, académicos, expertos y, por supuesto, a un público de diversas regiones.

Como la historia de Arboleda, la del alcalde también está ligada a los encuentros de oralidad convocados en las últimas décadas en la región. “Es por eso que este encuentro de El Charco lo debemos ver, en perspectiva histórica, como una continuidad de eso que nació en Tumaco y Buenaventura a finales de la década de los 80; y de los que los antecedieron. Representa el esfuerzo de un pueblo por mantenerse en el tiempo. Candelo es un hijo auténtico del Pacífico y lo que hizo fue instalarse en la tradición de esos eventos emblemáticos“, explicó el historiador.

Un factor clave, de acuerdo con Arboleda, fue la firma del Acuerdo de Paz. “Lo que hizo posible crear un espacio de convivencia y de paz. Candelo interpretó muy bien este momento”.

Todas las generaciones

Los jóvenes vienen teniendo un rol cada vez más protagónico en todo este proceso de preservación que abarca este componente de la memoria del pueblo del Pacífico, pues en ellos está la garantía de la continuidad de estas tradiciones. De hecho, dos de los ganadores en la segunda versión del Encuentro de Oralidad del Pacífico Sur tienen 28 años: Telmo Ángulo, de Tumaco, en la categoría de décima, y Yuil Hinestroza, de Guapi, en la de poesía.

Para Yuil, su papá, poeta tradicional, ha sido su mayor inspiración. En su caso, la oralidad es una ruta para disipar los traumas de la violencia a la que le ha tocado sobrevivir. Por su parte, Telmo se vinculó a los saberes a través de los abuelos de la vereda Pital de la Costa, en Tumaco, donde creció. “Todo lo que me contaron sobre el río, el potrillo y las historias mágicas que incluían encuentros sobrenaturales del hombre con el el diablo, con deidades del mar o con fieras de la selva, luego las recreaba a mi manera mientras caminaba por el pueblo o me sentaba a las orillas del río”.

Tras una década de trabajo, Telmo hoy goza de reconocimiento como narrador y formador de la tradición oral de la décima cimarrona. “Fue una experiencia enriquecedora ver a los mayores y jóvenes en un solo escenario, fuera de la competencia, algo clave para incentivar el relevo generacional. De hecho, yo llegué a El Charco con el propósito de competir y ganar; pero cuando me encontré con los mayores me dediqué a nutrir mis saberes, y estoy convencido que lo aprendido me ayudó en la competencia”.

Hoy, aseguró, se han reducido esos espacios que honran a la palabra y cada vez hay menos mayores dándole continuidad al legado de la cuentería por las noches. Por eso, considera relevante la aparición de escenarios como el Encuentro de Oralidad del Pacífico Sur de El Charco.

Solón Banguera, del municipio de la Tola, ganó en la categoría de cuento, en el Segundo Encuentro de Oralidad del Pacífico Sur ‘Voces de resiliencia y ancestralidad’. | Foto: Alcaldía El Charco, Nariño.

Yésica Rodríguez, otra representante del municipio Guapi, fue la ganadora en la categoría de poesía en la edición 2021. Este año repitió como líder de un taller sobre las voces de la resiliencia, desde la memoria histórica y colectiva. Desde la escuela ya era reconocida como una talentosa voz de la tradición oral del territorio; y a los 10 años representó a Guapi en un ‘Petronito’.

La profesión de psicóloga no la distanció de la herencia de los cantores y poetas de la familia. Hoy, a sus 25 años, además de su labor como cofundadora del proyecto ‘Mujeres negras escritoras’ y miembro de una agrupación de música tradicional, promueve los saberes de Pacífico sur a través de Facebook e Instagram. “Agradezco haber nacido en este territorio, y crecido entre su sonoridad. Así que como parte del relevo generacional, tengo un compromiso para rescatar la tradición y garantizar los próximos relevos’', contó.

La retroalimentación que comenzó a recibir a través de las redes sociales de jóvenes como ella —que son la mayoría de sus seguidores—, la tomó por sorpresa, “Recientemente me escribió una chica por mensaje interno dándome las gracias. Me contaba que si bien ella no creció en el territorio, recuerda a sus abuelos haciendo esto y le emocionaba mucho verlo”, relató Yésica.

Yésica Rodríguez, del municipio Guapi, fue la ganadora en la categoría de poesía en la edición 2021. | Foto: Archivo personal Yésica Rodríguez.

Otro aspecto por destacar es cómo los jóvenes vienen implementado estas tradiciones en el sistema educativo, y es una de las razones por las cuales el encuentro de El Charco contó con la participación activa de una Red de Maestros. A partir de las actividades, y de sus conversaciones con los sabedores y sabedoras de la región, producen material didáctico, con el fin de convertirlos en íconos de las comunidades y de la colombianidad en general.

Pódcast: la revolución de la oralidad

A Arboleda no le sorprende la supervivencia de la tradición oral en el Pacífico Sur, porque como en el resto del país, y del globo, esta es parte de la vida humana “El ser humano es más oral que escrito. Hay que desfolclorizar la creencia de que la oralidad corresponde exclusivamente a culturas ágrafas, incapaces de escribir o que no saben hacerlo; que fue toda una invención de los colonizadores”. Sobre esto, aclara, en el Pacíficio colombiano la oralidad y escritura conviven desde el siglo XIX.

Para el investigador, la llegada de las grabadoras y más recientemente las tecnologías digitales han promovido la apropiación y refuncionalización de estas innovaciones, por parte de las prácticas orales.

“Las grabadoras, esas de periodistas, nos sirvieron para comenzar a hacer registros de forma masiva. Hoy, por ejemplo, los pódcast refuerzan la oralidad a una escala mayor, además de permitir ampliar el alcance de la tradición en un mundo globalizado. También la producción audiovisual. Hay que abrirse a las oportunidades que ofrecen las distintas plataformas”, concluyó Arboleda.

*Contenido elaborado con apoyo de la Alcaldía de El Charco.